Cuatro ecologistas se encadenaron hoy a la verja de hierro que rodea el
palacio de Buckingham, en Londres, para protestar por la falta de
resultados significativos en la conferencia de la ONU sobre cambio
climático que concluyó el viernes en Río de Janeiro (Brasil). Los cuatro, que se encadenaron a las rejas que rodean la residencia oficial de la familia real británica, llevaban camisetas con mensajes sobre la necesidad de reducir las emisiones de gases contaminantes.
El grupo, que se llama "Climate Siren", dijo que esta protesta es para pedirle a la reina Isabel II de Inglaterra que siga el ejemplo de su hijo, el príncipe Carlos, que ha hablado de la imperiosa necesidad de cuidar el medioambiente.
"Climate Siren" calificó la medida de hoy de "un acto de desobediencia civil" y su objetivo es exigir medidas "urgentes" y "significativas" para atajar el problema.
En su opinión, la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible Río+20 concluyó "sin resultados significativos".
El grupo publicó en su página electrónica una carta abierta dirigida a la soberana británica para pedirle, con motivo de su Jubileo de Diamantes (los sesenta años en el trono), que ayude a "afrontar" el cambio climático.
Agrega que es "momento de actuar con audacia, resolución y determinación".
El príncipe de Gales habló de la necesidad de tomar medidas ante el cambio climático en un discurso que pronunció ante el Parlamento Europeo en febrero de 2008.
La Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Río+20 concluyó con la adopción de un documento en el que cerca de 190 países impulsan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la economía verde en el contexto de la lucha contra la pobreza.
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