Indígenas
waorani del parque Yasuní en el corazón de la Amazonia ecuatoriana
pidieron ayuda a líderes mundiales para salvar sus tierras en la cumbre
Rio+20, apoyados por el gobierno de Ecuador, que propone no explotar el
petróleo en el área a cambio de compensación financiera.
La cumbre Rio+20 "ha sido una inmensa oportunidad para promocionar la
iniciativa. La acogida es fenomenal, pero las concreciones, muy pocas.
Sin embargo, tengo mucha esperanza de que la iniciativa sea un éxito",
dijo el presidente de Ecuador, Rafael Correa, a la AFP.
Ecuador propone no explotar petróleo en Yasuní a cambio de donaciones
de gobiernos, empresas y ciudadanos por 50% del valor de las reservas
petroleras en la zona, o 3.600 millones de dólares, que es lo que
pretenden obtener hasta 2023.
Vestida de blanco, con grandes aros de madera redonda y una corona de
plumas multicolores, una joven waorani de 22 años llama la atención en
el centro de conferencias de la cumbre de la ONU Rio+20 sobre desarrollo
sostenible, entre los funcionarios de la ONU y delegados de traje
oscuro.
"Soy Yaninangua, de la nacionalidad waorani", dice a la AFP tras la
presentación durante la cumbre Rio+20 de un corto documental filmado en
Yasuní, en presencia de Correa y otras autoridades.
"Nosotros somos portavoces de los líderes ancianos, de nuestros
abuelos (...) Mi abuela nos encomendó que se conserve el patrimonio, que
es de nosotros, que no se destruya nuestra tierra. Queremos decirle al
presidente, a todas las naciones, que no se explote el petróleo en la
Amazonia, en nuestro territorio waorani", afirma.
La iniciativa ha recaudado hasta ahora poco más de 120 millones de
dólares, de los cuales el aporte más importante son 50 millones de
dólares de Italia, mediante un canje de deuda. La meta es recaudar 291
millones de dólares anuales, que serán administrados por un fideicomiso
del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD).
"Hace un ratito Luxemburgo nos aportó un millón de euros" y habrán
más aportes de Qatar, Turquía y Líbano, dijo el viernes a la AFP Ivonne
Baki, jefa negociadora de la iniciativa Yasuní, que aprovechó la cumbre
de la ONU sobre desarrollo sostenible para intentar conseguir
financiamientos.
"Esto debe ser un ejemplo al mundo y eso queríamos mostrar, se habla
mucho de que hay que hacer algo pero se hace poco en realidad. Esto es
prevención, no remediación; es no sacar el petróleo para dejar de sacar a
la atmósfera el CO2", precisó Baki.
"Líderes mundiales: (los indígenas waorani) les piden ayuda, respeto,
acción", leen los subtítulos del documental exhibido en la cumbre.
"Esta es mi tierra, los alimentos de esta tierra pertenecen a mis
nietos. Quédense en su tierra y aliméntense allí. Porque esta tierra es
mía y yo me ocupo de lo mío", dice un waorani en el filme.
El parque tiene reservas de unos 846 millones de barriles, o 20% de
las reservas probadas del país, cuya economía depende en gran parte del
petróleo.
Según Ecuador, no explotar el crudo en Yasuní ayudaría a conservar la
biodiversidad de la mayor selva tropical del mundo, protegería el
hábitat de los indígenas y reduciría significativamente las emisiones de
CO2.
"Hemos traído el mensaje de nuestros abuelos y líderes, queremos que
la gente de todo el mundo escuche: sí al desarrollo sostenible, no a
tumbar árboles", dice Timoteo Huamoni, de 29 años, un indígena waorani
que estudia antropología.
Vista del atardecer sobre la selva desde el lago Limoncoha, cerca de
la reserva natural Yasuní, en la provincia de Orellana, Ecuador, el 16
de junio de 2012. Indígenas waorani del parque Yasuní en el corazón de
la Amazonia ecuatoriana pidieron ayuda a líderes mundiales para salvar
sus tierras en la cumbre Rio+20, apoyados por el gobierno de Ecuador,
que propone no explotar el petróleo en el área a cambio de compensación
financiera.
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