Desde que en
la Cumbre de Río, en 1992, los países se comprometieran a tomar medidas
para frenar el deterioro medioambiental y las injusticias sociales, en
la actualidad
ECOticias.
La soberanía alimentaria y la justicia económica y socio ambiental son claves para encauzar Río+20 por el buen camino
Comienza la Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible en
Río de Janeiro, una de las citas más significativas para el medio
ambiente y la sociedad. Amigos de la Tierra considera necesario que la
ONU responda a los intereses de la gente y que acuerde medidas eficaces
para frenar las crisis ambiental, social, climática y financiera.
Desde que en la Cumbre de Río, en 1992, los países se comprometieran a
tomar medidas para frenar el deterioro medioambiental y las injusticias
sociales, en la actualidad, son muy pocos los acuerdos que se han
alcanzado. El bloqueo al que se ven sometidas las negociaciones
multilaterales para solucionar las crisis, viene determinado por la
creciente influencia que están adquiriendo las grandes empresas en
Naciones Unidas, según el informe publicado ayer por Amigos de la Tierra
Internacional [1].
Por este motivo Amigos de la Tierra insta a las delegaciones
oficiales, especialmente a España, a defender los intereses sociales y
medioambientales, y apostar por alternativas reales y sostenibles a
largo plazo, basadas en criterios sociales y medioambientales.
La ONU es el único espacio para afrontar los problemas globales que
afectan a toda la humanidad, sin embargo, los Estados miembros están
tomando decisiones basándose en intereses empresariales, en vez de
responder al interés general. Ante esta situación, se está celebrando la
Cumbre de los Pueblos también en Río de Janeiro, donde participa
activamente la sociedad civil, justo las voces que deberían ser
escuchadas y tenidas en cuenta durante la Cumbre de Río+20.
La asociación considera que la ONU debe encontrar soluciones reales
que respondan al interés de los pueblos, basadas en el principio de
"responsabilidades compartidas pero diferenciadas", tal y como se acordó
hace 20 años. Por el contrario, las multinacionales están promoviendo
la “economía verde” en la Cumbre, una iniciativa que busca eludir una
vez más la responsabilidad de las grandes empresas en el deterioro
ambiental y social. La propuesta se basa en falsas soluciones y sigue
tratando a la naturaleza como una mercancía.
Hector de Prado, portavoz de Amigos de la Tierra España, ha señalado
que “no es el momento de postergar decisiones. Bancos y multinacionales
ya han usado el término "economía verde" como un caballo de Troya para
tomar las negociaciones, ahora no podemos permitir que los causantes del
actual desequilibrio social y ambiental del planeta también tomen las
decisiones en nombre de los estados y la gente” [2].
La Cumbre de Río+20 debería representar una oportunidad para poner
fin al control corporativo en la ONU, y lograr un cambio profundo que
garantice un futuro para las personas y La Tierra basadas en la
soberanía alimentaria, la justicia económica y socio ambiental.
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