sábado, 23 de junio de 2012

Río+20 traza el rumbo hacia un mundo sostenible, menos pobre y más verde

La Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Río+20 concluyó hoy con la adopción de un documento en el que cerca de 190 países impulsan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la economía verde en el contexto de la lucha contra la pobreza.


El documento, titulado "El futuro que queremos", es producto de meses de negociación, primero en Nueva York y la última semana en Río de Janeiro, que sin embargo ha dejado insatisfechos a numerosos gobiernos y principalmente a las ONG que representan el amplio espectro de la sociedad civil.
La razón para el desencanto está en que para muchos se trata de un documento de mínimos que no responde al desafío mundial de meter bajo un mismo paraguas el crecimiento económico, la preservación del medio ambiente y la inclusión social.
"Ponemos de relieve que la economía verde debería contribuir a la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico sostenible", señala el texto, pero deja en el aire lo que ese concepto significa porque "cada país dispone de diferentes enfoques, visiones, modelos e instrumentos, en función de sus circunstancias y prioridades nacionales".
Sobre la arquitectura para avanzar hacia el desarrollo sostenible, el otro pilar del proceso de la Río+20, el documento exhorta a todos los países a que le den "prioridad" en la asignación de recursos.
Un comité intergubernamental integrado por 30 expertos de todas las regiones del mundo se encargará de definir hasta 2014 los medios de financiación para "la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible", una propuesta de Colombia inspirada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Los ODS hablan de metas para asuntos vitales como el agua, la biodiversidad y la seguridad alimentaria, mientras que los ODM abordan el hambre, la pobreza, la educación y la salud.
La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, destacó en su discurso de hoy ante el plenario que el texto "contiene propuestas esenciales", pero que lo más importante es que introduce "una nueva forma de pensar" el futuro del mundo y su gente.
"Sabemos que no nos juzgarán por lo que digamos o por las buenas intenciones, sino por los resultados que conseguimos para la población actual y para las futuras generaciones. No podemos fracasar", subrayó Clinton.
Numerosas ONG que participaron en la Cumbre de los Pueblos, paralela a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20, han manifestado su decepción con el resultado de la reunión, a pesar del entusiasmo de la ONU y de Brasil, el país anfitrión.
"Los movimientos sociales esperábamos un documento mucho más audaz, más ambicioso", dijo al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la activista brasileña Iara Pietrovsky, integrante de una coalición de ONG que hoy le entregó las conclusiones de los debates en los miles de participantes en la Cumbre de los Pueblos.
El propio Ban llegó a reconocer el pasado miércoles, cuando se inauguró la cumbre, que algunos países y él mismo "esperaban un resultado más ambicioso" en el documento final, aunque después, en un discurso ante el plenario, destacó el "progreso significativo" en cuanto al desarrollo sostenible.
"El desarrollo sostenible es la única opción para la humanidad, para nuestro futuro compartido", dijo hoy el secretario general de la Río+20, Sha Zukang, en la clausura de la cumbre.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, destacó que en la cita se lanzaron "las bases de una agenda para el siglo XXI" y se crearon los Objetivos del Desarrollo Sostenible "para enfocar y orientar nuestras metas".
Los movimientos sociales reconocen que el proceso para establecer los ODS es uno de las pocos frentes en los que se avanzó, pero condenan con dureza la iniciativa de la economía verde como herramienta para el desarrollo sostenible porque la consideran una maniobra del capitalismo para "meter en el mercado los bienes comunes de la humanidad".
En la reunión de esta mañana, Ban pidió a las ONG que no rechacen la economía verde porque "no es una ideología".
La cumbre aprobó además la creación de un nuevo indicador de riqueza que no se base sólo en el PIB sino que incluya también datos sociales y ambientales, así como el fortalecimiento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). EFE

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