Los científicos están hallando pruebas de que el cambio
climático provocado por el hombre ha aumentado los riesgos de sucesos
climatológicos como inundaciones u olas de color, dando un gran paso
hacia señalar los costes locales y las formas de adaptarse a nuevas
situaciones.
"Estamos viendo un gran progreso en la identificación
de la mano humana en la probabilidad de que se produzcan sucesos
particulares o en serie", dijo Christopher Field, copresidente de un
informe de la ONU en 2014 por los efectos del cambio climático.
Los expertos culpan desde hace tiempo a una acumulación
de gases de efecto invernadero por elevar la temperatura mundial y
causar desertización, inundaciones, sequías, olas de calor, tormentas
más fuertes y subidas del nivel del mar.
Pero hasta hace poco han dicho que el clima que de
forma natural era muy cálido, húmedo, frío o seco podría explicar
cualquier suceso extremo independiente, como la sequía actual en EEUU o
el poco habitual deshielo en Groenlandia este mes de julio.
Pero para algunos extremos, eso está cambiando.
Un estudio publicado este mes mostró que las emisiones
de gases de efecto invernadero habían aumentado las posibilidades de que
se produjera una grave ola de calor en Texas en 2011 y un calor inusual
en Reino Unido a finales de 2011. Se están realizando otros estudios
sobre extremos.
Los crecientes indicios de que las cosas apuntan a un
clima local más extremo podrían hacer más fácil para los expertos
explicar el calentamiento global al público, concretar sus costes y
guiar inversiones en proyectos como carreteras o defensas contra
inundaciones.
"Una de las ironías del cambio climático es que tenemos
más estudios publicados sobre los costes del cambio climático en 2100
de los que tenemos publicados sobre los costes de hoy. Creo que eso es
ridículo", dijo Myles Allen, responsable de investigación climática en
el Instituto de Cambio Medioambiental de la Universidad de Oxford.
"No podemos (determinar los costes actuales) sin poder
establecer el vínculo con el tiempo extremo", dijo. "Y una vez has
descubierto cuánto cuesta, eso plantea la pregunta de quién va a pagar".
Las naciones industrializadas acuerdan que deberían
liderar las reducciones de emisiones ya que han quemado combustibles
fósiles, que liberan gases de efecto invernadero, desde la Revolución
Industrial. Pero se oponen a la idea de responsabilidades legales por
los daños.
Tras varios tropiezos, casi 200 países han acordado
trabajar en un nuevo acuerdo para finales de 2015 para combatir el
cambio climático. China, EEUU e India son ahora los principales emisores
de estos gases.
"Todo el que tiene que tomar decisiones sobre el
futuro, cosas como códigos de urbanismo, planificación de
infraestructura, seguros, puede aprovechar el hecho de que los riesgos
están cambiando, pero tenemos mucha influencia sobre qué riesgos son
esos", señaló Field, profesor de la Universidad de Stanford.
ESTADÍSTICAS
Las nuevas estadísticas son difíciles porque tienen que
descontar el efecto de gases de efecto invernadero de fenómenos
naturales como el periódico El Niño, partículas volcánicas o cambios en
las emisiones solares.
Los científicos suelen explicar el cambio climático
como trucar un dado para sacar más seises, o un deportista dopado que
logra más victorias. Ahora, eso pasará de la escala global a la local.
Field señaló que las ciencias climáticas siempre
incluirán dudas porque el clima es caótico. No es tan exacto como la
física.
Algunos científicos advierten en contra de ir demasiado lejos culpando al cambio climático de fenómenos extremos.
Por ejemplo, las inundaciones sin precedentes
registradas el año pasado en Tailandia, que según el Banco Mundial
costaron unos 45.000 millones de dólares en daños, fueron efecto de
obras en los márgenes de los ríos, más que del cambio climático, según
un estudio.
En conjunto, muchos de estos fenómenos extremos son un signo de cambio generalizado.
"Si miras en todo el mundo, tenemos una gran sequía
desastrosa en Norteamérica (...) tienes la misma situación en el
Mediterráneo (...) si miras a todos los extremos juntos puedes decir que
son indicadores de calentamiento global", señaló Friedrich-Wilhelm
Gerstengabe, profesor del Instituto Potsdam de Investigación de Impacto
Climático.
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