El río Amarillo, el segundo más largo de China con casi 5.500 kilómetros, ha sufrido este mes de julio las crecidas más importantes de los últimos 23 años, debido a las fuertes lluvias que asolan la mitad norte del país asiático.
Los temporales han obligado a las autoridades a evacuar más de
40.000 personas de la cuenca media del Amarillo, concretamente en las
provincias interiores de Shanxi y Shaanxi, según informaciones de la
agencia oficial Xinhua.
El Huenag He
El río Amarillo (Huang He) debe su nombre a los arrastres de
lodo, restos de cultivos de maíz y finas arenas de cuarzo que desplaza
en su recorrido desde los montes Kulun, donde nace en el norte del país,
hasta desembocar, después de más de cinco mil kilómetros, en el golfo
de Laichou, en el mar Amarillo.
Las fuertes lluvias torrenciales
han elevado los caudales del río y sus afluentes, por lo que el curso
medio del Amarillo ha registrado, en algunos tramos, un flujo de 10.600
metros cúbicos por segundo, el más alto desde 1989, señalaron las
autoridades nacionales de control de sequías e inundaciones.
El
río, que muchos consideran la cuna de la civilización china, se ha
desbordado en algunas zonas de playa fluvial y tierras bajas, así como
en algunas instalaciones de control y desvío del caudal, según la
agencia estatal.
Los evacuados pertenecen a las zonas con mayor peligro de
desbordamiento, donde las autoridades provinciales han enviado equipos
de emergencia para reforzar diques y aumentar las defensas contra la
crecida de las aguas.
Aunque el Amarillo se encuentra en la mitad
norte de China, tradicionalmente la parte más seca del país, este año
está sufriendo mayores inundaciones que el sur, más propenso a este tipo
de desastres naturales estivales.
Las inundaciones han afectado
hasta la ciudad de Pekín, aún más al norte que la cuenca del Amarillo,
donde la semana pasada causaron la muerte de 77 personas en el núcleo
urbano y zonas aledañas. EFEverde
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