sábado, 28 de julio de 2012

Extremos climáticos más frecuentes demostrados


Los científicos están hallando pruebas de que el cambio climático provocado por el hombre ha aumentado los riesgos de sucesos climatológicos como inundaciones u olas de color, dando un gran paso hacia señalar los costes locales y las formas de adaptarse a nuevas situaciones.
"Estamos viendo un gran progreso en la identificación de la mano humana en la probabilidad de que se produzcan sucesos particulares o en serie", dijo Christopher Field, copresidente de un informe de la ONU en 2014 por los efectos del cambio climático.
Los expertos culpan desde hace tiempo a una acumulación de gases de efecto invernadero por elevar la temperatura mundial y causar desertización, inundaciones, sequías, olas de calor, tormentas más fuertes y subidas del nivel del mar.
Pero hasta hace poco han dicho que el clima que de forma natural era muy cálido, húmedo, frío o seco podría explicar cualquier suceso extremo independiente, como la sequía actual en EEUU o el poco habitual deshielo en Groenlandia este mes de julio.
Pero para algunos extremos, eso está cambiando.
Un estudio publicado este mes mostró que las emisiones de gases de efecto invernadero habían aumentado las posibilidades de que se produjera una grave ola de calor en Texas en 2011 y un calor inusual en Reino Unido a finales de 2011. Se están realizando otros estudios sobre extremos.
Los crecientes indicios de que las cosas apuntan a un clima local más extremo podrían hacer más fácil para los expertos explicar el calentamiento global al público, concretar sus costes y guiar inversiones en proyectos como carreteras o defensas contra inundaciones.
"Una de las ironías del cambio climático es que tenemos más estudios publicados sobre los costes del cambio climático en 2100 de los que tenemos publicados sobre los costes de hoy. Creo que eso es ridículo", dijo Myles Allen, responsable de investigación climática en el Instituto de Cambio Medioambiental de la Universidad de Oxford.
"No podemos (determinar los costes actuales) sin poder establecer el vínculo con el tiempo extremo", dijo. "Y una vez has descubierto cuánto cuesta, eso plantea la pregunta de quién va a pagar".
Las naciones industrializadas acuerdan que deberían liderar las reducciones de emisiones ya que han quemado combustibles fósiles, que liberan gases de efecto invernadero, desde la Revolución Industrial. Pero se oponen a la idea de responsabilidades legales por los daños.
Tras varios tropiezos, casi 200 países han acordado trabajar en un nuevo acuerdo para finales de 2015 para combatir el cambio climático. China, EEUU e India son ahora los principales emisores de estos gases.
"Todo el que tiene que tomar decisiones sobre el futuro, cosas como códigos de urbanismo, planificación de infraestructura, seguros, puede aprovechar el hecho de que los riesgos están cambiando, pero tenemos mucha influencia sobre qué riesgos son esos", señaló Field, profesor de la Universidad de Stanford.
Las nuevas estadísticas son difíciles porque tienen que descontar el efecto de gases de efecto invernadero de fenómenos naturales como el periódico El Niño, partículas volcánicas o cambios en las emisiones solares.
Los científicos suelen explicar el cambio climático como trucar un dado para sacar más seises, o un deportista dopado que logra más victorias. Ahora, eso pasará de la escala global a la local.
Field señaló que las ciencias climáticas siempre incluirán dudas porque el clima es caótico. No es tan exacto como la física.
Algunos científicos advierten en contra de ir demasiado lejos culpando al cambio climático de fenómenos extremos.
Por ejemplo, las inundaciones sin precedentes registradas el año pasado en Tailandia, que según el Banco Mundial costaron unos 45.000 millones de dólares en daños, fueron efecto de obras en los márgenes de los ríos, más que del cambio climático, según un estudio.
En conjunto, muchos de estos fenómenos extremos son un signo de cambio generalizado.
"Si miras en todo el mundo, tenemos una gran sequía desastrosa en Norteamérica (...) tienes la misma situación en el Mediterráneo (...) si miras a todos los extremos juntos puedes decir que son indicadores de calentamiento global", señaló Friedrich-Wilhelm Gerstengabe, profesor del Instituto Potsdam de Investigación de Impacto Climático.

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