De entre todas las comunidades del reino animal, una de las que lleva una vida que de primeras puede parecer menos gratificante es la de los coprófagos, los insectos cuyo hábitat son los excrementos, y entre ellos, los escarabajos reinan sin discusión.
El biólogo y Director del Centro Iberoamericano de la
Biodiversidad (CIBIO), Eduardo Galante, explica a EFEverde que "estos
animales son los basureros de la naturaleza", ya que hacen desaparecer
todos los restos orgánicos de origen animal.
Aunque este tipo de
escarabajos no han sido muy estudiados, sobre todo en nuestro país, su
importancia es tal que "si no fuera por ellos, tendríamos un problema
grave de sanidad en la naturaleza", y además, cumplen una vital función
en el abonado del suelo, dice Galante.
"En los grandes medios
abiertos, como las sabanas o las praderas, la única manera de incorporar
nutrientes al suelo son las heces de los hervíboros, no hay caída de
hojarasca, así que cuando no existen estos bichos el pasto se agota",
explica el investigador del CSIC Jorge Lobo.
Para Lobo, esas heces
son un micro-hábitat, "un sistema ecológico en pequeñito", islas de
energía "efímeras y heterogéneas" que aparecen y desaparecen a gran
velocidad.
En ellas viven muchas especies de invertebrados, "pero
los escarabajos serían los jefes, están en la cumbre de la pirámide de
la boñiga", añade.
El investigador explica que se han encontrado
registros fósiles que prueban que "estos escarabajos seguramente ya
estaban digiriendo heces de dinosaurios en el Jurásico, son casi fósiles
vivientes y llevan aquí 150 millones de años o más."
LOS ESCARABAJOS PELOTEROS
Quizá
de entre todos los escarabajos coprófagos los más peculiares sean los
escarabajos peloteros, que hacen rodar bolas de excrementos para
transportarlas a algún lugar dónde enterrarlas, depositar sus huevos y
alimentarse.
"Los peloteros nacieron en África en tiempos
inmemoriales, cuando existía un continente llamado Gondwana", comenta
Lobo, y su estrategia reproductiva y de comportamiento "es de las más
antiguas" de la naturaleza.
Su singular comportamiento hizo que
los antiguos egipcios consideraran sagrado al pelotero Scarabeus sacer,
que simbolizaba al dios solar Khepri, pues asociaban las bolas que
hacían rodar y desaparecer bajo tierra los escarabajos con la eterna
tarea de Khepri: empujar el sol a través del cielo cada día.
UNA REPRODUCCIÓN PECULIAR
Bajo
tierra, en la época de reproducción, estos peloteros hacen galerías con
una cámara grande al final dónde depositan las bolas, del tamaño de una
pelota de ping-pong, y en cada bola ponen un huevo, del que nacerá una
larva que se alimentará del excremento hasta su desarrollo total.
Eduardo
Galante explica que "incluso hay algunas especies en las que la madre
cuida las bolas hasta que salen los adultos, una cosa inusual en la
naturaleza."
El director del CIBIO asegura que "tienen una tasa de
reproducción muy pequeña, uno o dos huevos", y por eso son tan
sensibles a las alteraciones y se deja notar tanto su ausencia.
GRAN IMPORTANCIA AMBIENTAL
"Vemos
lo importantes que son cuando hay zonas de sobrepastoreo, en la que se
ha pasado a una gestión más intensiva, hay demasiado ganado y hemos
transformado mucho el medio", explica Eduardo Galante.
En esos
casos, nos encontramos "con zonas llenas de excremento, porque no hay
escarabajos suficientes" para aprovechar y enterrar toda esa materia
orgánica, añade Galante.
Además, un problema adicional "muy grave"
es que esas zonas ganaderas "se llenan de moscas", porque los
excrementos son para las moscas un caldo de cultivo "magnífico".
Es
lo que pasó en Australia, donde se llevó a cabo entre 1965 y 1985 el
"Proyecto australiano de escarabajos coprófagos", un experimento a gran
escala que introdujo allí especies foráneas de escarabajos coprófagos
para controlar los graves problemas de contaminación e incluso sanidad
pública que producían los excrementos del ganado.
Tras un largo
proceso de selección, se llevaron escarabajos de 29 especies distintas
de la cuenca mediterránea y de África, especies adaptadas al ganado
europeo, como ovejas o vacas, que habían llevado en masa los colonos y
que era impropio de Australia.
Quince de esas especies fueron
recapturadas en el año 2001, en el marco de un estudio científico que
confirmó el "excepcional éxito" del proyecto original y concluyó que "es
indudable que su impacto en el suelo, agua, el estado de los pastos y
en el control de las plagas de moscas equivale a muchos millones de
dólares al año."
AMENAZADOS POR LOS ANTIPARASITARIOS
A
pesar de su importancia y de los claros beneficios que generan, estos
insectos están desapareciendo debido a amenazas como los
antiparasitarios que se aplican al ganado, los insecticidas o el
abandono del medio rural, asegura Galante.
Los antiparasitarios,
particularmente algunos como la ivermectina, pasan a las heces del
ganado y continúan siendo mortales para los insectos, incluidos los
escarabajos coprófagos.
Jorge Lobo corrobora esta afirmación, y
explica que, por ejemplo, el 90 % de los registros históricos de
escarabajos peloteros en España se produjeron antes de 1950.
"Un
pastor, te diría que antes te los tenías que quitar de en medio, y ahora
es rarísimo encontrarlos", dice Lobo, que añade que sólo se conservan
poblaciones muy grandes de peloteros en lugares como Doñana o Cabañeros,
dónde no se usan antiparasitarios y hay una abundante fauna de grandes
hervíboros.
Lobo pide un mayor control sobre el uso de los
antiparasitarios y que se realicen pruebas para determinar su impacto
sobre los escarabajos, como se empieza a hacer en países Francia. Todo
sea por proteger a estos valiosos insectos y mantener nuestros campos
sanos, limpios de boñigas. EFEverde
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