Tradicionalmente,
las azoteas se habían usado como tierra de pasto en algunos países del
norte de Europa, pero el concepto moderno de cubierta verde comienza a
desarrollarse en Alemania en los años 60.
Albert Punsola
Sostenible ha tenido la oportunidad de visitar algunas
cubiertas verdes en edificios emblemáticos de este país, que muestran
diversas posibilidades de instalación. Además de crear un efecto visual
de notable belleza, las cubiertas verdes hacen de aislamiento térmico y
reducen la necesidad de consumo energético. Actúan también de barrera
acústica y, además, permiten utilizar un espacio a menudo
desaprovechado para ayudar a preservar la biodiversidad local. A escala
urbana las cubiertas verdes contribuyen a disminuir el efecto de isla de calor
De la tradición a la vanguardia
Tradicionalmente, las azoteas se habían usado como tierra de pasto en algunos países del norte de Europa, pero el concepto moderno de cubierta verde comienza a desarrollarse en Alemania en los años 60. En España y Catalunya las cubiertas verdes son excepcionales. En cambio, en otros lugares se promueven cada vez más, tanto desde el sector público como desde el privado. En esta línea destacan países como, los Países Bajos, Noruega, Italia, Austria, Hungría, Suecia, el Reino Unido, Grecia, y Suiza. También en Estados Unidos ha surgido un importante ámbito negocio en este sector.
Tradicionalmente, las azoteas se habían usado como tierra de pasto en algunos países del norte de Europa, pero el concepto moderno de cubierta verde comienza a desarrollarse en Alemania en los años 60. En España y Catalunya las cubiertas verdes son excepcionales. En cambio, en otros lugares se promueven cada vez más, tanto desde el sector público como desde el privado. En esta línea destacan países como, los Países Bajos, Noruega, Italia, Austria, Hungría, Suecia, el Reino Unido, Grecia, y Suiza. También en Estados Unidos ha surgido un importante ámbito negocio en este sector.
Las cubiertas verdes pueden situarse en cualquier construcción nueva
o antigua, ya sea en edificios, casas unifamiliares, locales y centros
comerciales o naves industriales. En Suiza el fenómeno de las
cubiertas verdes tomó impulso en los años 70. Desde entonces la
combinación de medidas económicas políticas y legales ha contribuido al
desarrollo de muchas iniciativas. Un caso paradigmático es el de la ciudad de Basilea,
que se ha convertido en el área urbana con más techos verdes per
cápita del mundo. Veamos a continuación algunos ejemplos, el primero de
los cuales situado precisamente en esta ciudad.
Hábitats en altura
El Jacob Burckhardt Haus es un complejo arquitectónico construido en
2004 y formado por seis edificios de oficinas junto a una gran playa de
vías y de la estación de mercancías de Basilea. Cada uno tiene su
propio patio interior, pero los seis bloques están unidos por la parte
superior en una gran azotea. Esta disposición confiere horizontalidad
visual a un conjunto que recuerda, hasta cierto punto, el edificio de
l'Illa Diagonal de Barcelona. La unión del espacio superior ha permitido
instalar una inmensa cubierta verde de 6.000 m2.
La cubierta se inscribe en un plan global que ha querido dotar al
complejo de las máximas prestaciones con los mínimos recursos. Incluye,
entre otros elementos, ventilación e iluminación natural de las
oficinas y protección contra los campos electromagnéticos. El techo ha
sido considerado como la quinta fachada y ha recibido un
intenso tratamiento vegetal siguiendo las directrices marcadas por el
cantón de Basilea. El grueso del suelo oscila entre los 8 y los 15
centímetros y se han colocado varios tipos de sustratos-todos de
procedencia local-para permitir el crecimiento de diferentes tipos de
plantas. La intención inicial era que se concentraran diversas especies
de insectos para reproducir en altura algunos hábitats que, cerca de
la ciudad, habían retrocedido debido a la presión urbanística. Este
objetivo se ha alcanzado con creces.
La gran área verde convive con todo tipo de instalaciones técnicas
de los edificios. Hay pasajes que permiten desplazarse sobre ella con
facilidad, aunque están destinados al personal de mantenimiento. Los
trabajadores de las oficinas no pueden acceder a la azotea. Sin
embargo, las opiniones recogidas entre estos trabajadores coinciden en
señalar "un plus de satisfacción por el mero hecho de saber que el
techo del edificio tiene estas características".
Un regalo para la biodiversidad
La planta de Filtración de Moos cerca de Zúrich es un edificio que
forma parte de un complejo de tratamiento de agua. La planta entró en
funcionamiento en 1914 y su techo es un espectacular prado, considerado
uno de los más grandes y más antiguos techos verdes de Suiza. Cubre una
superficie de 3 hectáreas y en este espacio crecen 175 especies de
plantas. Este hecho tiene una gran importancia para la biodiversidad
local ya que, por ejemplo, hay unos 6.000 ejemplares de Orchis morio, una
especie que, de no haber encontrado un espacio como éste, habría
desaparecido del área de Zúrich. Muchas de las especies existentes en la
cubierta no han sido plantadas sino que la han colonizado llevadas por
el viento.
El gran interés de este edificio es que incorporó las cubiertas verdes con un uso sostenibilista avant la lettre,
mucho antes de que los alemanes los introdujeran en la arquitectura
moderna. Los arquitectos de principios de siglo XX desarrollaron este
prado en altura porque sabían que ayudaría a regular la temperatura del
edificio sin necesidad de medidas adicionales. El objetivo era mantener
siempre fresco el ambiente del interior mientras se desarrollaba el
proceso de filtrado del agua procedente del lago de Zúrich a través de
unos filtros de arena. Para construir el prado se utilizó tierra de las
granjas vecinas además de una capa de arena y grava. Casi un siglo
después las dos capas se han mezclado sin afectar para nada la
impermeabilidad.
Casas de la Tierra
Dietikon es una pequeña ciudad de 24.000 habitantes del cantón de Zúrich. Aquí el arquitecto Peter Vetsch, Especializado en Earth Houses ha
construido un complejo de viviendas con cubiertas verdes. Consta de
nueve casas que se configuran en forma de U alrededor de un patio
interior. La mayoría de las casas tienen una orientación norte-sur.
La cubierta está construida de hormigón cubierto con tierra. El
aislamiento consiste en una capa de residuos de vidrio reciclado. La
barrera para impedir el paso del agua está fabricada con un polímero
resistente a las raíces y está cubierta de una fina capa de hormigón
proyectado -hormigón que comprime y se proyecta a alta velocidad-. El
aislamiento está protegido por capas de filtro de fibra que a su vez
están cubiertas con material de excavación y humus. La capa de suelo en
las cubiertas oscila entre los 40 a 80 cm.
Este proyecto ha conseguido una protección térmica excepcional. Las
casas utilizan alrededor de un tercio de la energía para calefacción
requerida para edificios convencionales.
Agricultura en la fábrica
El techo de la sede de la compañía Gemperle AG en Sins no es plano,
pero su estructura curvada no ha sido impedimento para la implantación
de una cubierta verde con zonas muy diversificadas. En este caso el
suelo de la cubierta contiene una importante proporción de compuesto
(25%).
En un principio en las partes más inclinadas de este techo se colocó
césped enrollado para asegurar el sustrato frente al peligro de
erosión derivado de la inclinación. Pero como este tipo de plantación
no es muy adecuada para un lugar como éste, se irá sustituyendo
progresivamente por otras especies vegetales.
Esta cubierta verde está sujeta a usos diversos. Hay una zona
naturalizada, otra ajardinada, hay pequeños estanques y además algunos
cercados destinados a plantar cultivos- cabe señalar que el edificio
contiene una fábrica y oficinas. Incluso se ha instalado una cúpula de
plástico pensada como espacio de encuentro dentro de la jornada
laboral. A diferencia del Jacob Burckhardt Haus, aquí la azotea sí es
accesible para los trabajadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario