España cuenta con conocimiento y tecnología suficiente para promover un uso mas eficiente del agua, mas amigable con el medio ambiente y mas productivo en la agricultura, aseguró hoy el ingeniero agrónomo Elías Fereres, durante el encuentro "Reflexiones sobre el agua" convocado por las academias de Ingeniería y Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Además, debe plantearse la repercusión negativa que tiene para
la pesca su control aguas arriba, con objetivos agrícolas, según expuso Miguel Losada en su ponencia "Otras demanda de agua más allá del regadío", y su gestión debe ser territorial y por cuenca, a razón de Juan Miguel Villar Mir, que disertó sobre el "Pasado y Futuro del agua" y abogó por la "recuperación progresiva de los costes del agua" y la asignación adecuada a sus usos.
Fereres,
agrónomo y anfitrión, como presidente de la Real Academia de Ingenería
(RAI), puntualizó en su exposición "Demanda, uso y consumo de agua en la
agricultura", que la agricultura en España es una historia de éxitos,
"con luces y sombras", y que el cultivo de regadío ha conseguido reducir
a la mitad el gasto de agua por kilo de alimento producido.
Aunque
reconoció que la agricultura es el principal consumidor de agua, con
mas de dos tercios del total del recurso destinados a esa actividad en
todo el planeta, una proporción que aumenta hasta 85 % en algunos países
áridos y en España ronda el 75 %.
El complejo balance entre
suministro y demanda del agua dulce, un recurso finito, según subrayó,
se acrecienta con el cada vez mas frecuente registro de periodos de
extrema sequía e inundaciones catastróficas, que se asocian al cambio
climático.
Ante el proyectado aumento de la población mundial y la
previsible mayor demanda de alimentos, Fereres propone políticas
encaminadas a combinar un incremento del suministro del recurso y
controlar el crecimiento de la demanda.
Elías Fereres,
asesor de la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y
la Agricultura (FAO), forma parte del grupo de expertos de 20 países
europeos sobre agricultura, seguridad alimentaria y cambio climático, y
desarrolla un proyecto de identificación de la humedad del suelo a
través de "google maps" para optimizar el riego y la producción.
Para Miguel Losada,
catedrático de la Universidad de Granada y también miembro de la RAI,
la reducción de agua dulce en desembocaduras de los ríos y estuarios,
por el aumento de la agricultura de riego, es la causa directa de la
escasez de peces que algunos achacan a la sobreexplotación pesquera.
Según
sus datos, el choque de agua dulce con el caudal del mar genera una
fuente de biodiversidad primordial para el desarrollo marino, que se ha
alterado.
En el estuario del Guadalquivir, donde fundamenta sus
estudios, la falta de agua dulce ha incrementado la turbiedad que impide
la incidencia de la luz, disminuye la fotosíntesis y reduce el nivel de
oxígeno.
En esa situación de hipoxia, como se conoce la carencia
de oxígeno en agua, "el sistema es una cloaca emisora de CO2 imposible
para peces, bivalvos y otros moluscos", subrayó. EFEverde
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