Leonardo DiCaprio es un reconocido activista en favor del medio
ambiente y desde hace tiempo participa en las iniciativas que promueve
el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Si hace dos años hacía un
gesto con motivo de la Cumbre en Defensa del Tigre celebrada en San
Petersburgo y donaba un millón de dólares (740.000 euros) a la causa,
ahora sale en auxilio de ballenas y pingüinos. El protagonista de J. Edgar
ha instado a la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos
Marinos Antárticos (CCAMLR) a aprobar la creación en aguas de la
Antártida de la mayor reserva marina del mundo, en la reunión que
comenzó hoy en Hobart, en el sur de Australia.
La estrella de Hollywood escribió una carta con la postura de la
organización Avaaz en este asunto y que circulaba hoy por Hobart con su
llamamiento: “Los gobiernos podrían empezar a proteger amplias zonas del
océano Antártico creando la mayor reserva marina del mundo”. “La
mayoría de los países del mundo apoyan la creación de esta reserva, pero
Rusia, Corea del Sur y algunos otros amenazan con oponerse a la
iniciativa con el propósito de saquear estas aguas —ahora que otros
mares ya han sido diezmados— añadió el actor.
El intérprete de Revolutionary road solicitó “una gran marea
de presión ciudadana” para que la Comisión para la Conservación de los
Recursos Vivos Marinos Antárticos geste en Hobart “un acuerdo que
proteja los más de 6 millones de kilómetros cuadrados del valioso Océano
Antártico”.
En esta reunión, Australia, Francia y la Unión Europea buscarán que
se creen siete zonas protegidas con una superficie marina total de 1,9
millones de kilómetros cuadrados y prevén que tres de esas reservas
sirvan de referencia científica para medir el impacto del cambio
climático en la productividad y la ecología. La plataforma ecologista
Alianza Océano Antártico apoya esa propuesta pero cree que la superficie
debería ser de 2,5 millones de kilómetros cuadrados para incluir
hábitats importantes de pingüinos, bacalaos, ballenas minke y kril
antártico.
La Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos
Antárticos está integrada por 24 países y la UE, y fue creada en 1982
para la protección de los recursos de vida marina en la Antártida, que
representan casi casi el 10% de los mares del planeta y por su lejanía
son casi vírgenes, según informa Efe.
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