En la República de Palaos existe un refugio seguro para tiburones que es tan grande como el territorio de Francia y que además se ha convertido en una millonaria fuente de ingresos por el turismo.
Esa nación insular del océano Pacífico fue elogiada por esa estrategia ambiental durante la 11 Conferencia de las Partes (COP 11) del Convenio sobre la Diversidad Biológica, que concluyó el viernes 19 en la sureña ciudad india de Hyderabad.
Las autoridades palauanas recibieron el prestigioso Premio Política de Futuro.
"Palaos es un líder mundial en la protección de ecosistemas marinos", dijo Alexandra Wandel, directora del World Future Council, que concede ese galardón.
"Otros países como Honduras, Maldivas, Bahamas y Costa Rica siguen detrás, creando sus propias reservas o prohibiendo la pesca de tiburón", dijo Wandel a IPS en el marco de la COP 11.
El mes pasado, los cuatro Estados Federados de Micronesia anunciaron el fin de la pesca comercial de tiburones en sus aguas y expresaron su intención de unirse con otras naciones para crear un refugio regional de cinco millones de kilómetros cuadrados.
Expertos independientes involucrados en la elección de Palaos para el premio quedaron impresionados por la Ley de Refugios de Tiburones aprobada en ese país en 2009 y por la Ley de Redes de Áreas Protegidas, de 2003.
"El objetivo del World Future Council es crear conciencia sobre la importancia de políticas ejemplares y acelerar acciones para crear sociedades justas, sostenibles y pacíficas", dijo Wandel.
La población total de tiburones en el mundo está en declive, y 30 por ciento de todas las especies de escualos están amenazadas. Más de 73 millones de tiburones son capturados cada año, principalmente para la obtención de sus aletas, usadas en una sopa considerada un manjar en Asia.
Palaos está habitada por 22.000 personas, distribuidas en 200 pequeñas islas a unos 800 kilómetros de Filipinas.
La zona económica exclusiva de Palaos contiene a unas 130 especies raras de rayas venenosas y escualos, incluyendo grandes tiburones martillo, de punta blanca y leopardo.
En septiembre de 2009, Palaos creó el primer refugio mundial de tiburones, prohibiendo la pesca en todas sus aguas territoriales.
Los tiburones desempeñan un papel crucial en la salud de los ecosistemas marinos, incluyendo los arrecifes de coral, destacó Anisha Grover, jefa de políticas sobre océanos y costas del World Future Council, con sede en la norteña ciudad alemana de Hamburgo.
Los tiburones son considerados una especie clave en el mantenimiento de la red de alimentación marina. Comen peces enfermos y débiles. Al haber menos tiburones, los arrecifes de coral y otras partes del océano se degradan, alertan científicos.
La población de Palaos reconoce la importancia de los tiburones para la salud de sus mares. Y sabe muy bien que el turismo genera muchos más ingresos que la pesca, dijo Grover a IPS desde Hyderabad.
Pescar 100 tiburones de arrecife le daría al gobierno palauano un beneficio de 10.800 dólares de una sola vez, según demostró el estudio australiano "Wanted Dead or Alive? The relative value of reef sharks as a fishery and an ecotourism asset in Palau" (¿Se buscan vivos o muertos? El valor relativo de los tiburones de arrecife como recurso pesquero y como bien ecoturístico en Palaos".
Esos mismos 100 tiburones de arrecife visitados por turistas generan ingresos anuales por 18 millones de dólares. Los tiburones de arrecife pueden vivir entre 10 y 25 años.
"Palaos está demostrando que los tiburones valen mucho más vivos que muertos", dijo Grover.
Pero patrullar el vasto refugio es un gran desafío para ese país, reconoció Heather Ketebengang, una palauana integrante del Foro Juvenil Internacional Go4BioDiv y que asistió a la COP 11.
"Solo tenemos un barco patrulla. Japón acaba de darnos otro. No contamos con recursos. Sería grandioso tener la asistencia de otros países", dijo a IPS.
Uno de los grandes problemas ha sido la práctica de pesca llamada "finning" (por "fin", aleta en inglés).
Los pescadores interesados en comercializar las aletas, para ahorrar espacio en sus embarcaciones, muchas veces cortan esas extremidades a los escualos y los lanzan vivos nuevamente al mar para que mueran desangrados o asfixiados, ya que al no poder nadar se ven impedidos de respirar por sus ranuras branquiales.
"Aun antes de que existiera el refugio, cuando deteníamos un barco ilegal lleno de aletas", contó la joven, "las quemábamos y multábamos" a los pescadores furtivos.
Lo palauanos no eran conscientes del problema, pero ahora entienden la importancia de los tiburones para la red de alimentación marina y quieren protegerlos, dijo.
Los propios residentes son los encargados de administrar y hacer respetar las restricciones en los 35 arrecifes y lagunas protegidas.
Palaos tiene como meta proteger 30 por ciento del ambiente marino cercano a la costa y 20 por ciento del ambiente terrestre para 2020.
Las comunidades y los estados que conforman el archipiélago administran esas áreas de manera tradicional, pero con apoyo financiero, técnico e institucional del gobierno.
"Restringir o prohibir la pesca era difícil al comienzo, pero la gente ahora entiende que es por nuestro propio futuro. Es la única manera de mantener a los peces allí", dijo Ketebengang.
"Nuestras políticas serán buenas para mis nietos. Los peces son muy importantes en Palaos", añadió.
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