Los primeros Homo erectus
se podrían haber originado en Eurasia, y no en África como se pensaba
hasta ahora. Un grupo de investigadores ha encontrado en Dmanisi
(Georgia) restos de utensilios que evidencian la presencia de esta
especie hace 1,85 millones de años, centenares de miles de años antes
de su aparición en África.
ECOticias.
Segun las teorías más aceptadas de los antropólogos, el Homo erectus,
bajito y con un cerebro pequeño, fue el primer homínido en salir del
continente africano para colonizar Eurasia, los continentes europeo y
asiático, para después ir evolucionando hacia un cerebro y una altura
más grandes, y una capacidad cada vez mayor para desarrollar tecnología.
Pero el yacimiento de Dmanisi, a 55km al sur de Tbilisi (Georgia),
ha puesto en duda estas teorías. Las excavaciones ya habían puesto al
descubierto, a lo largo de las últimas dos décadas, fósiles de
homínidos preservados de manera excepcional que demostraban la
presencia del Homo erectus en el continente euroasiático desde
hace 1,78 millones de años, casi contemporáneos a los homínidos de esta
especie más antiguos encontrados en África.
Los hallazgos de un equipo internacional de científicos, en que ha
participado el profesor del Departamento de Geología de la UAB, Oriol
Oms, demuestran que el Homo erectus ya estaba presente en
Eurasia hace 1,85 millones de años, es decir, 70 mil años antes de lo
que se pensaba hasta ahora, y con una presencia contínua a lo largo de
todos aquellos miles de años.
Los Homo erectus más antiguos de África datan de entre hace
1,78 y 1,65 millones de años, segun los diferentes estudios, por lo
cual el nuevo descubrimiento sitúa a los Homo erectus en Eurasia entre 70.000 y 200.000 años antes que en África.
El descubrimiento abre las puertas a dos nuevas interpretaciones de
la dispersión de los primeros homínidos. La primera posibilidad es que
el Homo erectus se desarrollase en Eurasia a partir de un
ancestro que llegó desde África hace más de 1,85 millones de años. La
segunda es que la especie se podría haber originado en África, emigrado
a Eurasia, y haber viajado de vuelta a África posteriormente.
“Se trata de un enigma sin resolver sobre un aspecto clave de la
evolución humana, ahora es necesario llevar a cabo más excavaciones
para buscar restos más antiguos que decanten la balanza hacia una de
las dos opciones”, afirma el investigador de la UAB Oriol Oms.
La investigación se publica esta semana en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), en la edición on-line PNAS Early Edition, una preselección de los artículos que saldrán en la edición en papel de la prestigiosa revista.
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