No son las criaturas más entrañables del mundo: alimentarse de
animales muertos no atrae muchos fans entre los humanos. Pero ahora un
proyecto en Sudáfrica busca cambiar la imagen de estas aves en peligro.
Decenas
de buitres de El Cabo surcan el cielo sudafricano, desde lo alto de los
acantilados de Magaliesberg, y vigilan una pradera seca en busca de un
banquete.
Bajo el sol yace un cadáver rodeado de moscas, cuervos y garzas. Una hembra valiente se acerca con cautela.
Se mueve despacio, atenta a los peligros. Llegar hasta su presa le lleva más de una hora.
Pero
una vez que da un primer picotazo a la carne, los demás se abalanzan.
Lo que sigue es un festín frenético, y cada buitre empuja para obtener
suficiente comida para sí mismo y para los polluelos que esperan en el
nido.
Estamos en VulPro, a las afueras de Haartebeesport, a una hora de la capital, Johanesburgo.
Es un centro dedicado a la conservación de una especie cuya fama no es precisamente la del animal más adorable.
Pero
Kerri Wolter, quien dirige esta organización, cree que el papel que
juegan los buitres en la naturaleza es crucial: limpiar y hacer
desaparecer la carne portadora de enfermedades.
'Tenemos que
elevar el perfil de los buitres al mismo nivel de los rinocerontes,
tenemos que hacer que la gente entienda que son importantes'.
Víctimas de la caza furtiva
Esta
especie de buitres figura como 'vulnerable' en la Lista Roja de Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus
siglas en inglés).
Y quienes trabajan aquí para protegerla temen
que pronto se una al buitre dorsiblanco africano, que está en peligro de
extinción.
La IUCN ha observado un declive de 1.500 parejas de buitres de El Cabo en los últimos 20 años.
Entre
las amenazas que los acechan están las electrocuciones y choques con
estructuras eléctricas, los cambios del uso del área en la que viven, la
disminución del alimento disponible y la exposición a drogas
veterinarias tóxicas.
Pero el peor de los peligros es más siniestro.
La
caza furtiva de rinocerontes y elefantes aumenta cada año en el sur de
África - más de 600 rinocerontes sudafricanos fueron cazados este año - y
los buitres son sus víctimas inesperadas.
Como los cazadores
clandestinos no quieren que los buitres llamen la atención de los
guardas, algunos comenzaron a envenenar los cuerpos de los animales que
acaban de matar por sus cuernos o colmillos.
'Con un rinoceronte o un elefante envenenado se puede acabar con 600 buitres', dice Wolter.
'Sin
embargo, durante la temporada de crianza, no son solo los 600 buitres
que consumen ese cuerpo. También pueden ser sus crías'.
'Así que estamos hablando de 1.200 aves en un incidente de envenenamiento'.
La amenaza, agrega, no es sólo para los buitres.
La protección de los buitres
El
número de buitres en Asia ha caído en un 99,9% en los últimos 25 años,
según la británica Sociedad Real para la Conservación de la Aves (RSPB,
por sus siglas en inglés).
'En
Asia, cuando estas aves disminuyeron a un ritmo tan alarmante desde los
años 90, la gente habló de la crisis asiática de los buitres. Yo creo
que aquí podemos hablar de la catástrofe africana de los buitres', dice
Andre Botha, director del programa de aves de rapiña del Fondo para la
Vida Silvestre en Peligro (EWT, por sus siglas en inglés).
'El
índice de declive y el impacto que tenemos en los buitres es tal que
muchas aves desaparecerán del paisaje africano en los próximos 30 ó 40
años'.
De vuelta en la reserva de VulPro, Wolter alimenta a un
polluelo al que ha llamado PJ. Sus cuidadores esperan que sea la imagen
una nueva forma de ver a los buitres.
También esperan que el
premio que les otorgó la ONG británica Tusk Trust- cuyos patrocinadores
son el príncipe William y su esposa Kate, duquesa de Cambridge - ayude a
difundir la causa de los buitres en peligro.
¿Y por qué Kerry Wolter ama a los buitres?
'Supongo que porque comprendo su lucha por sobrevivir en un mundo incapaz de apreciar y entender su importancia', dice.
'Son
la auténtica belleza de la naturaleza, que completa el ciclo de la vida
y nos protege, a nuestro mundo, de la propagación de enfermedades
innecesarias'.
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