sábado, 23 de junio de 2012

La cumbre Rio+20 culmina con un acuerdo débil y escepticismo

Los dirigentes mundiales concluyeron el viernes la cumbre organizada por Naciones Unidas con un débil acuerdo, lo que dejó a muchos asistentes convencidos de que los individuos y las compañías, y no los Gobiernos, deben liderar los esfuerzos para mejorar el medio ambiente. En la imagen, varias personas contemplan una imagen de la bahía de Guanabara realizada con elementos desechables el 22 de junio de 2012 en Río de Janeiro.REUTERS/Nacho DoceLos dirigentes mundiales concluyeron el viernes la cumbre organizada por Naciones Unidas con un débil acuerdo, lo que dejó a muchos asistentes convencidos de que los individuos y las compañías, y no los Gobiernos, deben liderar los esfuerzos para mejorar el medio ambiente.
Casi 100 jefes de Estado y Gobierno han estado reunidos en los últimos tres días en un esfuerzo por establecer "metas de desarrollo sostenible", un conjunto de objetivos de la ONU establecidos en torno al medio ambiente, el crecimiento económico y la inclusión social.
Pero la falta de consenso en esas metas dieron como resultado un acuerdo que incluso algunos signatarios dijeron que carece de metas responsables, específicas y medibles.
Como resultado, muchos ecologistas, activistas y líderes comerciales están llegando a la conclusión de que un progreso en temas medioambientales debe hacerse a nivel local con el sector privado y sin la ayuda de acuerdos internacionales.
"La ambientalización de la economía tendrá que darse sin la bendición de los líderes mundiales", dijo Lasse Gustavsson, director ejecutivo del grupo World Wildlife Fund.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, llegó el viernes a la cumbre para realizar un rápido anuncio sobre proyectos respaldados por Estados Unidos en África y una serie de reuniones bilaterales con varios líderes mundiales.
Clinton dijo además que "los gobiernos por sí solos no pueden resolver todos los problemas que enfrentamos (...) desde un cambio climático, la persistente pobreza y una crónica escasez de energía".
LIDERES, POCO COMPROMETIDOS
Más problemático para muchos críticos de la cumbre es el hecho de que líderes llegaron a Río de Janeiro sólo para firmar un texto que sus diplomáticos no habían anticipado.
El texto como tal, denominado "El futuro que queremos", deja poco espacio para la visión o la audacia de presidentes y primeros ministros, refirieron.
"El mundo que queremos no será entregado por líderes que carecen de coraje para venir aquí, sentarse en una mesa y negociar", dijo Sharon Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional, una de las muchas organizaciones no gubernamentales presentes en la cumbre.
"No asumieron la responsabilidad de imponer acciones, metas o margen de tiempo", refirió.
De hecho, algunos jefes de Estado no asistieron al encuentro en medio de una desaceleración global de la economía, la agudización de los temores por la deuda en Europa y la continua violencia en Oriente Medio.
Entre las ausencias destacaron la del presidente estadounidense, Barack Obama; la canciller alemana, Angela Merkel; y el primer ministro británico, David Cameron, quienes acudieron a un encuentro del Grupo de los 20 esta semana en México.

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