Los dirigentes mundiales concluyeron el viernes la
cumbre organizada por Naciones Unidas con un débil acuerdo, lo que dejó a
muchos asistentes convencidos de que los individuos y las compañías, y
no los Gobiernos, deben liderar los esfuerzos para mejorar el medio
ambiente.
Casi 100 jefes de Estado y Gobierno han estado reunidos
en los últimos tres días en un esfuerzo por establecer "metas de
desarrollo sostenible", un conjunto de objetivos de la ONU establecidos
en torno al medio ambiente, el crecimiento económico y la inclusión
social.
Pero la falta de consenso en esas metas dieron como
resultado un acuerdo que incluso algunos signatarios dijeron que carece
de metas responsables, específicas y medibles.
Como resultado, muchos ecologistas, activistas y
líderes comerciales están llegando a la conclusión de que un progreso en
temas medioambientales debe hacerse a nivel local con el sector privado
y sin la ayuda de acuerdos internacionales.
"La ambientalización de la economía tendrá que darse
sin la bendición de los líderes mundiales", dijo Lasse Gustavsson,
director ejecutivo del grupo World Wildlife Fund.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary
Clinton, llegó el viernes a la cumbre para realizar un rápido anuncio
sobre proyectos respaldados por Estados Unidos en África y una serie de
reuniones bilaterales con varios líderes mundiales.
Clinton dijo además que "los gobiernos por sí solos no
pueden resolver todos los problemas que enfrentamos (...) desde un
cambio climático, la persistente pobreza y una crónica escasez de
energía".
LIDERES, POCO COMPROMETIDOS
Más problemático para muchos críticos de la cumbre es
el hecho de que líderes llegaron a Río de Janeiro sólo para firmar un
texto que sus diplomáticos no habían anticipado.
El texto como tal, denominado "El futuro que queremos",
deja poco espacio para la visión o la audacia de presidentes y primeros
ministros, refirieron.
"El mundo que queremos no será entregado por líderes
que carecen de coraje para venir aquí, sentarse en una mesa y negociar",
dijo Sharon Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical
Internacional, una de las muchas organizaciones no gubernamentales
presentes en la cumbre.
"No asumieron la responsabilidad de imponer acciones, metas o margen de tiempo", refirió.
De hecho, algunos jefes de Estado no asistieron al
encuentro en medio de una desaceleración global de la economía, la
agudización de los temores por la deuda en Europa y la continua
violencia en Oriente Medio.
Entre las ausencias destacaron la del presidente
estadounidense, Barack Obama; la canciller alemana, Angela Merkel; y el
primer ministro británico, David Cameron, quienes acudieron a un
encuentro del Grupo de los 20 esta semana en México.
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