El doctor Juan
Carlos Mora Chaparro, investigador del Instituto de Geofísica de la
UNAM, explicó que la ceniza volcánica es un factor de peligro para la
salud debido a que al enfriarse adquiere la forma de esquirlas de vidrio
ECOticias.

La ceniza emanada por el volcán Popocatépetl afecta actualmente a
diversos territorios de los estados de Puebla, Tlaxcala, Morelos,
México y el Distrito Federal. Ante ello, expertos advierten que urge
implementar medidas para proteger a la población, que ya resiente los
daños.
El doctor Juan Carlos Mora Chaparro, investigador del Instituto de
Geofísica de la UNAM, explicó que la ceniza volcánica es un factor de
peligro para la salud debido a que al enfriarse adquiere la forma de
esquirlas de vidrio (cuyos fragmentos son inferiores a 2 milímetros), y
es expulsada en conjunto con diminutos cristales formados en el magma.
“La ceniza es causa de severos daños en la piel, y especialmente en
los ojos, pues produce irritaciones e incluso microincisiones
(cortaduras)”, advirtió el experto. Añadió que los gases y las cenizas
que exhalan de los volcanes provocan síntomas similares a los de las
alergias, como irritaciones en los ojos, estornudos y náuseas.
Al ser un material abrasivo, también afecta la dentadura de los
animales que se alimentan de los pastos de la región. Ante ello, el
doctor Mora Chaparro recomendó a las autoridades que se piense en la
implementación de lentes protectores, cubrebocas, así como en métodos
para descontaminar las aguas en beneficio de los habitantes más cercanos
a la zona volcánica.
“No es necesario esperar a que exista una erupción fuerte para
implementar medidas de protección a la salud, porque los materiales que
ha emitido el volcán desde su inicio de actividad ya están provocando
daños tanto a la población, como a la flora y fauna de la región”,
señaló el investigador.
Mora Chaparro hizo un atento llamado a los sectores académicos y de
salud, para desarrollar un monitoreo progresivo de los malestares que
padecen los habitantes expuestos a la caída de ceniza. Mediante los
resultados, las autoridades podrían implementar medidas necesarias para
la disminución de riesgos. “Sin duda ya hay consecuencias”, aseguró el
investigador.
El académico destacó que el Centro Nacional para la Prevención de
Desastres ha realizado una labor destacada de monitoreo y ha realizado
esfuerzos extraordinarios en el seguimiento del comportamiento del
volcán, por lo que mantienen la alerta amarilla en fase 3 (avanzada).
Aunque puntualizó que no hay que esperar una gran erupción para evitar
mayores riesgos a la salud.
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