A nadie le
gusta vivir en ciudades ruidosas. El ruido de las industrias, de los vehículos,
de los comercios es completamente nocivo para la salud. Incorporan un
componente psicológico que responde a un desgaste mental que puede ocasionar
problemas a la larga y un componente físico, el cual se relaciona con las
complicaciones efectivas que se producen en el oído a causa del ruido
constante. Estudios de la Organización Mundial de la Salud han comprobado que
la mitad de las personas de Europa viven en población con una alta
contaminación sonora.
El problema
del ruido se advierte cuando se superan los 125 dB(A), en dicha situación el
organismo responde con, por ejemplo, deterioro del sistema cardiovascular, con
respiraciones aceleradas e hipertensión arterial. Además, puede ocurrir un
aumento de la secreción de adrenalina y graves problemas para conciliar el
sueño, lo cual resultar ser muy contraproducente sobre todo con el tipo de vida
que se tiene en las sociedades modernas. El ruido genera actitudes agresivas, estrés,
falta de concentración y un montón de otras problemáticas que se solucionan únicamente
abandonando las grandes ciudades y mudándose a poblaciones alejadas con un
mayor contacto con el medio ambiente.
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