Más de 100.000 manifestantes antinucleares marcharon el
lunes por el centro de Tokio para hacer oír su oposición a la energía
atómica, aumentando la presión sobre el ya amenazado primer ministro
Yoshihiko Noda.
En el día más caluroso de lo que va de año, los
manifestantes abandonaron sus casas con aire acondicionado para decir
que el país no necesita la energía nuclear después de que el desastre
del año pasado en la central de Fukushima elevase la preocupación sobre
la seguridad de la energía atómica.
Esta fue la manifestación más multitudinaria desde que
Noda dijo el mes pasado que Japón necesitaba reiniciar los reactores
cerrados por seguridad para evitar cortes de electricidad que podría
afectar a la economía.
"Las temperaturas alcanzaron hoy niveles récord", dijo
Noda a la televisión japonesa, mientras la ciudad sudaba a 36,6 grados.
"Debemos preguntarnos si realmente podemos prescindir de la energía
nuclear".
Noda se va visto sometido a una presión cada vez mayor
en medio de la creciente desconfianza de la sociedad por el uso de la
energía nuclear, y su formación, el Partido Democrático de Japón, se vio
golpeado el pasado mes por deserciones en masa después de que aprobase
una impopular subida de impuestos.
Los demócratas de Noda mantienen la mayoría en la
cámara baja del Parlamento, pero están en minoría ante la oposición en
la cámara alta. Muchos analistas dicen que podrían convocarse elecciones
a medio plazo.
Los organizadores de la protesta dijeron que 170.000
personas salieron a la calle, cortando una de las principales calles de
Tokio. La policía estimó la participación en más de 75.000 personas,
según informaron medios locales.
"Japón va a autodestruirse con la construcción de
plantas nucleares en un país tan propenso a los terremotos", dijo uno de
los manifestantes, que solo dio su apellido, Saegusa.
Los 50 reactores nucleares del país fueron
desconectados después del terremoto y el tsunami del año pasado, que
desató el peor accidente atómico del mundo desde Chernobyl en 1986.
Este tipo de energía proporcionada hasta entonces cerca del 30 por ciento de la electricidad que consumía el país.
El primero de los dos reactores operado por Kansai
Electric Power que pasó los exhaustivos controles de seguridad volvió a
funcionar a principios de este mes y está previsto que otro lo haga a
finales.
La decisión de reactivar los reactores ante posibles
cortes de suministro durante el verano fue visto como una victoria para
la todavía poderosa industria nuclear del país.
Pero entre los japoneses ha aumentado el temor hacia la
energía nuclear desde Fukushima, con las encuestas mostrando que cerca
del 70 por ciento de la población quiere abandonarla, aunque no de
inmediato.
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