La zona
volcánica de la Garrotxa, con una cuarentena de conos volcánicos y unas
veinte coladas de lava, se considera la mejor conservada de la Península
Ibérica. Al mismo tiempo, es también la zona volcánica más reciente.
ECOticias.
Los científicos han confirmado, con dataciones de
Carbono 14 y análisis de los restos de polen fosilizados, que uno de los
volcanes más jóvenes de la Península Ibérica es el Croscat, en la
comarca de la Garrotxa (Girona) y han determinado que la última erupción
se produjo hace menos de 13 mil años.
La zona volcánica de la Garrotxa, con una cuarentena de conos
volcánicos y unas veinte coladas de lava, se considera la mejor
conservada de la Península Ibérica. Al mismo tiempo, es también la zona
volcánica más reciente. Aunque se conoce aproximadamente la edad de
algunos edificios volcánicos de esta región, una de las problemáticas
principales de su estudio es la de poder precisar de manera concreta la
cronología de cada una de las erupciones. Se han realizado diversos
estudios geocronológicos, pero se dispone de pocos datos y poco
precisos. En cuanto a la cronología del volcán del Croscat, considerado
uno de los edificios volcánicos más recientes, la última datación de la
que se disponía fue obtenida con la técnica de la termoluminiscencia,
realizada en los años ochenta.
Un equipo de científicos de la Universitat Autònoma de Barcelona,
la Universidad de Girona, el Instituto Catalán de Paleoecología Humana
y Evolución Social (IPHES), en colaboración con investigadores del
Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa y de la empresa del
sector medioambiental Axial Geología y Medio Ambiente, y Tosca, han
desarrollado un programa para situar cronológicamente el momento final
de las erupciones volcánicas de la Garrotxa.
Los investigadores han publicado recientemente los primeros resultados, en un artículo en la revista Geologica Acta.
El primer volcán sobre el que se ha trabajado ha sido el Croscat. Las
dataciones del suelo se han hecho por medio de la datación por carbono
14 -un método muy preciso y fácil de realizar en muchos laboratorios-
de la materia orgánica que se encontraba justo en la superficie del
suelo anterior al momento de la erupción.
"La idea general se basaba en la hipótesis de que si se podía datar
el paleosuelo justo encima del cual se depositaron las gredas expulsadas
por el volcán se tendría la fecha del momento anterior a la erupción",
explica Maria Saña, investigadora del Departamento de Prehistoria de la
UAB.
Los científicos perforaron la capa de greda en la zona del Pla del
Torn, situada a pocos metros al NE del cono volcánico. Se hicieron dos
sondeos, de entre 12 y 15 metros de profundidad, que fueron llegando al
punto de la base de la capa de greda y la superficie del paleosuelo.
Las muestras obtenidas de la superficie de este nivel prevolcánico
han podido ser analizadas para determinar el polen que alberga la roca,
con lo que se ha podido obtener una visión de la vegetación de la zona
en el momento previo a la erupción del Croscat y se han podido realizar
diversos análisis de 14C del material orgánico que contenían.
Los análisis palinológicos del suelo en la época de la erupción,
desarrolladas por el IPHES, han revelado que el paisaje de la Garrotxa
era más bien abierto, con prados o estepas mediterráneas definidas a
base de gramíneas, asteráceas y Artemisa. Entre los árboles se
encontraban algunos robles y encinas, lo que indica un ambiente
templado, síntoma del inicio del deshielo, ya finalizado el Último
Máximo Glacial. Por otro lado, la presencia de árboles de ribera (olmos,
alisos y sauces), así como de hierbas acuáticas y lugares húmedos
(ciperáceas, aneas, alismas, etc.) evidencia que en aquella época
también tuvo lugar un incremento de las lluvias.
La datación ha mostrado que la edad de la parte superior de este
suelo sería de aproximadamente entre 13.270 y 13.040 años antes del
presente, y que justo después de ese momento habría tenido lugar la
erupción del volcán del Croscat.
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