El deshielo acelerado de grandes áreas de Groenlandia a causa del calentamiento global -antes ocultas por el casquete de hielo-, no pasa desapercibido para muchas empresas chinas, interesadas en explotar su hierro, aluminio y otros metales.
Alrededor de tres mil trabajadores chinos se dedicarán a la
construcción de un puerto, pistas y de cientos de kilómetros de tuberías
para transportar el hierro extraído de la mina de Isua, ha asegurado en
una entrevista con Efe Nuria Marbá, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Formarán
parte del destacamento que se instalará en la isla, si durante el
próximo mes de octubre, y parece que así será, el Gobierno de
Groenlandia aprueba la apertura de una mina de hierro cerca de la
capital, Nuuk.
Se trata de un gran proyecto minero participado por
una sociedad ubicada en Londres pero con capital chino, ha detallado
Marbá, quien ha llamado la atención sobre el enorme interés de las
empresas chinas de no quedarse al margen de este negocio.
"Aprovecharan
el deshielo para sacar hierro de la mina durante todo el año", ha
destacado Marbá, al tiempo que lamenta el alto número de empresas,
alrededor de un centenar, interesadas en la explotación minera en
Groenlandia, de las que solo cuatro o cinco están pendientes de obtener
la autorización de explotación gubernamental.
Aumento de emisiones de CO2 y del gasto energético
Esta actividad comportará un aumento de las emisiones de CO2,
ya que una mina conlleva un enorme gasto energético (fuel ) e implica
construir un nuevo aeropuerto para acoger el tráfico de trabajadores y
materiales.
Groenlandia, un territorio casi virgen en el que solo
viven 57.000 personas, sufrirá una "gran transformación": el retroceso
en la cubierta de hielo y su posible negocio han puesto en alerta a
grandes compañías que ven un "negocio inminente, no hipotético", ha
señalado Marbá.
El deshielo, tanto en Groenlandia como en el
Ártico, facilita la apertura de nuevas rutas marítimas y acortará la
distancia entre continentes.
Según datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM),
la capa de hielo ártica marcó un nuevo récord de retroceso el pasado
día 16, hasta los 3,41 millones de kilómetros cuadrados, la extensión
mínima registrada desde que los satélites espaciales comenzaron a hacer
un seguimiento en 1979.
La investigadora ha destacado que la
superficie mínima alcanzada en 2012 por el hielo ártico es 760.000
kilómetros cuadrados inferior a la del récord previo registrado por
satélite el 18 de septiembre de 2007, y está un 49 % por debajo de la
media registrada entre 1979 y 2000.
El deshielo es "inminente, parece que no es reversible", ha manifestado Marbá.
En este aspecto, el grupo ecologista Greenpeace ha
demandado abordar los últimos cambios "dramáticos" en los polos, el
Ártico y la Antártida, y exigir una respuesta rápida de la comunidad
internacional para solucionar el problema.
Entender a qué
velocidad está desapareciendo el volumen de hielo es crucial para
conocer cómo de rápido nos aproximamos a un verano sin hielo en el
Ártico, ya que las capas de hielo más finas pueden ser más vulnerables
al derretimiento. EFEverde
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