viernes, 19 de octubre de 2012


La organización ecologista Oceana detectó en su última expedición a las montañas submarinas de Gorringe, en la costa portuguesa, restos de basura y aparejos abandonados y pide más protección para esa zona, de gran interés medioambiental.

En un comunicado divulgado hoy, Oceana incidió en que estos "indicios de contaminación" se deben a actividades humanas y destacó la importancia del enclave, localizado a 250 kilómetros al suroeste del Cabo de San Vicente.

La considerada como mayor entidad internacional centrada en la conservación de los océanos y la protección de los ecosistemas marinos encontró en su última visita a este área "algunos fondos rocosos fuertemente afectados", con restos visibles de material pesquero como redes, sedales y cabos.

En la expedición de este año, en la que participaron investigadores de la Universidad del Algarve (Portugal), se observaron también varias especies nunca vistas en la zona.

Tiburones zapata, corales negros arbóreos, hidrocorales, esponjas nido y gorgonias son algunas de las "novedades" presentes en Gorringe, a la espera de completar los trabajos.

"Tenemos decenas de especies que aún no hemos identificado. Confiamos en que nos proporcionen nuevos datos sobre estos ecosistemas y se facilite así su protección y conservación", apuntó el director de Investigación de la división europea de Oceana, Ricardo Aguilar.

Además de su valor medioambiental, Gorringe ha sido protagonista de varios estudios por ser considerada "una de las zonas de mayor potencial sísmico y, por tanto, de crear 'tsunamis' en el Atlántico", según esta misma organización.

Estas montañas submarinas, influidas tanto por el Mediterráneo como por corrientes procedentes del Atlántico, tienen su base a cinco mil metros de profundidad, cuentan con zonas totalmente vírgenes, están cubiertas de bosques de algas en sus cimas y son visitadas por ballenas, delfines o peces espada.

"Durante este año hemos realizado inmersiones para poder observar a las especies de zonas más profundas que suben por las laderas de las montañas en busca de presas, y así hemos dado con diferentes tiburones de profundidad y algunos otros peces más difíciles de observar", explicó Aguilar.

Oceana ha recogido imágenes y muestras en las inmersiones realizadas en Gorringe desde 2005 con el propósito de reunir documentación para demostrar su excepcional valor medioambiental y garantizar así una mayor protección.

La entidad ha censurado en repetidas ocasiones la situación de las costas de España y Portugal, que están entre las que cuentan con menor número de espacios marinos protegidos en Europa.

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