lunes, 8 de octubre de 2012

Nueva variedad de soya al campo mexicano


Con el objetivo de reactivar el cultivo de soya en el noroeste del país y mejorar sus procesos de cultivo, científicos del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) desarrollaron una nueva variedad de esta leguminosa con características de resistencia a la mosca blanca y geminivirus, denominada Guayparime-S10.

Uno de los principales problemas al que se enfrentan los productores de soya en el norte del país es la mosca blanca, en su variedad Bemisa argentifolii, así como las enfermedades virales (geminivirus) que producen efectos como la merma del vigor en la planta, la pérdida de flores y bajos rendimientos.

El investigador del INIFAP, Franklin Rodríguez Cota, explicó que desde la década de los ochenta se realizan trabajos de mejoramiento genético con el fin de ofrecer alternativas a los productores nacionales en diferentes cultivos y es en 1996 cuando se define la línea de este proyecto.

Desde entonces se han realizado avances en la investigación, y al paso del tiempo se han incorporado otras características como la resistencia al geminivirus, con la finalidad de dar solución a los problemas que surgen.

“Por ejemplo, en 2000, la mosca blanca llegó al noroeste del país, no se introdujo, entró sola, y fue una especie nueva de mosca que ocasionó muchos problemas en cultivos de algodón en el área de Mexicali, Sonora, y de soya en Sinaloa”, detalló el líder del proyecto.

A principios de la primera década del siglo se analizó una colección mundial de los grupos de madurez que se adaptaron al noreste de México y que constaba de 4 mil 400 accesiones, individuos diferentes.

“De este material que se evaluó, dos accesiones resultaron resistentes al geminivirus, lo cual se observó en campo y posteriormente en el laboratorio. Eso nos dio pauta para cruzar los materiales resistentes con genotipos adaptados a la región y tolerantes o resistentes al daño de mosca blanca, que además son de alto potencial de rendimiento”, añadió.

Bajo esa premisa el proyecto “Formación de variedades de soya, con alto potencial de rendimiento, tolerantes a mosca blanca y geminivirus, con calidad de grano y amplia adaptación”, financiado por la Fundación Produce Sinaloa, logró ya la creación de genotipos efectivos y la generación de otras líneas de investigación, con diferente grado de avance en su pureza genética y con potencial alto de rendimiento.

Hace tres décadas en Sinaloa se plantaban, en promedio, 200 mil hectáreas de soya, pero situaciones como los cambios de cultivo (por maíz, trigo o cártamo) y la presencia de la mosca blanca redujeron esa cifra. Actualmente se busca que de 30 a 50 mil hectáreas sean cultivadas nuevamente con la leguminosa.

“Por ello, también el proyecto sugiere utilizar tecnología de costos mínimos que consiste, si es posible, en usar labranza reducida o cero labranza, no mover el suelo porque la preparación de un terreno lleva costos importantes, o emplear densidades bajas, comparadas con las décadas de los 80 o 90, donde se ponían de 35 hasta 40 semillas por metro lineal al momento de la siembra y hoy sugerimos de 18 a 22 semillas”, apuntó el especialista.

Dentro del proyecto ha participado un grupo multidisciplinario, conformado por los especialistas del INIFAP, Pedro Manjarrez Sandoval, Víctor Valenzuela Herrera, Edgardo Cortes Mondaca, Sixto Velarde y Héctor Ortiz Cano.

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