Para WWF, el texto presentado por el gobierno de Brasil es una clara victoria de las palabras frente a la acción necesaria.
ECOticias.
Con las reuniones preparatorias ya terminadas, comienza una
semana clave para el futuro del planeta, con un primer documento de
Brasil, que ostenta la Presidencia de Río+20, muy débil, que nos sitúa
en las reuniones preparatorias de 1992. WWF pide a los líderes del mundo
que hagan posible el milagro político y al final de esta semana se
alcancen compromisos ambiciosos de desarrollo sostenible.
Para WWF, el texto presentado por el gobierno de Brasil es una clara
victoria de las palabras frente a la acción necesaria. La organización
recuerda a los negociadores que esta es una conferencia sobre seguridad,
que la seguridad viene de la estabilidad y que ésta requiere que se
satisfagan las necesidades básicas de las personas cuidando la
naturaleza. “Si queremos garantizar unas economías y sistemas políticos
seguros, necesitamos que nuestros líderes garanticen el acceso a
suficiente alimento, agua y energía para todos, respetando el medio
ambiente”, declaró Lasse Gustavsson, jefe de la delegación de WWF en
Río+20. Y concluye: “esto todavía puede ocurrir durante esta semana,
pero necesitamos un milagro político”.
WWF critica a países como Canadá porque está bloqueando un texto que
incluye principios de desarrollo sostenible básico, protección de la
biodiversidad de alta mar y un compromiso para acabar con las
subvenciones a los combustibles fósiles.
WWF quiere que Brasil juegue su baza política como lo hizo en la
Cumbre de la Tierra de Río 92. Durante los próximos días el país
anfitrión debe mantener firme su liderazgo a pesar de las presiones y
promover un texto final ambicioso. WWF quiere que incluya al menos 5
puntos:
1. Unos Objetivos de Desarrollo Sostenible ambiciosos (ODS): que
deben ser una evolución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)
y que Río+20 debe ordenar en áreas temáticas como alimentación, agua,
energía y océanos, así como establecer el proceso para crearlos,
financiarlos y medirlos.
2. La puesta en valor del capital natural: creación de indicadores
para medir la calidad del medio ambiente, la naturaleza, la
biodiversidad y ecosistemas junto a los indicadores económicos (PIB) y
sociales (IDH-D) ya existentes.
3. Una reforma de las subvenciones dañinas: los líderes del mundo
deberían acordar una revisión de las reformas de las subvenciones con el
objetivo de eliminar para el 2020 las más dañinas para el medio
ambiente, especialmente las de los combustibles fósiles.
4. Un sistema eficaz de gobernanza de los océanos: los líderes del
mundo deberían acordar una mejor gobernanza de los océanos, que aborde
la conservación y uso sostenible del alta mar, fuera de las fronteras
nacionales.
5. Reforzar el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente: los líderes del mundo deben reforzar el PNUMA comprometiendo
la necesaria financiación y autoridad para proteger de forma adecuada el
medio ambiente mundial.
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