Concretamente,
la ONG ha manifestado que ve "prioritario" avanzar en la protección de
los océanos, en la deforestación cero así como en una revolución
energética y en el establecimiento de una economía verde.
ECOticias.
La organización ecologista Greenpeace participará en la Cumbre
de Desarrollo Sostenible que se celebrará del 20 al 22 de junio en Río
de Janeiro, más conocida como Río+20 así como en la Cumbre de los
Pueblos (del 15 al 23) en las que tratará de presionar a los
representantes de las distintas delegaciones de países para tratar de
lograr avances para el futuro del planeta.
Concretamente, la ONG ha manifestado que ve "prioritario" avanzar
en la protección de los océanos, en la deforestación cero así como en
una revolución energética y en el establecimiento de una economía verde.
Según la responsable de la campaña de cambio climático de
Greenpeace España, Aída Vila, estas son las áreas donde estiman que se
pueden lograr "avances" más significativos dentro de la cumbre.
Así, entre las demandas para alcanzar un desarrollo sostenible y
una economía equitativa y "realmente verde", Greenpeace reclama mejorar
la gobernanza, el control del sector financiero y la responsabilidad
empresarial, para lo que se deben fortalecer los sistemas de gobernanza
de modo que permitan integrar el medioambiente en las políticas de
desarrollo a través de la conversión del Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente en Agencia especializada de la ONU.
En este sentido, Vila pide desarrollar un instrumento
internacional que garantice la "plena responsabilidad" de las empresas
por los daños sociales o ambientales de sus actividades, así como
establecer una fuerte regulación y control de los mercados financieros,
con impuestos a las transacciones financieras y restricciones a los
movimientos especulativos, sobre todo con las materias primas agrícolas.
Entre sus propuestas plantea acordar una supresión gradual de los
subsidios perjudiciales para el medio ambiente: a los combustibles
fósiles, a los sectores que provocan deforestación, a la energía
nuclear, a la producción de agroquímicos y otras sustancias tóxicas, así
como a la pesca insostenible.
En materia de energía, Vila ha dicho que Greenpeace planteará en
Río de Janeiro que el 80 por ciento de la energía del mundo se pueda
satisfacer con energías renovables en 2050, un porcentaje que debería
llegar al 40 por ciento en 2030 y que la intensidad energética mejore en
un 50 por ciento.
Para ello, valora que los países deberían "comprometerse" en
elaborar planes para las energías renovables y la eficiencia energética,
así como garantizar el acceso prioritario de la red y el crecimiento
estable de las inversiones en energía renovables. Al mismo tiempo,
estima preciso asegurar la financiación de la lucha contra el cambio
climático más allá de 2012 y en cantidades superiores a las ya
comprometidas, es decir, mayores a 100 millones de dólares al año para
2020.
LUCHAR CONTRA LA DEFORESTACIÓN
Vila ha añadido que la delegación de Greenpeace en Río+20 se
esforzará por propiciar que los países avancen en la protección de los
bosques del mundo, adoptando el compromiso de "eliminar" la
deforestación de los mismos en 2020 y eliminando los incentivos a
sectores agrícolas y forestales causantes de la deforestación y
degradación de los bosques, así como procurar el desarrollo de una
planificación de los bosques y del uso de la tierra que responda a las
necesidades y derechos de los pueblos indígenas y las comunidades que
dependen de los bosques.
Por otro lado, demandan que de la Cumbre salga el compromiso para
desarrollar las políticas y los instrumentos de mercado que permitan
sistemas rentables de agricultura ecológica y acordar una mejor
regulación del uso de los agroquímicos para evitar los daños a las
personas y al medio ambiente.
Igualmente, la responsable de la campaña de cambio climático de
Greenpeace España destaca que la ONG quiere que se subsanen las
deficiencias en la gobernanza de los océanos y que se detenga la
sobrexplotación pesquera. Por ello, respaldan un nuevo acuerdo sobre las
aguas internacionales en el marco de la Convención de Naciones Unidas
sobre el Derecho del Mar que se base en el principio de precaución y
priorice el enfoque ecosistémico. También quieren que se implante una
red global de reservas marinas que proteja un 40 por ciento los océanos
del planeta.
"Los resultados de Río+20 deben beneficiar a las personas y al
planeta, no a las empresas. La transición a una economía verde debe ser
justa y equitativa, sacar a la gente de la pobreza, respetar los límites
planetarios y asegurar un trabajo decente", ha concluido.
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