El residuo orgánico de las mazorcas de maíz es aprovechado por una empresa chilena que tritura el deshecho del cereal y lo convierte en arena para mascotas, productos para pulir metales e incluso aditivos para la perforación petrolífera.
El padre de la idea es Raúl Maffei, un ingeniero agrónomo de
38 años que estudió las propiedades de las mazorcas y en 2010 creó la
primera planta sudamericana de reciclaje de los restos del maíz.
"De
la coronta (mazorca) se aprovecha todo y cada parte se utiliza en
distintos mercados. Producimos desde base sanitaria para gatos hasta
abrasivos, pasando por arenilla y suplementos alimentarios", explica
Maffei a Efe.
Su proyecto se forjó durante los ocho años que trabajó en la industria chilena de este cereal.
Maffei
estudió las propiedades de los residuos de las mazorcas y descubrió que
en Estados Unidos ya había dos empresas que trituraban los restos de
maíz para convertirlos en materia prima para transformaban en diversos
productos.
Entonces entró en contacto con una de ellas y siguió ahondando en el proyecto de la planta de reciclaje en Chile.
El
ingeniero agrónomo ideó una máquina para secar la mazorca, separar las
partes y transformar la baya alargada y aparentemente sin valor en arena
para absorber líquidos o pulir la chapa metálica de los autos.
También biomasa
"La
energía que utilizamos para secar la coronta (zuro) funciona con
biomasa generada a partir del mismo polvo de las corontas. Lo único que
necesitamos es electricidad. Además, no vertimos ningún deshecho",
subraya.
El fundador de Agricob decidió instalar la planta de
producción en San Francisco de Mostazal, a 80 kilómetros de Santiago,
una zona donde se ubican buena parte de las plantaciones de la gramínea
más cultivada en Chile, según el Instituto Nacional de Estadística.
"La industria semillera de choclo (maíz) está muy desarrollada
en Chile, de manera que se producen muchas corontas que nosotros
aprovechamos", señala Maffei.
Además, con la venta de los restos
de las mazorcas los agricultores obtienen un beneficio económico
adicional a "algo que antes carecía de valor".
En el exterior de
la planta de reciclaje se acumulan 8.000 toneladas de mazorcas secas
provenientes de los productores de la zona que son procesadas y generan
veinte toneladas diarias de compuesto listo para ser comercializado.
"Todo lo que llega acá se procesa y se convierte en algo útil para el mercado", asegura.
Eliminar óxido
Entre
los productos que se elaboran destaca una arena abrasiva que utilizan
las compañías mineras de Chile para eliminar el óxido que se acumula en
la carrocería de los camiones.
Pero sus perspectivas de
crecimiento no se limitan sólo al mercado chileno, ya que
aproximadamente un 30 % de la facturación de la empresa proviene de las
exportaciones.
"Ya tenemos distribuidores en Inglaterra y Brasil y
también ventas puntuales en Australia, Turquía, Perú y Argentina. En el
futuro pensamos seguir avanzando en nuevos mercados", asegura con
optimismo este emprendedor chileno. EFEverde
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