Estamos ante
un escenario caótico como jamás se ha presentado en la historia de la
humanidad, donde un poder financiero oculto en agencias de calificación y
bancos poderosos, doblegan el espinazo a políticos de cualquier color
Pedro Pozas
Desde la celebración de la Cumbre de la Tierra en 1992, en la
que los líderes mundiales se comprometieron a cumplir una serie de
objetivos en beneficio de la humanidad y del medio ambiente en general,
han pasado veinte años de fracasos, cumbres perdidas, reuniones
interesadas, informes no cumplidos y negocio con sobrantes de CO2, Las
multinacionales y gobiernos han seguido saqueando sin descanso los
recursos naturales adentrándonos cada vez más en una crisis climática
global, hambre, desnutrición, pérdida de bosques y diversidad biológica,
contaminación química, escasez de agua potable, aumento de la de
desertificación de los suelos, acidificación de los mares, acaparamiento
de las tierras para monocultivos y agro combustibles, mercantilización
de todos los aspectos de la vida en las ciudades y en el campo,
agravado todo ello por el abuso de poder de los políticos que sirven al
capitalismo devastador, que ha originado una crisis mundial donde en
muchos países se están violando los derechos adquiridos por los
ciudadanos, aumentando los productos básicos de subsistencia sin que
banqueros o políticos responsables de este robo universal sean llevados
ante los tribunales para ser juzgados.
Estamos ante un escenario caótico como jamás se ha
presentado en la historia de la humanidad, donde un poder financiero
oculto en agencias de calificación y bancos poderosos, doblegan el
espinazo a políticos de cualquier color, convirtiéndose en cómplices de
una hecatombe humana producida por el capitalismo. Bajo este prisma
dictatorial, borran derechos de la sociedad, logros conseguidos tras
grandes luchas por tener una sociedad más justa y convirtiéndose sin
duda en responsables de crímenes de lesa humanidad, al permitir la
muerte de millones de personas por hambre, desnutrición, enfermedades,
destrucción de todos los ecosistemas de nuestra Tierra. El medio
ambiente, nuestra vida y las de las generaciones futuras, ha sido
vendida a la mercadería de la ambición y el poder. La cumbre celebrada
en 2012, denominada Río + 20, se ha convertido en el fracaso más
vergonzoso de todos los tiempos, ocultando a la sociedad una vez más,
los intereses egoístas de unos pocos. Ningún acuerdo positivo, solo
palabras gastadas embadurnadas de mentiras y con claros intereses
financieros.
La crisis política que invade a casi todas las naciones,
donde en lugar de estar al servicio de pueblo y su bienestar, están para
atar los zapatos al poder económico convertido en Bancos Mundiales y
Agencias de destrucción social masiva, están imponiendo la voluntad de
los mercados, disfrazados de economía verde y desarrollo sostenible.
El sistema agroindustrial, es uno de los mayores factores
causantes de la otra crisis, la climática, ambiental, económica y
social. La especulación en la alimentación, en la economía mundial, el
aumento de los paraísos fiscales abiertos por los políticos que cada vez
más, actúan con más desvergüenza y sin esconder sus manos blancas
manchadas de sangre, es ya un signo habitual de este estado neoliberal
que presiona a la sociedad y exprime la libertad y la igualdad. Las
democracias han caído bajo su poder y ya sólo existe dictaduras
encubiertas de falsedades liberales y falsas sensaciones de libertad.
Los valores éticos han caído, ya no existen, y la
corrupción acampa a sus anchas en todos los estamentos del poder
(político, ejecutivo y judicial) de La mayoría de los países del mundo.
Sin duda, hace falta una gran revolución social a nivel mundial, para
que podamos establecer de nuevo el equilibrio con nuestra Tierra y
nuestra felicidad. Si no lo conseguimos, estamos sentenciados a perder
la poca dignidad humana que aún se podría salvar entre los escombros de
la ignorancia y de una sociedad sumisa que aguarda en silencio su propia
destrucción.
Siguiendo las directrices del poder financiero, el
proceso oficial que esta detrás de Río + 20, ha propuesto instaurar
formas de gobierno ambiental mundial que sirvan como administradores y
facilitadotes de la “economía verde”, dando protagonismo al Banco
Mundial y otras instituciones financieras públicas o privadas,
internacionales y nacionales, lo cual activaría un nuevo ciclo de
endeudamiento y de ajustes estructurales disfrazados de verde. Pero no
entienden que la sociedad en general, que el pueblo ha perdido la
confianza en las instituciones nacionales y mucho más en las
internacionales, donde mucho quieren hacer pero siguen permitiendo que
miles de multinacionales sigan arrasando los recursos naturales de una
forma desmedida, empleando la fuerza, violando los derechos humanos y
destrozando la biodiversidad de nuestro planeta.
Entre 2000 y 2010 se han destruido 130 millones de
hectáreas de bosques tropicales. ¿Podemos seguir a este ritmo?. De las
63.837 especies evaluadas en el mundo, 19.871 están amenazadas por la
extinción: el 41% de los anfibios, 33% de los corales formadores de
arrecifes, 25% de los mamíferos, 13% de las aves y el 30% de las
coníferas. Todos estos datos están muy por debajo de la realidad, siendo
muy positivos y a pesar de ello el drama es aterrador.. A esta lista
podemos añadir los millones de personas que mueres de hambre al año, por
infecciones, desnutrición, sequía. El 85% de las explotaciones
pesqueras están explotadas o agotadas. La extracción de materias primas
ha aumentado en un 45%. La temperatura media mundial ha subido 0,4
grados centígrados. Los océanos se han calentado entre 0,22 y 0,5
grados. La extensión cubierta por hielo ha disminuido en el Ártico en un
35%. La población mundial ha crecido en un 26% y la biodiversidad
global ha disminuido en un 12%.El panorama de nuestro planeta se ha
tornado negro y desolador.
Un informe dramático de Naciones Unidas y presentado para
este fracasado evento, advierten que los cambios que actualmente se
observan en el sistema Tierra no tiene precedentes en la historia de la
humanidad. El 80% de la población vive en zonas donde el suministro de
agua está amenazado. Igualmente señala que el ritmo a que se pierden los
bosques , especialmente los tropicales (selvas) es extremadamente
elevado y es probable que solo la deforestación y la degradación de los
bosques supongan un costo para la economía mundial, incluso superior, a
las pérdidas derivadas por el robo financiero que ha terminado en una
crisis mundial. El mar, fuente de vida y salud, esta siendo saqueado y
envenenado por la acción del hombre. ¿Es que nadie es capaz de poner
solución a este vandalismo ecológico que está sembrando a la tierra de
dolor y destrucción?.
Estamos asistiendo ademas de a un ataque contra el
bienestar de los pueblos, a un enmascaramiento de la economía verde que
se vende como solución a los problemas medioambientales y que sin
embargo detrás de esta línea “ecológica” se encuentran precisamente
aquellos que nos han conducido a esta crisis: grandes empresas
transnacionales, con el apoyo activo de gobiernos e instituciones
internacionales como bien denuncia Esther Vivas, compañías que
monopolizan el mercado de la energía (Exxon, BP, Chevron, Shell, Total),
de la agroindustria (Unilever, Cargill, DuPont, Monsanto,
Procter¬Gamble), de las farmacéuticas (Roche, Merck), de la química
(Dow, DuPont, BASF), principales impulsoras de la economía verde. Esto
es un ataque a los bienes comunes donde quienes perdemos somos el 99% y
nuestro planeta y especialmente comunidades indígenas y campesinas,
cuidadoras de la biodiversidad de los ecosistemas, quienes son
expropiadas y expulsadas de sus territorios en beneficio de las empresas
transnacionales. Hoy día gran número de líderes indígenas, de
campesinos y defensores de la biodiversidad, están siendo asesinados.
Pero la voz del pueblo no calla ante las balas y la sangre.
Se han realizado cientos de marchas de pueblos indígenas y
campesinos a Río para mostrar su rechazo ante las naciones que intentan
imponer sus criterios financieros y paralelamente se ha formado la
Asamblea permanente de los Pueblos desde donde se hace una llamado a la
movilización y coordinación de las luchas a lo largo del planeta., un
llamamiento a todos los pueblos y movimientos en lucha contra todas las
formas de explotación, depredación y dominación, donde se pide nuestros
derechos y los de la Naturaleza frente a la mercantilización de la vida y
el “reverdecimiento” del capitalismo, en defensa de los bienes comunes,
de la vida, de la soberanía alimentaria y energética, territorial y
política, la autodeterminación y la igualdad, la defensa de los derechos
humanos y de la naturaleza. Acciones que no han sido recogidas por la
prensa, muchas veces cómplice de las políticas de agresivas a la
humanidad.
Ha llegado la hora en que sean los propios ciudadanos
quienes encaucen el destino de la humanidad. La crisis política ha hecho
que la gente buena desconfíe de los políticos y de su ignorancia para
gobernar y se necesita una revolución pacifica y contundente para que
estos poderes públicos nuevamente sean regulados por leyes que
favorezcan a la sociedad en su conjunto y con una constitución moderna
en la que entre muchas cosas impida que los propios políticos se suban
los sueldos o ejecuten acciones que vayan dirigidas contra el bienestar
de la sociedad y la protección de nuestra Tierra en todos sus ámbitos y
ecosistemas. Debemos ser dueños de nuestra propia supervivencia.
Mientras que un solo niño muera de hambre, este sistema globalizado es
culpable de asesinato y si son millones de personas, es claramente un
crimen de lesa humanidad, consentido por las grandes potencias, por los
gobiernos de todas las naciones del mundo. Hay que dar prioridad a la
felicidad humana y con ella al bienestar de nuestro planeta.
Hubo una vez una anciana llamada Ojos de Fuego, nativa de la tribu Cree de Norteamérica. Esta mujer lanzó una profecía en la que decía: “Llegará el día en que la codicia del hombre,
hará que los peces mueran en las corrientes de los ríos, que las aves
caigan de los cielos, que las aguas ennegrezcan y los árboles ya no
puedan tenerse en pie. Y la humanidad, como la conozco, dejará de
existir. Llegará el tiempo en que habremos de necesitar a los que preservan las tradiciones, las leyendas, los rituales, los mitos y todas las viejas costumbres de los pueblos para que ellos nos muestren cómo recuperar la salud, la armonía y el respeto a nuestros semejantes. Ellos serán la clave para la supervivencia de la humanidad, y serán conocidos como los guerreros del arco iris.
Llegará el día en que algunas personas despierten de su letargo para
forjar un Mundo Nuevo de justicia, de paz, de libertad y de respeto por
el Gran Espíritu. Los Guerreros del Arco Iris transmitirán el mensaje,
para difundir sus conocimientos a los habitantes de la Tierra”.
Rio + 20 ha sido un nuevo fracaso de políticas
capitalistas. Nuestros gobernantes solo les interesa el poder y
conservar sus beneficios. Están al servicio de las multinacionales que
les premian con puestos de relevancia una vez agotados sus mandatos.
Toca la voz de la verdad, de la liberación, de la verdadera democracia
para y por el pueblo, de salvar nuestro planeta como verdaderos GUERREROS DEL ARCO IRIS.
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