Reducir la contaminación ambiental, aprovechar los desechos de la extracción de crudo y mejorar las prácticas petroleras es lo que prevé conseguir la estatal ecuatoriana Petroamazonas con un programa de energía limpia que le llega a través del río Amazonas.
Son generadores de electricidad, fabricados en Finlandia,
Austria y Alemania que aprovecharán el gas vinculado al crudo que se
extrae de las entrañas de la tierra y que actualmente se quema y
desperdicia en grandes cantidades, así como desechos de crudo de la
misma actividad.
Además, no harán casi ruido y permitirán que las
empresas petroleras que operan en la Amazonía ecuatoriana dejen de
consumir la energía que producen en plantas que usan diesel importado o
que la toman del suministro que se distribuye a todo el país a través
sistema nacional interconectado.
Siete de esos generadores
fabricados en Finlandia llegaron recientemente en barcazas a puerto
Nuevo Rocafuerte, la ciudad más oriental de Ecuador que hace frontera
con Perú.
Cuatro semanas tardaron las barcazas en trasladar los
equipos desde la ciudad de Manaos, en el corazón de la selva brasileña,
hasta Nuevo Rocafuerte, travesía que utilizó la navegabilidad de los
ríos Amazonas y el Napo, afluente que nace en la cordillera de los Andes
ecuatorianos.
La llegada de estos equipos sólo es el principio,
pues la idea es que toda la industria petrolera asentada en la Amazonía
ecuatoriana se interconecte y aproveche la energía que ahora se
desperdicia por la quema del gas que genera mucha contaminación en una
zona considerada "el pulmón del mundo".
Por eso, este plan, ideado
por Petroamazonas tiene un significado estratégico, pues, además del
ahorro que supondrá para la misma industria y para el país, cambia la
mentalidad de la industria hacia una noción de responsabilidad
medioambiental y social.
Para el gerente del proyecto de
Optimización de Generación Eléctrica (OGE) de Petroamazonas, Berend van
den Berg, es también un hito en la historia, porque marcará "un antes y
un después" para la industria petrolera.
"Es la primera vez que un
país toma como política de Estado cambiar la matriz energética a nivel
del sector petrolero" y, aunque Noruega también ha hecho esfuerzos en
ese campo, "no hay otro país en el mundo que haya tomado esta decisión
de manera integral", señaló a Efe Van den Berg.
El proyecto obliga
a todas las compañías petroleras que operan en Ecuador, públicas o
privadas, a integrarse al nuevo modelo que pretende aprovechar los 100
millones de pies cúbicos de gas al día que se queman en los campos
petroleros del oriente del país.
Además ha supuesto un desafío
porque para la llegada de los generadores utiliza una ruta no
tradicional, pero de gran potencial, el llamado Eje Manta-Manaos, que
Ecuador y Brasil llevan adelante para unir los océanos Atlántico y
Pacífico por la selva amazónica.
Ecuador prevé importar una
veintena de generadores de este tipo para instalarlos en su distrito
petrolero, en una operación a gran escala que estará lista en 2015,
según estimó Van den Berg.
Además, construirá una red que unirá
todas las unidades petroleras a través de 350 kilómetros de líneas de
tendido eléctrico subterráneo.
En total serán instalados 500
megavatios de potencia en generadores y se estima que el ahorro, sólo
por la eliminación de la importación de diesel, será de unos 3.000
millones de dólares en diez años.
Con una inversión de 500
millones de dólares, el proyecto se une a un agresivo programa de
incremento de la generación hidroeléctrica del país que, de deficitario
en la producción de electricidad quiere convertirse en exportador de
energía, sobre todo a Colombia y Perú.
El proyecto ha llamado la
atención incluso de la Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP), que prepara una publicación en su revista especializada.
También
el World Finance del Reino Unido ha otorgado un premio a Petroamazonas,
al considerar su programa de energía limpia como "el mejor proyecto
pionero en eficiencia energética".
Para Van den Berg, este tipo de
iniciativas deberían ser exigidas en el mundo como normas de nuevas
prácticas petroleras amigables con el medio ambiente y socialmente
sostenibles.
Se prevé que el programa reduzca la emisión de unas 4
millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera en los
próximos diez años, remarcó Van den Berg, y aseguró que el objetivo del
proyecto en el campo petrolero es tratar de "borrar la huella humana por
barril de crudo producido". EFEverde
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