Según el
director de la firma, Emiliano Muñoz, el dispositivo permite monitorizar
los distintos parámetros que influyen en el funcionamiento de la
instalación
ECOticias.
Proxima Systems, con sede en el Parque Tecnológico de Boecillo
(Valladolid), ha desarrollado un sistema de telemetría especializado en
plantas solares fotovoltaicas de pequeña escala, con una potencia de
hasta 50 kilovatios.
Según el director de la firma, Emiliano Muñoz, el dispositivo permite
monitorizar los distintos parámetros que influyen en el funcionamiento
de la instalación (como contadores o sondas de temperatura y radiación) y
optimizar el consumo de la infraestructura a la que abastezca.
En la actualidad, explica Muñoz, la mayor parte de las plantas
solares fotovoltaicas que se ponen en marcha en España son de pequeña
potencia, para cubrir la demanda energética de determinados edificios.
Esto es fruto, de la evolución que ha tenido el sector en los últimos
años debido a los cambios en la legislación.
“En el principio de la historia fotovoltaica de España y de Europa se
desarrollaron plantas pequeñas que fueron derivando a instalaciones más
grandes que eran vistas como una inversión. Con el cambio legislativo
en 2010 –cuando se limitaron las horas de producción a las que resultaba
aplicable la tarifa fotovoltaica o prima por la producción de
kilovatio/hora– aquellas grandes plantas dejaron de ser rentables y por
tanto dejaron de montarse”.
Sin embargo, añade, la tecnología ha seguido evolucionando, los
precios del material fotovoltaico han ido decreciendo y ahora estamos en
una situación prácticamente de paridad con la tarifa eléctrica, es
decir, lo que se paga a una distribuidora por el suministro eléctrico
para un negocio o una casa es similar a lo que cuesta generar tu propia
electricidad, lo que se denomina autoconsumo.
Esta es la causa, según el directivo, de que ahora se pongan en
marcha instalaciones de pequeña potencia en determinados edificios de
empresas o industrias, de hasta 50 kilovatios, “unas 100 veces más
pequeñas de las que eran comunes anteriormente”.
Por ello, esta empresa vallisoletana, dedicada a la monitorización y
control remoto en los sectores de la industria y la energía, que en 2005
sacó al mercado una herramienta especializada para plantas solares
fotovoltaicas medianas y grandes denominada Helióstat, ha desarrollado
ahora una versión “nano” que introduce como novedad la optimización de
los consumos.
Alarmas enviadas al móvil
“Una planta solar fotovoltaica, como cualquier proceso industrial,
tiene una serie de puntos críticos que, en caso de desviarse de las
condiciones de operación normal, pueden suponer una reducción de su
rentabilidad. A través de este sistema medimos, varias veces por
segundo, todos los parámetros que afectan a la rentabilidad de la planta
solar, los analizamos y los comparamos con lo que debe ser su
funcionamiento y el de otras instalaciones, y sacamos conclusiones. De
cara al operador de la instalación estas conclusiones, como una posible
parada, se traducen en alarmas que se envían a un teléfono móvil en
forma de SMS o a un correo electrónico”, detalla Muñoz.
Entre las variables que mide el sistema, que ya está disponible en el
mercado, se encuentran la propia radiación solar, ineficiencias
producidas por la suciedad de los paneles o por algún defecto, o las
condiciones de la instalación eléctrica, “por ejemplo que no hayan sido
afectadas por roedores o que no se hayan aflojado las conexiones de los
cables”, precisa.
Optimización del autoconsumo
Por otro lado, Muñoz apunta que la empresa “antes se preocupaba por
generar la máxima energía posible”, mientras que ahora hay que tener en
cuenta que “estamos generando energía para consumirla nosotros mismos”.
La optimización de este consumo tiene como objetivo aprovechar al máximo
la producción eléctrica y evitar recurrir a la red.
A través de un algoritmo, el sistema permite a los operadores de las
plantas solares controlar y automatizar el arranque y parada de las
diferentes cargas eléctricas de la instalación (climatización,
compresores, enfriadoras, estaciones de recarga de vehículos eléctricos,
etc), según el nivel de prioridad asignado a cada una y la potencia
eléctrica generada en cada momento. “A nivel tecnológico supone estar
continuamente pendiente, medir y comprobar varias veces por segundo todo
lo que influye en el proceso. Por ejemplo, se analiza la ocupación del
edificio, cuántas personas están dentro de un recinto, y el sistema
reacciona en tiempo real adaptando los parámetros de confort climático",
asegura.
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