viernes, 7 de septiembre de 2012

El Gobierno asume el cierre de Garoña en 2013


El Gobierno se resigna al cierre de la central nuclear de Garoña en julio de 2013. Tras un intenso debate, el Consejo de Ministros ha asumido hoy que el incumplimiento por parte de las eléctricas del plazo legal para solicitar la prórroga prevista convierte en irreversible el cese de las operaciones en la instalación abierta en 1971 en el municipio burgalés. La fecha de cierre será, por tanto, la que previó el Gobierno anterior de Zapatero, a pesar de que el PP de Mariano Rajoy había apostado por prolongar las operaciones hasta 2019 y el propio presidente así se había comprometido en su visita a ese municipio.
Fuentes gubernamentales han confirmado que el Ejecutivo acepta que este es el fin del procedimiento. "En el Gobierno no ha cambiado nada, ha cambiado en las compañías", ha declarado la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría tras el Consejo de Ministros. "En esto el Gobierno no tiene que llevar la iniciativa. La empresa ha cambiado de opinión y tendrá que explicarlo, al menos a sus accionistas. Esa parte ha decidido que ya no le interesa continuar". Nuclenor, la concesionaria de la central, es propiedad de Endesa e Iberdrola.
El debate sobre Garoña ha acaparado buena parte de las casi tres horas que ha durado la reunión del Consejo. El ministro de Industria, José Manuel Soria, informó de que el agotamiento del plazo no dejaba más opción que aceptar el cierre de la central nuclear, pues la ampliación de ese plazo es inviable legalmente. En esto coincide el Consejo de Seguridad Nuclear, que considera que analizar el expediente en menos tiempo que los nueve meses que quedan comprometería la seguridad, informa Rafael Méndez.
En el año 2009, Mariano Rajoy había visitado Garoña para afirmar solemnemente que su Gobierno no cerraría la nuclear. El pasado mes de febrero, Industria se pronunció a favor de que la central funcionara hasta 2019, un día después de que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) contestara al Ejecutivo que no tenía inconveniente en que se modificara la orden ministerial de clausura del anterior Gabinete de Zapatero. El titular de Industria dijo que España no podía "permitirse renunciar a ningún tipo de fuente energética". El plazo para solicitar la prórroga concluía el día 5 de julio, pero se extendió de forma extraordinaria hasta el 5 de septiembre. Al no solicitar en este plazo la renovación, las dos mayores eléctricas españolas, Endesa e Iberdrola, han dejado caer a la central nuclear de Garoña, la más antigua del país y gemela del primer reactor de Fukushima. Según anunciaron la medianoche del miércoles, se reservan el derecho a pedir la prórroga más adelante, pero eso ahora lo descarta el Ejecutivo.
Endesa e Iberdrola -en esta ocasión hay que diferenciarlas de Nuclenor, la empresa que opera la central y que poseen al 50% porque esta sí quería seguir- sostienen que no piden la prórroga por la “incertidumbre regulatoria” que ha generado el Gobierno con su anuncio de nuevos impuestos a las nucleares (algo que pide la Comisión Europea). Pero añaden que, “en caso de que se despejaran estas incógnitas en torno a la viabilidad económica de la central, estarían en condiciones de solicitar la renovación”.
El CSN ya había hecho saber a Industria que el 5 de septiembre era el plazo límite para recibir los papeles. El Consejo debe tener su informe el 5 de junio del año que viene y siempre pide a las empresas un año. Aquí ya había relajado la mano a nueve meses, y es difícil que las direcciones técnicas firmen dictámenes con menos tiempo. El ministro de Industria se pronunció el miércoles pasado en el Congreso sobre esta cuestión: “¿Por qué no hemos autorizado el aplazamiento para decidir la prórroga que han solicitado los operadores? Existe un informe en contra de esa pretensión por parte del Consejo de Seguridad Nuclear y, desde luego, el Gobierno no es ni pronuclear ni antinuclear”.

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