Salvamento Marítimo, dependiente del Ministerio de
Fomento, ha comenzado a extraer el combustible del petrolero "Woodford",
hundido en 1937 a más de 80 metros de profundidad en las costas de
Castellón durante la Guerra Civil.
La secretaria general de Transportes, Carmen Librero; el director de
Salvamento Marítimo, Juan Luis Pedrosa, y el director general de la
Marina Mercante, Rafael Rodríguez Valero, se han reunido hoy con
autoridades municipales y autonómicas, así como representantes del
sector pesquero y turístico, para exponer el plan de actuación.
Es la primera vez que Salvamento Marítimo acomete una operación tan
compleja contando con medidas técnicas tan avanzadas, una labor que han
calificado de "compleja" y que podría durar entre 4 y 8 semanas,
dependiendo de la cantidad de fuel que se encuentre en las cabinas del
petrolero, aunque se estima que podría superar los mil metros cúbicos.
La voz de alarma la dieron hace tres años los pescadores que faenan
en la zona, situada al norte de las islas Columbretes, al detectar "olor
a petróleo", según ha confirmado hoy a los medios de comunicación el
director de Salvamento Marítimo, Juan Luis Pedrosa.
Según la secretaria general de Transportes, Carmen Librero, la
finalidad de esta operación es la protección del medio ambiente
"eliminando la fuente de contaminación y el riesgo potencial".
El Woodford, construido en 1914 y hundido por un submarino italiano a
40 millas al noreste de Castellón y 15 millas al norte de Columbretes,
se encuentra a unos 80 metros, una gran profundidad que dificulta de
forma importante las operaciones submarinas.
Para la extracción del hidrocarburo, Salvamento Marítimo ha venido
realizando diversas operaciones de vigilancia e inspección en la zona
del hundimiento- tanto submarinas como en superficie - que han permitido
constatar que el buque hundido era el origen de episodios periódicos de
contaminación por vertido de hidrocarburo.
Mediante un vehículo de inspección submarina por control remoto, se
constató que el producto era un fuel ligero fácilmente bombeable.
Finalmente, se determinó que la extracción del hidrocarburo solo
sería posible con una campana seca de buceo en saturación que permitiera
mantener turnos de trabajo de 8 horas a 80 metros de profundidad.
El buque "Clara Campoamor", con un total de 42 personas, lo que
supone el embarque de 28 personas adicionales a su tripulación habitual,
entre ellos 10 buceadores altamente cualificados y adiestrados, además
de técnicos y personal de apoyo, participa en las labores de extracción
del hidrocarburo.
Los buceadores se alojan permanentemente dentro del complejo de
saturación, situado en la cubierta del "Clara Campoamor" y con capacidad
para cuatro personas, donde pueden permanecer hasta 28 días, con una
presión igual a la que hay a 80 metros de profundidad.
Para realizar las labores de inmersión, los buceadores acceden
directamente a la campana seca, en turnos de 2 personas, desde el
complejo de saturación, y a continuación dicha campana se sumerge en el
agua. Ambos elementos están interconectados y en ellos se mantienen las
mismas condiciones de presión que en la zona de inmersión.
Cada sesión de trabajo se prolonga durante 8 horas y a su
finalización la campana se iza a bordo del buque y se vuelve a acoplar
al complejo de saturación para permitir el consiguiente cambio de turno.
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