Miren Cajaraville, catedrática de Biología Celular de la UPV,
participa desde el domingo en el 28 Congreso de la Sociedad Europea de
Fisiología y Bioquímica Comparada, que analiza en el Bizkaia Aretoa de
Bilbao cómo responden los organismos a las situaciones de estrés
ambiental.
Pregunta. ¿Por qué los organismos sufren ese estrés?
Respuesta. Por el cambio climático y por la
influencia de los contaminantes químicos. Estamos adaptados a unas
condiciones concretas y cuando estas cambian, tenemos también que
cambiar.
P. ¿Y cómo lo hacemos?
R. Cuando se producen estos cambios, se alteran las
actividades enzimáticas y las proteínas de los organismos. Si con esto
se puede hacer frente a esa situación, no hay consecuencias. Pero cuando
el estrés aumenta, llega un momento en que la capacidad de adaptación
no es suficiente, y entonces ocurren cambios patológicos en el sistema
inmune, en el endocrino, en el reproductivo, en el de crecimiento… Y
también puede haber efectos de mortalidad.
Perfil
Miren Cajaraville (San Sebastián, 1964) es catedrática de Biología Celular por la UPV y dirige desde 2001 el grupo de investigación Biología Celular en Toxicología Ambiental. También es promotora del Centro de Biología y Biotecnología Marina Experimental (Estación Marina de Plentzia) y directora de la Escuela de Máster y Doctorado de la universidad pública. Ha dirigido ocho tesis doctorales, seis de ellas con mención europea, y es autora de dos libros de texto y de más de 120 artículos científicos en revistas internacionales.
P. ¿Qué tipo de contaminantes químicos producen más alteraciones?
R. Hay muchísimos. Y cada uno origina una respuesta
distinta. Estamos en contacto con un montón de productos químicos. Todos
acaban en el medio marino y perjudican a los organismos. Hay
contaminación industrial, urbana y de insecticidas agrícolas que afectan
a los ecosistemas. Hay muchísimos contaminantes: los hidrocarburos
aromáticos policíclicos [presentes en el petróleo o el carbón], los
plásticos, el estaño de las pinturas de los barcos… Y hay contaminantes
nuevos, emergentes. En el congreso hemos dedicado varias sesiones a los
disruptores endocrinos, compuestos químicos que actúan como si fueran
hormonas estrogénicas o androgénicas y que producen una feminización o
una masculinización de los seres.
P. ¿Hay organismos más vulnerables?
R. Hay algunos más susceptibles por su composición
molecular. Por ejemplo, en el caso del estaño de las pinturas de barcos,
un elemento muy persistente que se sigue utilizando pese a que está
prohibido, a concentraciones bajísimas de nanogramos por litro tiene un
efecto muy importante sobre el sistema endocrino. Produce
masculinización en los moluscos gasterópodos. Las hembras desarrollan un
pene. Y esto puede provocar su desaparición.
P. Son cambios en el ecosistema.
R. Cambios en el sexo de los organismos que llevan a cambios en el ecosistema.
P. ¿Y cómo afecta a los organismos el cambio climático?
R. El cambio climático lo estamos provocando, sobre
todo, los seres humanos con el aumento de CO2 en la atmósfera. Tenemos,
por una parte, el calentamiento global. Cada organismo está adaptado a
aguantar un rango de temperaturas. Si salimos de ahí, hay una reacción.
Algunos seres se adaptan y otros tienen que desplazarse. Hay muchísimas
especies que se están moviendo del sur al norte. Y luego, ligado al
calentamiento, tenemos el efecto de la acidificación de los océanos, un
cambio en su PH, o la hipoxia, una bajada de oxígeno que hace que
crezcan las zonas muertas. Todo esto también provoca muchos cambios en
los ecosistemas.
P. ¿Los seres humanos también sufrimos ese estrés ambiental?
R. Mi trabajo es analizar las interacciones del
medio ambiente con los organismos no humanos. Pero por supuesto que las
respuestas son, en muchos casos, similares. Las moléculas o los genes
que varían son semejantes. Somos vertebrados y actuamos del mismo modo
que otros vertebrados. Como los peces, por ejemplo. De hecho, el pez
cebra se utiliza como modelo para predecir cambios en los seres humanos.
P. ¿Qué tipo de cambios?
R. Este pez y algunos otros se emplean como modelos
de cancerogénesis. Hay algunos tóxicos, como los hidrocarburos
aromáticos policíclicos, que producen cáncer. Esto se estudia en el pez
cebra. Hasta hace dos años, el organismo modelo era la rata, pero
resulta que el pez cebra tiene otras ventajas para el estudio de esta
enfermedad, del propio desarrollo y de otro tipo de efectos dañinos.
P. ¿En cuánto tiempo se producen las alteraciones en los organismos sometidos a estrés ambiental?
R. Cualquier cambio en el medio ambiente produce, en
primer lugar, alteraciones en el nivel más bajo de organización
biológica, en los genes. Cambia la expresión de algunos de ellos. Esto
da lugar a cambios en las proteínas, en las enzimas. Y esto poco a poco
se va convirtiendo en variaciones en las células y en los tejidos, en
enfermedades que provocan asimismo mutaciones en las comunidades y los
ecosistemas. ¿En cuánto tiempo? Los cambios en la expresión de un gen
son muy rápidos. En una hora los tienes ya en algunos. Y luego la escala
temporal va alargándose. Los cambios en las células pueden ocurrir en
semanas o meses. Y si la fuente de estrés continúa, esto se traslada en
meses o años a los ecosistemas.
P. ¿En Euskadi están registradas alteraciones en seres vivos?
R. Llevamos desde finales de los 80 analizando
nuestros ecosistemas: la reserva de Urdaibai, el estuario del Abra,
Plentzia... Tenemos muy estudiadas las situaciones que provocan estrés
en los organismos que viven en estos enclaves. Hay contaminación por
hidrocarburos aromáticos, por metales... Hace algunos años observamos
que en Urdaibai había una proporción altísima de mejillones
hermafroditas. Esto lo asociábamos con la posible presencia de
disruptores endocrinos. Pusimos en marcha algunos proyectos de
investigación y hemos podido comprobar que es así, que tenemos varios de
estos compuestos en Urdaibai.
P. ¿Pese a ser una reserva?
R. Es un caso muy curioso. Hay niveles bajos de
contaminantes convencionales, pero altos de otros contaminantes
específicos, presentes en productos químicos que usamos en el día a día
en casa y que luego se liberan y son tratados en las depuradoras. Esto
está relacionado con la presencia de peces que son machos, pero a la vez
tienen gametos femeninos. Es un fenómeno que hemos observado en
Urdaibai, pero también en el Abra, en Plentzia y en Pasaia. Aunque en
Urdaibai han ido bajando con los años. Ahora se están investigando las
consecuencias que puede tener esto para las poblaciones, si está
afectando a su capacidad de reproducción.
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