lunes, 3 de septiembre de 2012

La ciudad necesita 25 bosques de Los Colomos extra


Los municipios metropolitanos de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y Tlajomulco de Zúñiga requieren mucho más que duplicar sus áreas verdes para entrar en el parámetro internacional recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), fijado en 10 metros cuadrados por habitante.

La metrópoli es, por lo tanto, deficitaria en este sentido. Según la información de cada uno de esos ayuntamientos, actualmente la relación a escala metropolitana, en promedio, es de 4.4 metros cuadrados de área verde por habitante. Eso significa que la ciudad requiere de otros 5.6 metros cuadrados por persona o, en términos más llanos, que hay una carencia de 23 millones 757 mil 294 metros cuadrados de área verde (poco más de dos mil 375 hectáreas).

A la ciudad le hace falta el equivalente, pues, otros 25 bosques de Los Colomos.

Estos gobiernos municipales aseveran contar actualmente con 16 millones 489 mil 916 metros cuadrados de áreas verdes, mil 648 hectáreas. No obstante, el mismo Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte sobre la complejidad para contar con datos plenamente confiables al respecto en las ciudades latinoamericanas.

“La OMS recomienda entre nueve y 11 metros cuadrados de área verde por habitante; sin embargo, determinar el promedio real en cada ciudad es complejo porque los criterios para definir áreas verdes son extremadamente variables y porque la distribución de éstas es característicamente irregular en las ciudades, ya que la mayoría han crecido desordenadamente y en ausencia de criterios ambientales previamente establecidos”, dice en su documento Perspectivas del Medio Ambiente: América Latina y El Caribe, 2010.

Con la información de los gobiernos, el municipio que presenta la mejor relación en la materia es Tlajomulco, con 8.5 metros cuadrados de área verde por habitante; seguido por Zapopan, con 4.8; Tonalá, con 4.5; Guadalajara, con 2.49 y Tlaquepaque, con 1.7.

Hay ciudades ejemplares en Latinoamérica a la hora de hablar de la superficie de áreas verdes disponibles para sus ciudadanos. Curitiba, Brasil, dice el PNUMA, tiene 52 metros cuadrados por habitante gracias a sus parques y bosques urbanos. Tal proporción no sólo la lleva a rebasar, y por mucho, el parámetro de la OMS, sino que “la ubica entre las ciudades con valores más altos en el mundo”.

Durante este periodo (2010-2012), los gobiernos municipales de la metrópoli han emprendido campañas de reforestación para mejorar sus áreas verdes que, hasta el momento, reportan la plantación de 624 mil 253 árboles; los números de las gestiones anteriores fueron mejores: 812 mil 440 árboles.

El problema es, como lo dice Mario Silva, del Colectivo Ecologista Jalisco (CEJ), que en la metrópoli no existe un censo forestal, así que ¿cómo saber si, a nivel metropolitano, hay más o menos árboles o si estas plantaciones han sido efectivas?

Los únicos dos ayuntamientos que afirman saber cuántos árboles hay en sus municipios son Guadalajara y Zapopan: el primero habla de 500 mil árboles y el segundo, de 400 mil, pero Tlaquepaque, Tonalá y Tlajomulco no tienen este insumo básico.

INDICADORES
El mapa verde la metrópoli

EL MUNICIPIO
Áreas verdes de más de cinco hectáreas


Lugar    Superficie (Ha)
Colomos    92.6

Solidaridad    37.5

De la Liberación    27.9

González Gallo    17.6

Agua Azul    15.8

Natural Huentitán    14.0

Unidad Deportiva

López Mateos    13.4

San Rafael    12.8

Ávila Camacho    9.3

Unidad Tucson    8.3

Rehilete Alcalde    7.4

M. Independencia    6.0

Morelos    5.2

Total  
 267.8

    Áreas verdes disponibles    Plantación de árboles

Municipio    M2/Habitante    Superficie    2007-2009    2010-2012    Población
                                               (M2)                                                  arbórea

Guadalajara    2.49    3’723,020*    40,000    47,355    500,000

Zapopan    4.82    6’000,000    686,957    456,038    400,000

Tlaquepaque    1.7    1’037,369    27,730    51,082    Se desconoce

Tonalá    4.5    2’154,100    20,000    9,000    Se desconoce

Tlajomulco de Zúñiga    8.5    3’575,426    37,753    60,778    Se desconoce

Promedio    4.4    --    812,440    624,253    Se desconoce

Total        16’489,916    

*Guadalajara cuenta en realidad con cinco millones 590 mil metros cuadrados de áreas verdes totales; sin embargo, aquí elimina espacios ocupados por oficinas y planchas de concreto, entre otros.

PLAGA LOCAL
El mal del muérdago


El especialista José María Chávez Anaya, de la UdeG, calcula que alrededor de 40% del arbolado de la metrópoli está afectado por el muérdago. Entre las especies más golpeadas están las jacarandas; como las que fueron plantadas en el entorno del Puente Matute Remus, lo que este experto juzga muy inconveniente.

HAY OPACIDAD

La metrópoli presenta una carencia muy grave de información medioambiental tan básica como la que arrojan los censos forestales; esto sigue afectando tanto las tareas de evaluación como de elaboración de las políticas públicas en la materia, expone Mario Silva, del Colectivo Ecologista Jalisco (CEJ).

“Tenemos un déficit muy grande de datos de estudio, de diagnóstico y de investigación, y por esa razón muchos de los grupos ciudadanos nos hemos especializado en investigar, en comenzar a producir nuestros propios datos con los temas de la calidad del aire, del arbolado, del uso de suelo, porque vemos que es muy difícil tener acceso a estos datos para que nos ayuden a argumentar políticas públicas más estrictas para la protección de los recursos naturales. Hay un déficit muy grande; lo poco que hay, los grupos lo hemos ido generando acompañados de técnicos de la UdeG, del ITESO, etcétera, pero no hay mucha información, por no decir que no hay”.

La apuesta está en que el futuro Instituto Metropolitano de Planeación, del que se espera que funcione plenamente con las siguientes administraciones municipales, venga a subsanar esta falta de estudios e información para conocer, al menos, el inventario forestal de la metrópoli y de sus áreas naturales protegidas.

FALTAN POLÍTICAS


Para el Parlamento de Colonias, es necesario que los gobiernos municipales asuman como políticas prioritarias la creación de nuevas áreas verdes y el mejoramiento de las existentes, con más y mejores labores de plantación apegadas a criterios técnicos.

El representante del Parlamento, Alejandro Cárdenas, refiere que los vecinos siguen viendo con preocupación la manera en que se dan las podas del arbolado aun a manos de la autoridad (sobre lo que solicitan “menor agresividad”), y la falta de homogeneidad en la manera en que los gobiernos municipales abordan lo referente al arbolado, desde su selección y plantación hasta el mantenimiento posterior.

“Vamos mal con relación a los logros de las reforestaciones; creemos que tampoco se ha dedicado un esfuerzo real, porque no se están plantando especies que pudieran ser compatibles con las instalaciones urbanas; no hay un catálogo bien definido del arbolado para la metrópoli, ni estrategias bien establecidas para que se hagan estas plantaciones y que sí den un buen resultado para la captación de bióxido de carbono, sin afectar a las instalaciones aéreas y subterráneas. Creo que le hace falta mucho a los municipios en ese sentido, en la realización de un análisis profundo y en la determinación de protocolos”.

CRÓNICA
“Tanto terreno, y no es para ellos...”


Azotan los tazos contra la banqueta, donde el concreto irregular hace más fácil la tarea de voltearlos con un golpe certero. Son un grupo de niños que, de rodillas o con las piernitas cruzadas, se divierten a carcajadas viendo cómo ganan y pierden esas obleas de plástico, en la esquina de Fernando Franco y Carlos Pacheco, calles de la colonia Rancho Nuevo. Son pequeños, no rebasan los siete años, pero ésa no es la razón por la que no están jugando en un parque con más seguridad, espacio y comodidad, sino porque su colonia los priva de ese espacio.

“No; aquí cerca, no”, es la respuesta común de quienes son cuestionados sobre la proximidad de un área de esparcimiento en Rancho Nuevo, y la mayoría de ellos acompañados de uno o más niños. De a dónde llevarlos no hay muchas opciones; la más solicitada es la Unidad Tucson, que cobra una cuota de recuperación y se encuentra entre las colonias Independencia y Jardines Alcalde. Hay que tomar camión.

Pero la falta de espacios públicos no es motivo para que los jóvenes de ese barrio se abstengan de divertirse. Cuando se puede, aprovechan las propiedades privadas para improvisar un campo de futbol y aventarse una cascarita dominical, pues en ocasiones dejan abiertos algunos de los grandes terrenos llanos para el uso de los chavos.

Una imagen común en Rancho Nuevo era la de un lote de grandes dimensiones, sobre la calle Ángeles Martínez, ocupado por jóvenes que entre el terregal se disputaban no un partido, sino torneos de futbol. La estampa se repitió durante años, sobre todo los domingos, hasta que algo pasó.

“Antes eran canchas de futbol, se hacían torneos y hasta venían las mamás de algunos con sus niños más chiquitos, pero de un de repente empezaron a bardear y ya, taparon todo, y no supimos ni quién”, se acuerda Celeste Ruiz, vecina de la zona.

El lugar fue tomado para un programa social del Gobierno federal, según reza un cartel ahí colgado; se trata de un espacio para la generación de empleos temporales y ahora luce cual un sembradío de maíz, cercado, solo, desde hace algunos meses.

Un espacio menos para el deporte y la convivencia. ¿A dónde migraron sus antiguos usuarios? A la calle, ésa no se las pueden quitar.

El ruido del balón pateado viene desde el fondo de la calle Fernando Franco, que hace cerrada con un terreno abandonado. Allí, siete chavos de alrededor de 17 años castigan con un balonazo por persona a uno de ellos, que falló un penal; una medida cruel sobre todo cuando debía recibirla en la espalda, pero nadie le dio.

No circulan carros por ahí a causa del cierre de la calle, pero su espacio es reducido. “Los domingos un señor nos abre este campo de acá y jugamos más a gusto, pero no diario”, sale de uno.

Habla de un terreno sobre Eutimio Pinzón, donde bien podría construirse un fraccionamiento o un gran parque, pero está desierto. Don Arturo, de la tienda cercana, lo lamenta al mirar a los chavos: “Es una lástima: tanto terreno que hay y que no sea para ellos”.

“Antes eran canchas de futbol, se hacían torneos y hasta venían las mamás de algunos con sus niños más chiquitos, pero de un de repente empezaron a bardear y ya, taparon todo, y no supimos ni quién”, se acuerda la vecina Celeste Ruiz.

El municipio dice que ha plantado más en las banquetas

Guadalajara reporta 100 mil árboles en una década

La Dirección de Parques y Jardines tapatía afirma que, al paso de los años, la población arbórea ha crecido

Contra lo que podría ser el pensamiento generalizado, el municipio de Guadalajara hoy cuenta con muchos más árboles que hace 10 años, de acuerdo con la información del Ayuntamiento tapatío, en específico, su Dirección de Parques y Jardines.

El inventario forestal más actualizado habla de alrededor de 500 mil árboles en el municipio, pero existe un antecedente que permite saber si la ciudad ha avanzado o retrocedido en este sentido: “El último inventario fehaciente fue en el año 2000 y arrojó cerca de 400 mil árboles, esto obra en los archivos de Parques y Jardines”, dice el coordinador técnico Juan Gerardo Rubalcaba Salazar.

Esto quiere decir que la ciudad, lejos de haber reducido su población arbórea, aumentó en 100 mil los sujetos forestales en una década; en otras palabras, que Guadalajara está ganando árboles.

La temporada de lluvias le cuesta al municipio cada año la caída de unos 600 árboles, pero las labores de plantación la han venido subsanando. Esta administración municipal asevera haber aumentado en cinco hectáreas la superficie arbolada urbana, principalmente con la forestación de los bosques urbanos (existen 19, suman 128 mil 014 metros cuadrados) y 32 parques de bolsillo.

Las labores de plantación de árboles de la Dirección de Parques y Jardines de Guadalajara han priorizado a las banquetas antes que a las áreas verdes y espacios públicos más amplios: 60% del arbolado se llevó a las aceras (guayabo-fresa, lluvia de oro, guayabo-piña, calistemo, olivo negro, liquidámbar, etcétera); el 40% restante, a las áreas verdes (fresno, jacarandas, guamúchil, guaje, fresno, mezquite, primavera, ceiba, etcétera).

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