La Fundación
Renovables tras analizar la exposición de motivos y el articulado del
Anteproyecto de ley de medidas fiscales en materia medioambiental y
sostenibilidad energética aprobado por el Consejo de Ministros el pasado
viernes 14
ECOticias.
La Fundación Renovables considera que la
exposición de motivos del Anteproyecto de Ley emplea demagógicamente
conceptos medioambientales para regular en sentido contrario. El texto
no resolverá los problemas que pretende abordar e ignora los temas
importantes del sistema como la formación de precios de la electricidad y
la reducción del consumo de combustibles fósiles.
La Fundación Renovables tras analizar la exposición de motivos y el articulado del Anteproyecto de ley de medidas fiscales en materia medioambiental y sostenibilidad energética
aprobado por el Consejo de Ministros el pasado viernes 14, considera
que esta Ley, de no ser modificada sustancialmente en su tramitación
parlamentaria, no servirá para solucionar los problemas del sistema
eléctrico español y mucho menos los del conjunto del sector energético y
augura que, en unos meses, se volverá a plantear de nuevo la necesidad
de abordarlos con más urgencia aún de la que ya hoy es necesaria. La Fundación Renovables
denuncia la utilización de conceptos propios de políticas sostenibles
para justificar medidas que van en la dirección contraria y que solo la
derogación del RDL 1/2012 que estableció la moratoria a las renovables
respondería a los mismos. El texto aprobado por el Gobierno solo tiene
un afán recaudatorio, no aborda temas esenciales del sector energético
como la formación de precios en el sistema eléctrico y no contiene
medidas contundentes de eficiencia energética, de reducción de consumo
de combustibles fósiles y de emisiones de CO2, que son los verdaderos problemas de la energía en nuestro país. La Fundación Renovables
lamenta también que el Gobierno siga sin regular el autoconsumo para
que los ciudadanos puedan beneficiarse de la paridad en red que han
alcanzado algunas tecnologías renovables produciendo su electricidad por
debajo del precio del sistema.
Este es el análisis de la Fundación Renovables sobre los principales puntos de este Anteproyecto de Ley cuya modificación sustancial exige en su tramitación parlamentaria:
1- Se apropia de conceptos como “protección de nuestro medio
ambiente”, “preservar nuestro rico patrimonio ambiental” o la
“internalización de los costes medioambientales” para ocultar los
verdaderos motivos de la Ley. De hecho, este Anteproyecto de Ley es
mucho más coherente con la eliminación de todas las restricciones
medioambientales que está llevando a cabo el ministro Arias Cañete y con las medidas aprobadas hasta ahora por el ministro Soria que con lo que todo el mundo entiende por la defensa del medio ambiente. La
coherencia ambiental exigiría la derogación del RDL 1/2012 que paraliza
el futuro de las renovables y la cogeneración y la parte del RDL
13/2012 que elimina todos los recursos para las políticas de ahorro y
eficiencia energética. El título no puede ser más equívoco para
pasar de tapadillo por la verdadera finalidad del Anteproyecto de Ley
que es exclusivamente recaudatoria y nada tiene que ver con ninguna
política ambiental ni de internalización de costes de los hidrocarburos
ni de la energía nuclear.
2- El Anteproyecto de Ley establece un céntimo verde que en
absoluto responde a los criterios de corresponsabilidad en el sector
energético que demanda la Fundación Renovables para
gravar el consumo de los combustibles fósiles, fundamentalmente en el
transporte pero también en otros usos, para penalizar las fuentes de
energía de las que no disponemos y que causan emisiones. Al contrario,
esta iniciativa del Gobierno grava la generación de electricidad pero se
libran las gasolinas y gasóleos.
3- Se anuncia que la recaudación de las nuevas figuras
impositivas se consignará en los Presupuestos Generales del Estado para
ajustar los costes del fomento a las energías renovables y al ahorro y
eficiencia energética y, a la vez, se tendrán en cuenta en el recibo de
la luz (peajes de acceso). Vigente ya la moratoria de las renovables
sólo resta sacarlas de la tarifa y llevarlas a los Presupuestos del
Estado para acabar así con las políticas de impulso a las renovables en
España (feed in tariff) mientras la pretendida internalización de costes se carga al consumidor final. De esta manera, lo
que se preserva de forma tan retorcida es el consumo de hidrocarburos y
nuclear echando la culpa a las renovables de todos los problemas del
sistema. Esto queda confirmado porque una política medioambiental
coherente exigiría plantear medidas contundentes de eficiencia
energética, de reducción del consumo de combustibles fósiles y de
emisiones de CO2 que solo se pueden llevar a cabo con más
renovables. Nada de esto se dice y, por el contrario, se utiliza la
demagogia medioambiental para eliminar los costes de las renovables y
las propias renovables.
4- La falacia nuclear queda expresada con suma nitidez. Era una
fuente de energía tan barata y segura que ahora el impacto económico de
sus “cargas y servidumbres” es tan “difícil de evaluar” que las empresas
propietarias de las centrales nucleares no pueden hacer frente a ellas y
por eso ha de hacerse cargo la sociedad y el Estado de la
responsabilidad civil en caso de accidentes y de la gestión de los
residuos nucleares. Si tenemos un problema con las nucleares, se debería
programar el cierre de todas –como propone la Fundación en sus
Propuestas de Política Energética– para no cargar a la sociedad lo que
es de exclusiva responsabilidad de sus propietarios privados. Por ello
podría considerarse que este Anteproyecto de Ley socializa los riesgos e
impactos en la gestión de la seguridad y los residuos nucleares que,
con un eufemismo sin par, pasan a denominarse “servidumbres” de la
energía nuclear. A la vez, viene
a expresar que la energía nuclear es inviable sin fuertes ayudas
públicas y que a nuestras autoridades les preocupa más la rentabilidad
para unos pocos que la seguridad de todos. La falta de
transparencia nuclear es una grave deuda con la sociedad. Dado que es el
Estado y la sociedad los que se hacen cargo de estas “servidumbres” la
Fundación considera necesario un debate sobre el futuro de esta
tecnología.
5- Otra falacia que se descubre en este Anteproyecto de Ley,
frente a la idea que se ha mantenido siempre por la generación
convencional, es que los combustibles fósiles gozan de grandes
subvenciones. Las exenciones
fiscales que ahora se eliminan del gas, el fuel y el gasóleo para
generación de electricidad y el coste que se repercute a la gran
hidráulica como internalización de unos costes ambientales pueden
considerarse un eufemismo ya que no son tales, porque en realidad han
sido sobre-ingresos que estas tecnologías han obtenido con la opacidad
del sistema y el beneplácito del regulador y que, además, ahora se
repercutirán a los consumidores en futuras subidas de la luz y del gas.
6- Al final, el mensaje que se lanza es que toda esta fiscalidad
ambiental es para pagar las renovables, pero lo que de verdad contiene
esta propuesta legislativa es una socialización del riesgo nuclear para
garantizar los beneficios de las centrales nucleares y una
internalización de costes de la generación de origen fósil y gran
hidráulica que se trasladará directamente al recibo de la luz y el gas
para mantener su actual rentabilidad. Es un maquillaje burdo que deja
nuestro sistema eléctrico intacto al no entrar en el fondo de los
costes regulados, ni en la conformación de precios del pool eléctrico,
ni en los efectos inflacionistas de las subastas que determinan el
precio de la luz, ni en los costes extra peninsulares, ni en los pagos
por capacidad y por los servicios de ajuste del sistema. Los
mecanismos que garantizan los ingresos de las tecnologías convencionales
no cambian y, por el contrario, se termina de desmontar por completo el
sistema de fomento de las energías renovables y de la eficiencia
energética.
7- Bajo el señuelo de lo que cuestan las renovables se mantiene
la falta de competencia sobre la que se asientan los beneficios de las
grandes corporaciones energéticas. Llama la atención la ausencia de medidas para otros usos de la energía que no sea el eléctrico.
Sobre todo, con la enorme preocupación que ha levantando la subida de
los combustibles, su efecto en la inflación y los escenarios cada vez
más inciertos que se ciernen sobre los futuros precios del gas y del
petróleo. Pero la dependencia
de las importaciones de combustibles fósiles no parece preocupar a
nadie, pese a representar una salida de riqueza nacional equivalente al
5% del PIB y un coste once veces superior al de las primas de las
renovables.
La conclusión es que dentro
de seis meses nuestro sistema eléctrico seguirá teniendo los mismos
problemas y los mismos déficits, que el fin del impulso a las renovables
y el fomento al consumo de combustibles fósiles y energía nuclear
seguirá encareciendo la luz y el gas y aumentando nuestra vulnerabilidad
por el aumento de nuestra dependencia energética y que estaremos más
cerca de una crisis energética simplemente por haber apoyado unas
fuentes energéticas de las que no disponemos y haber abandonado aquellas
de las que podemos disponer ilimitadamente.
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