Esta
infraestructura, según detalla la Junta en un comunicado, tiene como
objetivo la producción de biomasa mediante el cultivo de microalgas que
utilizarán como nutriente el gas de combustión que emite la central
eléctrica
ECOticias.
El proyecto 'CO2Algaefix', iniciativa avalada por la Dirección General de Medio Ambiente de la Unión Europea a través del programa Life+ y liderada por AlgaEnergy, ha iniciado esta semana las obras de construcción de la que será la primera planta de microalgas "a nivel mundial"
destinada a la captación y biofijación de dióxido de carbono a escala
preindustrial, ubicada en los terrenos aledaños a la central eléctrica
de ciclo combinado de Iberdrola en Arcos de la Frontera (Cádiz).
Esta infraestructura, según detalla la Junta en un
comunicado, tiene como objetivo la producción de biomasa mediante el
cultivo de microalgas que utilizarán como nutriente el gas de combustión
que emite la central eléctrica, permitiendo así reducir las emisiones
de CO2 a la atmósfera. La biomasa de microalgas obtenida se empleará en
sectores como acuicultura, cosmética, energía o nutrición.
Según el calendario de actuaciones, la nueva planta 'CO2Algaefix'
iniciará su actividad de producción de biomasa en el primer trimestre
de 2013, una vez concluida la primera fase, y estará totalmente
operativa en el segundo semestre de 2013, periodo dentro del cual habrán
terminado las tres fases de construcción del recinto.
Creará un total de 20 puestos de trabajo en la zona resultante de
las tareas de obra civil y la explotación de la planta. De hecho, ya en
esta primera fase de las obras, el consorcio 'CO2Algaefix'
ha apostado por el tejido productivo de la localidad gaditana de Arcos,
adjudicando el desarrollo de los trabajos a la empresa Oexman.
La planta 'CO2Algaefix' es un proyecto que
combina sostenibilidad e innovación con el objetivo de reducir las
emisiones contaminantes y producir unas 100 toneladas de biomasa de
algas anuales, gracias a un innovador sistema de cultivo que utiliza un
tipo de reactor vertical plano, conocido como jaula-bolsa, que permite
mantener unas condiciones óptimas para el crecimiento de las microalgas y
utilizar los gases de combustión de la central eléctrica anexa como
aportación de carbono. De este modo, se evitará la emisión anual de 200
toneladas anuales de CO2, el equivalente a lo que absorberían 34.000
árboles.
Con un presupuesto aproximado de tres millones de euros, el
proyecto pondrá en operación tres tipos de tecnología de cultivo en una
extensión de 10.000 metros cuadrados y aspira, según destacan las
fuentes, a demostrar la viabilidad técnica de la producción de biomasa
microalgal mediante esta "innovadora" tecnología que ya ha sido testada
por Algaenergy en su planta piloto PTEM de Madrid.
La demostración en la planta de Arcos de la Frontera de que este
tipo de producción es viable para su uso industrial puede suponer "un paso trascendente"
para el sector de la biomasa en España y, especialmente para Andalucía,
donde se dan las condiciones climáticas óptimas para el cultivo de
microalgas mediante esta técnica.
En la elección del municipio de Arcos de la Frontera como sede de
la nueva instalación han sido determinantes las condiciones
climatológicas del lugar, que goza de elevados niveles de radiación
solar todo el año y de temperaturas estables; el interés en el
desarrollo de las energías renovables existente en Andalucía y el alto
reconocimiento internacional con el que cuentan los grupos de
investigación de este campo de la ciencia y el conocimiento de las
universidades andaluzas.
La iniciativa, liderada por la empresa AlgaEnergy,
cuenta con el respaldo de un consorcio en el que también se integran la
multinacional Iberdrola, que cederá los terrenos para la ubicación de
la planta e implementará los sistemas de extracción y manipulación de
gases de combustión; la empresa Exeleria, responsable de la fase de
cosechado y concentración de la biomasa algal y al cargo de la
secretaría técnica del proyecto; la Agencia Andaluza de la Energía, que
aporta la visión bioenergética y coordina las actuaciones de
comunicación, promoción y divulgación; las Universidades de Sevilla y
Almería, que participan en el diseño de las instalaciones; y la
asociación Madrid Biocluster, que aporta su experiencia en proyectos de
biotecnología y se encarga de la difusión internacional del proyecto.
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