El desastre del "Prestige" puede volver a repetirse, dado que en los 10 años transcurridos no se ha extraído ninguna lección, y el impacto del fuel sobre el ecosistema y las personas que recogieron el chapapote continua sin conocerse de forma exhaustiva, ha subrayado hoy Ecologistas en Acción.
"No estamos preparados para decir 'Nunca mais'"; se mantiene el
mismo riesgo, ha subrayado el coordinador de Ecologistas en Acción,
Theo Oberhuber, durante la presentación de las actividades de su ONG con
motivo del próximo juicio del Prestige, que comienza el día 16.
En
esta causa están acusados el capitán del buque, Apostolos Mangouras; el
jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulos, y el primer oficial, Ireneo
Maloto, por delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente,
daños y desobediencia-resistencia, así como el entonces director general
de la Marina Mercante José Luis López-Sors González, por un delito
contra el medio ambiente y daños.
Entre las lecciones no
aprendidas, Oberhuber ha señalado "la impunidad" de los responsables
políticos -hubo un desastre "pero las decisiones políticas lo
agravaron"-; las banderas de conveniencia siguen existiendo -lo que hace
"más difícil" castigar a los verdaderos culpables-; y no hay operativo
ni un solo plan de contingencia del Estado para evitar este tipo de
accidentes.
Además, aún se desconocen en su globalidad "las
consecuencias ambientales del vertido", así como las afecciones a la
salud de voluntarios.
Los estudios existentes se refieren "a
especies y zonas muy concretas, pero no hay un informe global del
impacto sobre los ecosistemas" ni de los daños sobre la salud, ha dicho
Oberhuber, uno de los miles de voluntarios que en 2002 ayudaron a la
recogida de 77.000 toneladas de fuel vertidos por el "Prestige" en las
costas de Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco.
Tras
preguntarse si el país "está condenado" a vivir un nuevo Prestige,
Oberhuber ha dicho que los estudios sobre los daños a la salud han
llegado tarde y no se advirtió a pescadores y voluntarios del riesgo que
corrían: sólo teníamos "buena voluntad", una mascarilla de tela que
finalmente se demostró inservible y unos guantes de fregar.
Según
el coordinador de Ecologistas en Acción, aún hay chapapote depositado en
el fondo marino y en zonas arenosas; el buque vertió 77.000 toneladas y
se recogieron más de 90.000 toneladas, de las cuales más de las dos
terceras partes "eran piedras, agua y arena".
Entre las
actividades previstas con motivo del juicio y el décimo aniversario,
figura la apertura de un perfil de facebook (Yo limpié chapapote) donde
todos los voluntarios pueden compartir sus vídeos, fotos y recuerdos.
Y
el próximo día 16 comienza la ciber-acción "Yo acuso" para expresar
"quién debería estar sentado en el banquillo", ha explicado Nerea
Ramírez, otra de las coordinadoras de la organización ecologista. EFE
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