domingo, 7 de octubre de 2012

La cetrería, el reto de si el ave se fugará o se quedará con el hombre

Mucho sentimiento, mucha adrenalina, mucho talento de caza. Y sobre todo, el reto de si el ave se fugará o se quedará con el hombre. La cetrería, el arte milenario de cazar con aves de presa, es una pasión que en Serbia cautiva a los enamorados del "insuperable" vuelo del halcón.
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"Siempre se trata de mantener a las aves al borde del hambre y la obediencia, y que a la vez sean suficientemente fuertes para que puedan volar y cazar. Ese borde, ese hilo, es muy fino", explica en unas declaraciones a Efe Stjepan Basic, presidente de la asociación de halconeros serbia "Nobilis Ars".
En los Balcanes, unos primeros escritos sobre la cetrería datan del año 864, y mencionan el gran valor del halcón.
Con la llegada de los turcos otomanos a la región, a finales del siglo XIV, se desarrolló con intensidad durante los cinco siglos de su dominio.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en la antigua Yugoslavia, las nuevas autoridades comunistas prohibieron la cetrería y cualquier dedicación a las aves de presa porque lo consideraban como una memoria del capitalismo, el feudalismo y la burguesía.
En la década de 1990, volvió el interés por la cetrería en la región, y en Serbia hay ahora unas 40 personas que se dedican a ese arte. Son miembros de dos asociaciones: Nobilis Ars, en Novi Sad (norte), y la Asociación de los halconeros de Serbia, en Belgrado.
Los halconeros crían, domestican y adiestran a los halcones, azores y otras aves que sirven para la caza de volatería, para poder gozar de su vuelo y las "escenas fascinantes" cuando descienden en picado para perseguir a la presa, cuenta Stjepan Basic.
"Siempre hay que contar con su inteligencia, muy alta inteligencia de depredador. Y por supuesto, el hambre es la condición. El hambre reina sobre ellos. No se quedan con nosotros porque nos quieren, sino porque nos consideran un socio en la caza", asegura.
Recalca con admiración la velocidad del halcón, su ave preferida por su vuelo y el ataque "que siempre son diferentes", y dice que "su reacción a las condiciones naturales es tan inteligente que te deja simplemente asombrado".
"Es el ser vivo más rápido del planeta", dice al indicar que se ha medido una velocidad de 360 kilómetros por hora.
El halcón puede elevarse a varios kilómetros de altura, pero para cazar es insuperable desde unos 200 o 300 metros, cuando en cuestión de segundos se acerca a la presa "volando como un MIG", de alas recogidas, le da un golpe con sus fuertes piernas y la agarra.
El adiestramiento empieza con la cría cuando madure y "cierre" las plumas, y entre "mucha reflexión del halconero, porque cada ave es un individuo (...) con su personalidad".
Los primeros entrenamientos de vuelo se efectúan con ayuda de una larga cuerda. El halcón se suelta primero, y entonces se llama a saltar al puño del halconero, el guante especial donde se ponen alimentos.
Siguen vuelos libres y se enseña a las aves a seguir al hombre.
Hay unas 57 subespecies de halcones, y el peregrino es primario. El esmerejón (Falco columbarius, en latín) es el más caro, bello y fuerte, y en el pasado con él cazaban sólo los reyes.
Para la caza sirven también el búho real (Bubo bubo), águilas, gavilán (Accipiter nisus), el azor común (Accipiter gentilis) y otras, pero nunca el ratonero común (Buteo buteo), que ya es un buitre.
"Desde su nacimiento hasta la muerte estoy con ellos. Es un gran conocimiento ornitológico, una atenta observación sociológica. Con cada movimiento me hablan, siempre, y yo los entiendo. Incluso puedo vocear como ellos. Puedo dar voces como el macho o como la hembra cuando pide alimentos", asegura Basic.
La temporada de caza dura en Serbia de octubre a febrero.
La historia de la cetrería es muy vieja, data de hace más de 4.000 años, y vivió su auge del siglo XV al XVIII.
Fue entonces, "cuando no había ni fútbol, ni tenis, ni baloncesto", que la cetrería era una de las principales disciplinas deportivas y caballerescas.
En aquel tiempo, se iba a la caza a caballo y había que ser muy diestro en la equitación. Hoy, se sigue al halcón en todoterrenos y con la telemetría. EFE

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