La
Gran Barrera de Coral de Australia, declarada Patrimonio de la
Humanidad en 1981, perdió más de la mitad de sus corales en los últimos
27 años, según un nuevo estudio.
La destrucción de los corales fue
causada por ciclones y tormentas severas (34 en total desde 1985) y por
una especie de estrella de mar invasiva conocida como corona de espinas
(Acanthaster planci), señalan los autores del trabajo, del Instituto
Australiano de Ciencias Marinas (AIMS, siglas en inglés).
Otro
factor clave es el calentamiento global, que causa el llamado
blanqueamiento. Los corales derivan gran parte de su energía, así como
sus colores, de la relación simbiótica con microalgas denominadas
zooxanthellae. Pero el aumento de temperatura hace que esa simbiosis
vital se quiebre, causando que las algas sean expulsadas del coral que
pierde color y se blanquea.
Si bien los corales pueden sobrevivir
este blanqueamiento, si el calor persiste pueden morir. Esto sucedió en
1998, cuando se estima que el 16% de los corales a nivel mundial se
perdió en un período único y prolongado de temperaturas elevadas.
Dos
episodios severos de blanqueamiento de corales en 1998 y 2002 tuvieron
'un gran impacto destructivo' afectando hasta el 10% de los arrecifes en
la Gran Barrera, según el nuevo estudio.
'Esta destrucción en
conjunto de más de la mitad de la cobertura de coral nos preocupa
profundamente, ya que implica la pérdida de hábitat para las decenas de
miles de especies asociadas con los arrecifes tropicales', afirman los
autores del estudio.
La Gran Barrera alberga cerca de 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos.
Acidificación
El
otro fenómeno resultante del aumento en las emisiones de gases de
invernadero es la acidificación. Los océanos han absorbido cerca de un
tercio del dióxido de carbono (CO2) emitido, volviéndose más ácidos.
El
CO2 reacciona con el agua formando ácido carbónico y haciendo que
disminuya el carbonato de calcio disponible, un elemento esencial para
que organismos marinos, desde almejas a erizos, puedan formar sus
esqueletos y conchas.
En los últimos 300 años el pH de los océanos
era ligeralmente alcalino, con un promedio de 8,2. Actualmente es de
cerca de 8,1, una caída de 0,1 unidades de pH, lo que representa un
aumento de cerca de 25% en acidez en los últimos dos siglos.
(El
pH o potencial de hidrógeno es una medida de la acidez o alcalinidad de
una disolución. La escala de pH va de 0 a 14, siendo ácidas las
disoluciones con pH menores a 7. Es una escala logarítmica por lo que
pequeñas variaciones en los números de la escala representan grandes
modificaciones).
Calidad del agua
Los investigadores se
basaron en datos recolectados en el mayor proyecto de investigación de
arrecifes hasta el momento, en el que se evaluaron más de 2.200 estudios
a lo largo de 27 años y se analizaron datos sobre el estado de 217
arrecifes individuales en la Gran Barrera. Los resultados muestran que
la cobertura de coral disminuyó entre 28% y 13,8% entre 1985 y 2012.
Los
datos también indican que los arrecifes pueden recuperarse de eventos
traumáticos, señaló Hugh Sweatman, uno de los autores del trabajo.
'Pero
la recuperación tarda entre 10 y 20 años. Y en el presente, los
intervalos entre episodios dañinos son generalmente demasiado cortos
para una recuperación completa, lo que está causando pérdidas a largo
plazo', dijo Sweatman.
John Gunn, director de AIMS, dijo que era
difícil detener las tormentas o el blanqueamiento, por lo que los
investigadores deben enfocar sus esfuerzos a corto plazo en combatir la
corona de espinas, que se alimenta de los pólipos de coral y puede
devastar a los arrecifes.
Los investigadores señalan que una de
las estrategias principales para luchar contra la estrella de mar es
mejorar la calidad del agua, ya que los vertidos de productos vinculados
a la agricultura como fertilizantes causan explosiones de algas, de las
que se alimentan a su vez las larvas de la corona de espinas.
El
estudio fue publicado en la revista de la Academia de Ciencias de
Estados Unidos, Proceedings of the National Academy of Sciences, PNAS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario