La Agencia Espacial Europa (ESA) lanzó con éxito los dos nuevos satélites Galileo
que van a permitir formar con los otros dos que ya están en órbita la
primera mini-constelación operativa de ese sistema de navegación
europeo, con la que validar su funcionamiento y prestaciones.
El lanzamiento, desde un cohete Soyuz, tuvo lugar a las 18:15 GMT desde
el Centro Espacial Europeo de Kurú, en la Guayana francesa, y está
calificado por la ESA como un hito en el programa, ya que hará posible
calcular una posición sobre el terreno utilizando únicamente la señal de
satélites Galileo.
Los dos primeros satélites se lanzaron en octubre del año pasado y, según la ESA, con el cuarteto ahora resultante se comprobará tanto en el espacio como en la Tierra el diseño del sistema Galileo, alternativo al GPS estadounidense y al Glonass ruso, pero compatible con ellos.
Los dos primeros satélites se lanzaron en octubre del año pasado y, según la ESA, con el cuarteto ahora resultante se comprobará tanto en el espacio como en la Tierra el diseño del sistema Galileo, alternativo al GPS estadounidense y al Glonass ruso, pero compatible con ellos.
Antes de búsqueda y salvamento españolas
Estos dos nuevos satélites son los primeros en transportar antenas de
búsqueda y salvamento -hechas en España-, que posibilitarán en un futuro
determinar la posición de aeronaves y embarcaciones en peligro.
Los dos viajan acoplados a un mecanismo especial que los mantiene sujetos durante el lanzamiento, y tres horas y 44 minutos después del despegue, cuando alcancen la altitud programada de 23.222 kilómetros sobre la superficie terrestre, serán separados y empujados a los lados en direcciones opuestas.
Para determinar con precisión una posición sobre el terreno, tal y como informa la ESA, se necesitan como mínimo cuatro satélites: tres para fijar la latitud, longitud y altitud del usuario, y el cuarto para proporcionar una referencia temporal.
Durante esta primera fase de Validación en Órbita (IOV, por sus siglas en inglés), que durará hasta septiembre del año que viene, se evaluarán las prestaciones tanto de los satélites como de las infraestructuras terrestres, y sus resultados prepararán el camino para desplegar el resto de la constelación.
Los dos viajan acoplados a un mecanismo especial que los mantiene sujetos durante el lanzamiento, y tres horas y 44 minutos después del despegue, cuando alcancen la altitud programada de 23.222 kilómetros sobre la superficie terrestre, serán separados y empujados a los lados en direcciones opuestas.
Para determinar con precisión una posición sobre el terreno, tal y como informa la ESA, se necesitan como mínimo cuatro satélites: tres para fijar la latitud, longitud y altitud del usuario, y el cuarto para proporcionar una referencia temporal.
Durante esta primera fase de Validación en Órbita (IOV, por sus siglas en inglés), que durará hasta septiembre del año que viene, se evaluarán las prestaciones tanto de los satélites como de las infraestructuras terrestres, y sus resultados prepararán el camino para desplegar el resto de la constelación.
30 satélites
Para finales de 2014 se espera contar con unos 18 satélites en órbita
que permitirán comenzar los servicios públicos, y el Galileo completo,
estado previsto para 2018, estará compuesto por un total de 27 satélites
operativos y otros tres de reserva, distribuidos en tres planos
orbitales a esa altura de 23.222 kilómetros.
La ESA ha optado por esa distribución, a razón de diez satélites por plano orbital, porque con ella estima que hay "una probabilidad muy alta", del 90 por ciento, de poder ver un mínimo de cuatro satélites en cualquier momento y lugar, cantidad considerada suficiente para determinar con precisión la posición del usuario.
Cuando esos 30 satélites se encuentren en órbita, tal y como explica la ESA, se habrá alcanzado la capacidad final de operaciones, y el sistema estará preparado para ofrecer plenamente sus servicios de posicionamiento a usuarios de todo el mundo.
Este programa "europeo, independiente y bajo control civil", según la ESA, es una iniciativa conjunta de esa agencia y de la Comisión Europea (CE), que tiene como objetivo principal garantizar la independencia de Europa en este sector, además de aprovechar al máximo las oportunidades de la navegación por satélite. EFE
La ESA ha optado por esa distribución, a razón de diez satélites por plano orbital, porque con ella estima que hay "una probabilidad muy alta", del 90 por ciento, de poder ver un mínimo de cuatro satélites en cualquier momento y lugar, cantidad considerada suficiente para determinar con precisión la posición del usuario.
Cuando esos 30 satélites se encuentren en órbita, tal y como explica la ESA, se habrá alcanzado la capacidad final de operaciones, y el sistema estará preparado para ofrecer plenamente sus servicios de posicionamiento a usuarios de todo el mundo.
Este programa "europeo, independiente y bajo control civil", según la ESA, es una iniciativa conjunta de esa agencia y de la Comisión Europea (CE), que tiene como objetivo principal garantizar la independencia de Europa en este sector, además de aprovechar al máximo las oportunidades de la navegación por satélite. EFE
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