Son
como los libros antiguos preciados e invaluables guardados tras
vitrinas en museos. Los 'textos sagrados' que cuentan la historia de la
Amazonía son los anillos en los troncos de ocho cedros en territorio
boliviano.
Esos ocho árboles revelan los patrones de lluvias
durante el último siglo en toda la cuenca amazónica, según
investigadores de la Universidad de Leeds, en Inglaterra.
'En la
misma forma en que las capas anuales de hielo polar han sido usadas para
estudiar las temperaturas del pasado, logramos ahora utilizar los
anillos de crecimiento en esta especie como un archivo natural de las
precipitaciones en la Amazonía', explicaron los autores del estudio,
Roel Brienen y Manuel Gloor.
Los científicos descifraron el pasado
midiendo dos formas diferentes (isótopos) de oxígeno en la madera de
los ocho especímenes de la especie Cedrela odorata.
En los bosques
tropicales y subtropicales las variaciones de temperatura y humedad son
menores, por lo que los anillos de crecimiento en los árboles son menos
pronunciados que en las regiones templadas.
'Sabíamos que algunas
especies tropicales forman anillos anuales, pero lo que nos sorprendió
es que sólo ocho árboles de un único sitio transmitieran tanta
información no sólo sobre la lluvia en ese lugar, sino en toda la
cuenca', dijeron Brienen y Gloor.
Agua pesada
El cedro
tropical es una especie con anillos muy claros y por lo tanto puede ser
usado para determinar la historia cronológica del árbol, identificando
cada anillo de crecimiento con un año en particular. Esta especie tiene
además raíces poco profundas, que captan el agua de lluvia acumulada en
la superficie del suelo, señalaron los autores del estudio.
Los
científicos le explicaron a BBC Mundo que los cedros se encuentran 'en
el extremo oeste de la cuenca y por tanto los coeficientes de isótopos
en la lluvia en el sitio de los árboles reflejan lo que ocurrió en todo
el trayecto del vapor de agua desde el Océano Atlántico hasta el sitio
de los árboles. Es una distancia muy larga, de unos 2.500 kilómetros y
cubre la mayoría de la cuenca amazónica'.
El agua se evapora en la
región norte tropical del Océano Atlántico y viaja desde allí sobre la
cuenca amazónica hasta el sitio del estudio. Luego de ese trayecto sobre
el bosque finalmente cae en forma de lluvia y es absorbida por los
árboles, precisaron los investigadores.
'La parte crucial de esta
historia es que el coeficiente entre los isótopos en el agua de lluvia
está influenciado por lo que sucede con el agua desde que se evapora en
el océano hasta que cae en forma de lluvia varios días después. Este
coeficiente entre el oxígeno 18, más pesado, y el oxígeno 16, más
liviano, varía gradualmente a medida que el vapor de agua avanza en su
trayectoria'.
'Cuanto mayores sean las precipitaciones, más agua
con oxígeno 18 se pierde y esto está reflejado en el coeficiente de
isótopos en nuestro sitio de estudio en el oeste de la cuenca. Por lo
tanto, la lluvia en ese lugar integra todo lo que sucede durante el
desplazamiento del vapor de agua a lo largo de la cuenca'.
'El
agua pesada se condensa más fácilmente. Por ello, en cada precipitación,
relativamente más agua pesada desaparece del vapor de agua, por lo que
el vapor que luego sigue su viaje hacia el oeste contiene un poco menos
de esa agua pesada. Si esto sucede una y otra vez, gradualmente más agua
pesada desaparece'.
Los valores isotópicos registrados en los
anillos están estrechamente relacionados con las variaciones anuales en
los niveles de los ríos en la Amazonía y por tanto de la cantidad de
lluvia que fluyó hacia los océanos, señalaron los investigadores.
Cerca
del 17% del vertido anual de ríos en los océanos de la Tierra viene de
la Amazonía. Y el ciclo hidrológico está además vinculado al ciclo de
carbono en el bosque tropical, que es uno de los mayores depósitos de
carbono del planeta.
'El registro es tan sensible, que cuando
vemos los anillos podemos decir exactamente de qué año se trata. Por
ejemplo, el período de 1925-26, con un fenómeno de El Niño extremo, se
destaca claramente', explicaron Brienen y Gloor.
¿Pistas para el futuro?
La
investigación fue comenzada por Roel Brienen. El científico quería
determinar qué edad pueden alcanzar los árboles en las regiones
tropicales y reconstruir sus índices de crecimiento en el pasado con el
fin de evaluar la sostenibilidad del manejo de bosques en Bolivia.
'El
cedro es una especie muy valorada por su madera y sus anillos no sólo
ayudan a reconstruir el clima del pasado, sino a comprender la ecología
local y a evaluar la sostenibilidad de la tala de cedros en Bolivia', le
dijeron a BBC Mundo los autores del estudio.
¿Qué pueden decirnos los anillos de los cedros sobre el futuro de la Amazonía y su posible respuesta al cambio climático?
'Estamos analizando actualmente una tendencia a largo plazo que nos intriga', dijeron los investigadores.
'Y
podría revelar, por ejemplo, cómo está cambiando el ciclo hidrológico
debido al calentamiento global. Existen indicios de que la hidrología se
está intensificando, pero no estamos totalmente seguros. Si expandimos
el estudio a otros sitios en la cuenca podremos indentificar la causa de
estos cambios'.
El estudio fue publicado en la revista de la
Academia de Ciencias de Estados Unidos, Proceedings of the National
Academy of Sciences, PNAS.
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