Cuando una manada de elefantes se encuentra en un arroyo bebiendo y llega el momento de partir, sucede algo extraordinario.
La
matriarca del grupo se separa y comienza a emitir una serie de sonidos
que han sido comparados al ronroneo del motor de un camión que se oye a
lo lejos, mientras sacude sus orejas. Este llamado desencadena una serie
de vocalizaciones de otros miembros del grupo antes de que la familia
finalmente se retire del lugar.
Este comportamiento muestra el uso
de 'conversaciones' coordinadas para estimular la cooperación en el
grupo, asegura Caitlin O'Connell-Rodwell, autora principal de un nuevo
estudio sobre la comunicación entre elefantes.
'Estas
vocalizaciones facilitan el fortalecimiento de vínculos para posibilitar
el trabajo en conjunto', señaló O'Connell-Rodwell, bióloga y experta en
otorrinolaringología de la Escuela de Medicina de la Universidad de
Stanford, en Estados Unidos.
El uso de estas vocalizaciones
explica la capacidad de una manada para cooperar en tareas más
complejas, asegura la investigadora, quien fue testigo del rescate de un
bebé en riesgo de sofocarse.
'A veces los recién nacidos se caen
en algún sitio peligroso y las madres jóvenes se asustan y traumatizan y
simplemente hamacan su trompa de un lado a otro en pánico. No saben qué
hacer. He visto a la matriarca y otras elefantas de jerarquía
arrodillarse y colocar su trompa alrededor del bebé para levantarlo y
rescatarlo'.
Matriarcas y generalas
El estudio también
analiza cómo los elefantes usan las vocalizaciones en forma estructurada
para transmitir señales a larga distancia, tanto a través del aire como
de vibraciones en el suelo, que pueden, por ejemplo, alertar a otra
familia de elefantes para que no se acerque al mismo sitio a beber,
evitando un posible caos.
'He visto 200 a 300 elefantes intentando
beber en el mismo lugar y puede verse claramente por qué es una
situación que prefieren evitar. Se produce un gran número de
vocalizaciones, gritos y empujones', dijo O'Connell-Rodwell.
La
bióloga ha venido estudiando elefantes en su medio silvestre en el
Parque Nacional Etosha en Namibia durante 20 años y es la autora de
varios libros como 'El sentido secreto de los elefantes' y un texto para
niños, 'El científico de elefantes'.
La investigadora se centró
para el nuevo estudio en los sonidos y constató que sólo tres elefantes
en un grupo de 15 a 30 participan en la converasación, lo que podría
deberse a las estructuras jerárquicas en las manadas.
'Tienen una
matriarca. Luego existe una especie de secretaria de estado y también
una generala que se encarga de arrear al grupo desde la retaguardia'.
Las familias están integradas por hembras y bebés, ya que los machos
mayores de 12 a 15 años abandonan el grupo para formar uno propio.
Los sonidos no son similares a un coro, sino a una secuencia. 'Cuando finaliza un llamado, comienza otro, y luego el siguiente'.
La
investigadora señala que a veces la conversación consiste en una
repetición de vocalizaciones y esto facilita que las vibraciones sean
detectadas a mayor distancia.
O'Connell-Rodwell está realizando
estudios que comparan esta comunicación con la de personas con problemas
auditivos, que suelen ser especialmente sensibles a las vibraciones y
podrían beneficiarse, por ejemplo, del uso de señales vibratorias más
prolongadas y repetitivas más fáciles de detectar.
El estudio fue publicado en la revista Bioacoustics.
No hay comentarios:
Publicar un comentario