Lo que para unos son un residuos para otros son un tesoro, y en época de crisis más, a tenor de la situación que sufren muchos puntos limpios en los que se produce un saqueo "generalizado" de viejos aparatos electrónicos.
En algunos lugares el robo está muy extendido: el 70 % de los
aparatos electrónicos, como neveras o televisores que se depositan en
alguno de los 16 puntos limpios de Madrid, son robados, ha denunciado la
Asociación de Empresas Gestoras de Residuos y Recursos Especiales
(Asegre).Los puntos limpios son instalaciones en las que los ciudadanos
pueden depositar residuos que por su peligrosidad no pueden ser tratados
de forma ordinaria, por lo que su hurto supone un problema ambiental
grave.
Los aparatos electrónicos contienen metales y componentes
de valor que se pueden reciclar y reutilizar, pero también sustancias
muy tóxicas para el entorno, como los gases fluorados de las neveras,
amianto, mercurio, plomo o pilas.Una gran mayoría de estos puntos
limpios carece de vigilancia y el hurto "es un problema generalizado en
toda España con un gran coste económico".
La sustracción "es un acto ilegal que hace mucho daño", ha asegurado a EFEverde el secretario general de Asegre, Luis Palomino.Además
del daño ambiental está el impacto económico, pues "hay plantas de
tratamiento de residuos de aparatos electrónicos y eléctricos (RAEE) que
han hecho una gran inversión, operan con legalidad y no les llegan los
residuos; estos robos repercuten muy negativamente en las empresas que
sí pagan impuestos", ha denunciado Palomino.
Los ladrones de
puntos limpios desguazan sin control los aparatos electrónicos para
sacar los preciados metales, y algunas de las sustancias peligrosas que
contienen "son liberadas en el medio".Esta denuncia la corrobora el
gerente de Recilec, Leonardo Díaz, cuya empresa sufre desde año y medio
esta situación en la planta de tratamiento de RAEE que tiene en
Aznalcóllar (Sevilla).
Díaz ha asegurado a EFEverde que "casi el
90 % de los residuos que nos llegan de puntos limpios están
completamente canibalizados".Según Díaz, los ladrones, que son parte de
"redes que han hecho de esto su modo de vida", se llevan los metales que
contienen los viejos televisores, pc o electródomésticos, como el
cobre, el aluminio y el acero, y "dejan las carcasas, que carecen de
valor".
No hay control y los componentes peligrosos se liberan al
medio, contaminando el suelo, el agua y la atmósfera."Estamos cansados
de denunciarlo pero los ayuntamientos, que tienen la competencia sobre
los puntos limpios, carecen de recursos para garantizar su seguridad",
ha lamentado Díaz."Da la sensación de que los residuos no tienen dueño,
no hay una acción decidida para perseguir estos delitos", señala el
secretario general de Asegre, que asegura que como "la cuantía de lo
robado no es mucho, tiene pocas consecuencias" para el infractor.
Para
Palomino, las administraciones deben dedicar recursos para que la
legislación de residuos se aplique de forma rigurosa y así favorecer el
mantenimiento y la creación de empleos verdes reales.La Unión Europea
actualizó en julio la directiva sobre RAEE con objetivos más estrictos,
determinando que, de cara a 2016, deberían recogerse 45 toneladas de
estos residuos por cada 100 toneladas de aparatos electrónicos puestos
en el mercado nacional.En 2019 esa cifra debería subir hasta el 65 %;
ahora, según Asegre, solo el 30 % de los residuos electrónicos que se
generan en España reciben un tratamiento adecuado. EFEverde
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