El
periodismo ambiental está en peligro de extinción, pero aún puede ganar
la batalla digital, un espacio en el que las nuevas generaciones
demuestran que la naturaleza interesa, declaró a EFEverde la periodista
Araceli Acosta, que hoy recibe el premio Fundación BBVA de Conservación
de la Biodiversidad por su trabajo de difusión y sensibilización.
La figura que toma prestada del mundo en el que mejor se mueve
esta periodista ambiental canaria, que escribe en uno de los principales
diarios de Madrid desde hace quince años, pone de relieve la
importancia de proteger la especialización para defender una información
que, en tiempos de crisis, pierde terreno ante la actualidad política y
económica.
Los temas de ciencia y medio ambiente se caen de la
agenda ante los escándalos de la política y se olvida que los problemas
del medio ambiente trascienden los intereses nacionales, "nos afectan a
todos", subraya.
"Para salir en portada hay que pegarse con el
mundo", denuncia Acosta, para quien la falta de sensibilidad del propio
gremio incide en la proyección de los temas de los que ella se ocupa en
el diario ABC.
A veces, señala, se confunde lo mas urgente con lo mas importante o lo mas vistoso con lo mas interesante.
Y
rescata la voz propia, especializada, para informar con rigor en los
pocos espacios que quedan, como las redes, que considera un "termómetro"
y un pulso para seguir el interés que despiertan los temas de medio
ambiente, a los que responden muy bien los mas jóvenes, porque "la
política les cansa".
Veterana en el seguimiento de seis cumbres
internacionales sobre el Cambio Climático, Araceli Acosta destaca la que
se celebró en Bali (COP13), en 2007, porque se sentaron las bases y los
compromisos en los que aún hoy se trabaja.
"No ha habido ningún
avance desde entonces", asegura la experta, que se estrenó en la
información ambiental diez años antes, en 1997, y solo un año después
siguió la tragedia del vertido de residuos tóxicos en Aználcollar que
afectó a la reserva de Doñana.
Fue entonces cuando descubrió la
fragilidad ambiental de España, el país mas biodiverso de Europa y donde
aún quedan temas de medio ambiente por resolver, como la gestión del
agua, la contaminación y la calidad del aire.
Asuntos todos, asegura, que nos afectan a todos día a día y de forma directa y que sí preocupan a la sociedad.
Esta
profesión "esclava y sacrificada", dice, le ha permitido también viajar
a lugares espectaculares, como Groenlandia, donde pudo percatarse de
que el cambio climático es real y Sumatra, donde fue testigo de cómo la
deforestación pone en peligro especies protegidas, como el orangután.
"Yo
no soy científica ni milito en ninguna organización ecologista, pero me
apasiona mi trabajo, y soy creyente. Creo en lo que hago, en la
tremenda importancia que tiene la información y que tenemos que luchar
por un mundo mas sostenible para todos"
La información
independiente, dijo, "es la que nos ayuda a tomar decisiones" apuntó
Acosta, tras reconocer que su especialización fue casual, aunque ahora
no se arrepiente y que de Gran Canaria, su isla natal, trajo ya a la
península el amor por la naturaleza que ella vive muy de cerca. EFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario