
En el taller habilitado por la ONG británica Fundación Cristiana
Filipina, dentro de una escuela creada para niños sin recursos, una
quincena de madres de alumnos manejan hilo y aguja para unir cientos de
anillas de latas de refrescos.
Están manufacturando bolsos y monederos que se venderán en centros
comerciales de Filipinas, Japón, Malasia, Oriente Medio, Nueva Zelanda,
Australia o Singapur por precios que van desde cinco hasta cien dólares.
"Antes estas mujeres se dedicaban a hurgar en la basura y no ganaban
más de cien pesos (2 euros o 2,4 dólares) al día con lo que vendían a
plantas de reciclaje. Ahora les pagamos 450 pesos (8,8 euros o 10,8
dólares) por un bolso. Algunas ganan más de 2.000 pesos por semana",
explica a Efe Marcel Clado, responsable del proyecto de supervivencia y
generación de ingresos de la organización.
Además de los bolsos y monederos, las 150 mujeres que participan en
el proyecto confeccionan pendientes y colgantes fabricados con papel de
revista, pulseras hechas con diversos envoltorios, objetos decorativos
con forma de planta e incluso prendas de vestir de color plateado con
aspecto futurista.
"Empecé en 2010 y fue mi primer trabajo. Estoy muy contenta, sé hacer
todos los artículos que me piden. Este proyecto me ha ayudado mucho
para poder enviar a mis hijos al colegio, ahora sé que si trabajo duro
obtendré una recompensa", dice Carlita Carcedo, una costurera de 52 años
separada y madre de tres hijos.
Parte de los materiales son donados por distintas organizaciones,
pero la mayoría provienen del vertedero de Navotas, cercano a la zona
portuaria de Manila, donde miles de personas viven hacinadas en
condiciones inhumanas.
"En el vertedero venden los materiales al peso. Por ejemplo, pagamos
200 pesos por un kilo de anillas de latas de refresco, es decir unas
1.800 unidades", subraya Clado mientras sostiene una botella de plástico
repleta de estos objetos metálicos.
La Fundación creó este programa de reciclaje en 2007 para mejorar los
recursos de las familias de los alumnos de un colegio que construyó
junto al vertedero para garantizar la educación de más de 500 niños de
entre 6 y 18 años.
La propia escuela es un ejemplo de reutilización de materiales, ya
que fue edificada a base de contenedores donados por empresas del
cercano puerto de carga de Manila.
"En nuestro centro los alumnos no tienen que pagar nada, pero muchas
familias se resisten a escolarizar a sus hijos porque al no poder
enviarles a trabajar pierden una fuente de ingresos", explica Melissa
Howell, una de las colaboradoras.
"Mientras les convencemos del valor de la educación, les damos otros
incentivos, como el almuerzo gratuito, bolsas de arroz por no faltar a
clase o el taller de artesanía para las madres", añade.
Por su parte, Clado lamenta que si bien este programa de reciclaje ha
resultado exitoso, no ha ocurrido lo mismo con los proyectos
encaminados a mejorar los ingresos de los padres de alumnos.
"Es más difícil con los hombres. La mayoría no tienen trabajo fijo,
muchos se dedican a rebuscar en la basura, a conducir triciclos.
Probamos hace años con una tienda de reparación de teléfonos móviles,
pero no funcionó", asegura.
La Fundación Cristiana Filipina fue creada en 1996 por la británica
Jane Walker, que quedó impresionada por la miseria de algunas barriadas
manileñas tras un viaje turístico al archipiélago asiático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario