Hongo, un joven ejemplar de lince ibérico de año y medio,
vuelve a correr por El Aljarafe sevillano desde este lunes. Tras
permanecer cerca de un mes en el centro de cría en cautividad de El Acebuche, en Doñana, fue reintroducido de nuevo en la naturaleza por técnicos del programa de conservación.
La suelta, que se ha realizado en la zona de Aznalcázar, pone de
manifiesto uno de los nuevos problemas que se están encontrando los
responsables del proyecto Life
de recuperación de este felino, liderado por la Junta de Andalucía: las
balsas de riego en la que se han quedado atrapados varios ejemplares.
Hongo fue encontrado junto a su padre, Esencia, en
una de esas balsas de riego semivacía en Aznalcázar. El ejemplar adulto
pudo salir de la acequia gracias a la ayuda de los técnicos que
acudieron en su auxilio. Pero el otro ejemplar “había perdido mucho peso
y estaba débil”, según la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio
Ambiente, por lo que fue trasladado al centro de El Acebuche para su
recuperación.
El final de esta historia fue feliz porque el padre de Hongo llevaba
instalado en el cuello un radiotransmisor, lo que permitió localizar a
esta pareja de machos en el interior de la presa con vida.
No ocurrió lo mismo a mediados del mes pasado, cuando los técnicos lo que encontraron fue el cadáver de una hembra, Diana.
Estaba atrapada en otra balsa de riego ubicada en el valle del
Guadalmellato (Córdoba), una de las zonas de reintroducción del lince.
La hembra había sido liberada en esta área a finales de 2010.
Juan Carlos Rubio, director del Espacio Natural de Doñana, una de las
zonas en las que los linces viven en libertad, reconoce que las balsas
se están convirtiendo en un “problema”. En el área de influencia de la
población de Doñana ya se han encontrado con dos casos de animales
atrapados. Los linces, explica Rubio, se introducen en ellas porque “en
los taludes proliferan los conejos”, su principal alimento. El problema
es que la configuración de las balsas les impide luego salir de las
presas. “Son nuevos problemas de los que vamos aprendiendo”, añade
Rubio.
El director del espacio de Doñana recuerda que, cuando comenzó a
rodar el programa Life, se tuvo que realizar una labor de concienciación
y sellado de los pozos de riego en el espacio natural para evitar
muertes de linces.
La paulatina expansión del lince gracias al programa de conservación —que ahora persigue que se recupere la “distribución histórica” en la Península—
acarrea nuevas amenazas que no existían cuando las poblaciones de lince
eran más pequeñas. Un ejemplo es el vallado de las carreteras más
conflictivas. En Doñana, prácticamente se ha completado ya el vallado de
las dos principales vías —A-494 y A-483—, lo que ha reducido el número
de atropellos considerablemente dentro del espacio protegido (dos
muertes desde 2006). Pero, al aumentar la población y su área de
expansión, se han producido accidentes en otras carreteras próximas.
WWF ha reclamado la creación de corredores ecológicos para conectar
Doñana con Sierra Morena. En el plan de ordenación de la corona norte de
Doñana, pendiente aún de ser aprobado por la Junta, se prevén tres de
estos corredores.
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