Fernando Castro Álvarez y Enrique García Pérez, alumnos de la Maestría en Ciencias con Especialidad en Biotecnología (MBI) del Campus Monterrey
Aunque el orégano y el maíz son alimentos milenarios que se han
consumido durante siglos, en pleno Siglo XXI sus propiedades
nutracéuticas siguen sorprendiendo a los investigadores, como dos
alumnos de posgrado del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey
quienes recientemente, comprobaron que ambas plantas poseen fuertes
propiedades anticancerígenas.
Fernando Castro Álvarez y Enrique García Pérez, alumnos de la Maestría en Ciencias con Especialidad en Biotecnología (MBI)
del Campus Monterrey, desarrollaron una investigación que estuvo
enfocada a determinar el perfil fitoquímico y nutracéutico del orégano y
el maíz, dos alimentos que han sido básicos en la alimentación
mexicana.
"Nuestra idea es redescubrir el potencial de las plantas mexicanas,
pues siempre hemos conocido sus capacidades nutracéuticas, pero ahora lo
estamos comprobando científicamente: son plantas consumibles que tienen
capacidades anticancerígenas y que pueden prevenir enfermedades", dijo
el doctor Silverio García Lara, profesor investigador de la Escuela de
Biotecnología y Alimentos, y asesor de ambos alumnos.
Analizan plantas mexicanas
El alumno Enrique García evaluó los compuestos químicos del orégano
mexicano, en particular de una especie silvestre que es muy común en la
región de Nuevo León y Coahuila.
Mediante pruebas, pudo cuantificar el triptófano, los carotenoides y
los compuestos fenólicos, los cuales previenen la oxidación de las
células y se constató que podían ostentar propiedades anticancerígenas
mediante tratamiento.
"Analicé la actividad antioxidante y anticancerígena de los
compuestos químicos, y cómo estos se pueden incrementar tratando la
planta de diferentes maneras. Lo que hicimos fue incrementar su
potencial nutracéutico para prevenir enfermedades", explicó.
García dijo que tras asegurar la conservación de la especie, se realizó un cultivo de tejidos in vitro,
y se observó que de esta forma la planta presentaba mejores
características y beneficios para la salud que en su hábitat natural.
Por su parte, Fernando Castro analizó el perfil nutracéutico de un
tipo de maíz elite con alta concentración de compuestos fitoquímicos, y
descubrió que existe una relación entre el estrés biótico y el potencial
nutracéutico, es decir, que los maíces que son resistentes a plagas
presentan mayores propiedades.
El doctor Silverio García asegura que el maíz tiene más propiedades
de las que se conocen, y que seguirá sorprendiendo a los científicos
durante los próximos años. Asimismo, lamenta que su consumo vaya a la
baja debido al estigma que tiene dicho alimento.
"El maíz ha sido la base de nuestra alimentación por siglos, por eso su estudio siempre nos ha interesado. Podemos decir que estamos apenas en la base de descubrir todos los compuestos nutracéuticos que contiene", señaló.
"Los mexicanos hemos consumido maíz durante siglos, pero eso es algo
que nos ha estigmatizado mucho en México, ya que muchos piensan que la
alimentación basada en maíz no es la mejor. Sin embargo, estamos
comprobando científicamente que hemos adquirido muchas defensas desde el
punto de vista de la salud. Desde que los mexicanos hemos dejado de
consumir maíz se ha disparado el número de enfermedades
crónico-degenerativas. Hay que regresar al maíz", comentó.
Ganan beca al Plant Biology 2012
Por sus descubrimientos y aportaciones, Fernando Castro y Enrique
García fueron galardonados con una beca para asistir a la reunión anual
de unas de las comunidades científicas más reconocidas en Estados
Unidos, la American Society of Plant Biologist, la cual fue establecida en 1923.
Ambos estudiantes viajaron a Austin, Texas, del 19 al 24 de julio, en
donde dieron a conocer los avances obtenidos de sus investigaciones y
compartieron con otros investigadores extranjeros su experiencia de
realizar la Maestría en Biotecnología.
"Aplicamos con nuestros proyectos científicos y la recompensa fue un
viaje con todo pagado a la edición 2012 de dicho congreso. Fue una
experiencia enriquecedora y a la vez una gran oportunidad para evaluar
la investigación que realizamos en el Campus Monterrey con el resto del
mundo", mencionó Enrique García.
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