El transbordador Endeavour realizó hoy su último vuelo y aterrizó en Los Ángeles para convertirse en una pieza de museo después de casi 20 años de viajes orbitales que marcaron una era en la exploración espacial estadounidense.
La nave tomó tierra en la zona de cargo del aeropuerto
internacional de Los Ángeles a lomos de un Boeing 747 poco antes de las
20.00 GMT tras realizar un tour de exhibición de más de cinco horas por
lugares icónicos de California como el puente Golden Gate de San
Francisco, Malibú, Santa Mónica y las colinas de Hollywood.
Autoridades
de la NASA, políticos locales y responsables del museo de ciencias de
la ciudad, destino final del aparato más joven de la flota de cinco
transbordadores espaciales, recibieron a la aeronave frente a un hangar
de United Airlines con una banda de música, alfombra roja y banderolas
festivas.
Unos honores propios de una celebridad a la que también
dio la bienvenida la actriz de la serie de televisión "Star Trek"
Nichelle Nichols, que colabora con la NASA en programas de
reclutamiento.
"Es triste saber que ya no volará más", dijo a Efe
Michael J. Curie, especialista de Public Affairs de la NASA, que confía
en que el vehículo espacial sirva ahora de "inspiración" para una "nueva
generación de exploradores".
El Endeavour se convertirá a partir
del 30 de octubre en la joya de la corona del California Science Center
donde según explicó William T. Harris, responsable de Desarrollo y
Marketing de la institución, se está construyendo un centro aeroespacial
para dar acomodo a la preciada nave.
El transbordador de 88
toneladas despegó por primera vez en 1992 y hasta que cesó sus
operaciones en 2011 realizó en 25 misiones 4.671 órbitas alrededor del
planeta en 299 días, en total 197.761.261 kilómetros, una distancia
superior a la que separa la Tierra del Sol.
"Fueron las primeras
naves espaciales reutilizables. Se lanzaban como un cohete y aterrizaban
como una planeadora, después las limpiábamos y las poníamos en el aire
de nuevo. Nada como eso se había hecho antes y pasará tiempo hasta que
vuelva a repetirse", dijo Curie que calificó el Endeavour de "máquina
milagrosa".
El astronauta Garret Reisman, que durante 13 años en
la NASA voló en los transbordadores Atlantis, Discovery y Endeavour,
indicó a Efe que esos vehículos siguen siendo a día de hoy "los aparatos
voladores más increíbles jamás creados por el ser humano", una
tecnología que, sin embargo, era demasiado cara de mantener.
Los
transbordadores estadounidenses, de los cuales dos se perdieron en
conflagraciones que costaron la vida a 14 astronautas, Challenger (1986)
y el Columbia (2003), fueron vehículos esenciales para la construcción
de la Estación Espacial Internacional (EEI), un proyecto de más de
100.000 millones de dólares en el cual participan dieciséis países.
El Endeavour atracó una vez en una estación espacial rusa Mir y 12 veces en la EEI.
Actualmente,
la NASA ha regresado a un sistema de viajes similar al del programa
Apollo cuyos módulos tripulados tienen como máximo dos usos y cuenta con
un mantenimiento más económico, aunque los objetivos siguen siendo
ambiciosos.
"La meta es llevar al hombre a Marte. Nos va a tomar
un tiempo llegar allí pero con la nueva cápsula Orion vamos a volver a
explorar, primero quizá un asteroide, visitaremos la Luna tal vez, pero
finalmente la idea es ir a Marte", afirmó Curie.
El futuro relevo
de los transbordadores pasa ahora por la colaboración de la NASA con la
industria privada, tal y como señaló Reisman, que tras abandonar la
organización espacial fue contratado como director de proyecto en
SpaceX, empresa angelina que está construyendo una nave espacial llamada
Dragon para viajes orbitales.
"Yo creo que vamos a entrar en la
edad dorada de los vuelos espaciales. La empresa privada está
desarrollando soluciones innovadoras más seguras y eficientes que los
transbordadores. En unos años miraremos a este momento como el principio
de la presencia del ser humano en el espacio", declaró el astronauta.
El Endeavour no es el único de su clase en terminar sus días en un museo.
En
abril, el Discovery pasó a formar parte de la colección del Museo
Nacional del Aire y el Espacio de Washington DC y el Atlantis será
exhibido en el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, en Florida.
EFEverde
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