martes, 11 de septiembre de 2012

'Guerreros del Río'' combaten inundaciones en Manila


En las inundaciones que hace un mes sufrió Filipinas, el río Pasig se desbordó a su paso por Manila, pero un afluente, cuyo fondo y desagües es limpiado a diario por un grupo de voluntarios como parte de un proyecto piloto, consiguió mantenerse en su cauce.

Los autodenominados "Guerreros del Río" se encargan desde hace dos años del saneamiento del Estero de Paco, un canal en el que hubo gran actividad pesquera y comercial a principios del siglo XX y que con el paso del tiempo fue abandonado hasta convertirse en un enorme vertedero.

Pero desde que empezaron a limpiarlo en 2010, este afluente del Pasig ha recuperado gran parte de su antiguo esplendor, gracias a un proyecto de rehabilitación financiado por el Banco Asiático de Desarrollo y varias fundaciones locales.

Los voluntarios tienen una doble labor de limpieza y educación, pues casi cada día se encuentran con algún residente que se empeña en continuar tirando la basura al río, como sucede en cualquier otra comunidad de chabolas (casas pequeñas y de pobre construcción) de la capital filipina.

"Es muy difícil convencer a los vecinos para que dejen de hacer eso. Muchos nos insultan y no aprecian lo que estamos haciendo por mantener limpio el lugar, indica Mike Brusola, un miembro de los "Guerreros del Río".

Brusola explica que la mayoría de los chabolistas llevan toda la vida tirando sus residuos al río y que no son conscientes de que esa costumbre bloquea los desagües y provoca que la zona se inunde con cada aguacero.

Otros vecinos agradecen la labor de los voluntarios.

"El barrio ha cambiado mucho. Antes había basura por todos lados y olía tan mal que teníamos que cerrar las ventanas. Pero ahora podemos respirar aire limpio", comenta Jeannette Palomar, una ama de casa con siete hijos.

Y por si esto no fuera suficiente, el proyecto ha reducido el riesgo de inundaciones.

La mujer recuerda cómo cuando la tormenta tropical "Ketsana" arrasó Manila en 2009, el agua alcanzó el segundo piso de sus casas, pero hace un mes, apenas se notó a pesar de los aguaceros que causaron una riadas que dejaron unos 200 muertos y transformaron la capital de Filipinas en una colosal charca.

"Realmente hay una gran diferencia en cuanto a las inundaciones. Las lluvias de agosto fueron aún mayores que las de Ketsana, pero el canal ni siquiera se desbordó," señala Faizza Tanggal, portavoz de la Fundación ABS-CBN, que preside el proyecto para rehabilitar el río Pasig.

Esto no significa que el lugar no se vaya a inundar jamás, insiste Tanggal.

"Por supuesto que habrá inundaciones. Pero el agua podrá ser desalojada, y habrá tiempo suficiente para evacuar a los vecinos", puntualiza.

Además de este aspecto, el proyecto de limpieza del Estero de Paco contempla, asimismo, volver a convertir el río en navegable a lo largo de todo su cauce, como lo era en la época colonial primero española y luego estadounidense.

También quiere ser un programa piloto a imitar en otras comunidades de chabolas situadas en las orillas del río en Manila, como por ejemplo en Marikina, que suele ser el primer distrito en inundarse cada vez que hay tormenta.

Las autoridades municipales han tomado buena nota de medidas como la de obligar a los chabolistas a levantar sus casas a una distancia mínima de tres metros de la orilla o crear determinados "espacios verdes" donde está prohibido construir viviendas.

Tanggal cree que es posible reeditar con éxito el mismo plan en Marikina y otras áreas, particularmente las más propensas a corrimientos de tierra como el que sepultó a siete miembros de la misma familia el mes pasado en una barriada pobre de Quezon City.

"Está claro que esto funciona. Ahora tenemos que esperar a que otros alcaldes nos permitan extender el proyecto a sus ciudades y consigamos más fondos."

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