jueves, 20 de septiembre de 2012

La mala aplicación de la Directiva de Ecodiseño

La Directiva de Ecodiseño es una de las herramientas más eficaces con la que cuenta la Unión Europea (UE) para ofrecer ahorros de energía rentables
 ECOticias.
Ésta es una de las conclusiones de un reciente estudio realizado por Ecofys por encargo de Coolproducts, campaña europea coordinada en España por ECODES.
La Directiva de Ecodiseño es una de las herramientas más eficaces con la que cuenta la Unión Europea (UE) para ofrecer ahorros de energía rentables. Estos ahorros aumentarían la seguridad de suministro de la UE, crearían empleos y contribuirían a que la UE alcanzara los objetivos a medio y largo plazo en cuanto a energía y cambio climático.
Una correcta aplicación de la Directiva  europea de Ecodiseño, produciría un ahorro anual de hasta 600 TWh de electricidad y 600 TWh de energía para la producción de calor (medidas como energía final) para el 2020, equivalente al 17% y al 10% de la electricidad total de UE y el consumo de calor, respectivamente. Esto se traduciría en 400 Megatoneladas de CO2 anuales para el año 2020, comparable al impacto de todas las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) esperadas para ese mismo período por el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE.
Además de los beneficios ambientales, este estudio ha detectado los siguientes beneficios económicos que surgen como resultado de la buena aplicación de la Directiva:
  • ·         Un ahorro neto de 90 mil millones de euros al año (1% del PIB actual de la UE) para el año 2020, para los consumidores y empresas europeos. Esto significa un ahorro neto de 280 € por hogar y año.
  • ·         La reinversión de estos ahorros en otros sectores de la economía daría como resultado la creación de 1 millón de puestos de trabajo.
  • ·         La dependencia de importaciones de energía se reduciría en un 23% y 37% para el gas natural y carbón, respectivamente. Esto significa que la UE podría reducir drásticamente las importaciones de gas natural desde Rusia en más de la mitad y las importaciones de carbón (también de Rusia) podrían detenerse por completo.
Estos beneficios corren el riesgo de no ser explotados a menos que los responsables políticos en Bruselas y en los estados miembros de la UE presten más atención a la correcta aplicación de la Directiva de Ecodiseño.

Qué entendemos como Ecodiseño
La Directiva de Ecodiseño pretende reducir el impacto ambiental de una serie de productos vendidos en la UE, y con especial énfasis en su consumo de energía. La directiva cubre la mayor parte de los  productos que utilizan energía (electrodomésticos pero también equipamientos comerciales e industriales), cubriendo aquellos productos responsables de hasta un 80% y 60% del consumo de  electricidad y calor de la UE, respectivamente. Como directiva marco, expone el proceso y el 'marco' general en que deben desarrollarse las “Medidas de Ejecución”, pero son estas Medidas de Ejecución las que deben determinar la eficiencia energética y el resto de requisitos ambientales para cada grupo de producto.
¿El Ecodiseño como política, está cumpliendo las expectativas?
Actualmente el Ecodiseño no ha alcanzado todo su potencial. Se han identificado dos preocupaciones principales que comprometen su progreso:
1.     Demoras constantes. Seis importantes grupos de productos, entre ellos calderas, calentadores de agua y ordenadores, están pendientes de que se aprueben las Medidas de Ejecución, años después de que finalizaran los trabajos preparatorios, mientras que el proceso no debería durar más de unos pocos meses. Estos retrasos son en parte debido a la complejidad técnica del trabajo y en parte a la escasez de personal en la Comisión Europea para esta tarea.
2.     Escasa ambición. Para los grupos de productos para los que se resolvieron normas en un marco de tiempo razonable, existe un riesgo de que las normas no vayan mucho más allá de lo que el mercado (la industria) no hubiera hecho de forma normal, y que no alcance la ambición del ecodiseño en cuanto a costes de ciclo de vida más bajos. Esto se debe a que las normas se basan en información sobre coste y eficiencia que está obsoleta en el momento en que la norma entra en vigor. Por ejemplo, para los televisores se observó que las normas de rendimiento energético mínimo regulado por Ecodiseño no tienen ningún efecto sobre el mercado, ya que la mayor parte de los aparatos vendidos ya eran más eficiente que las normas impuestas, antes de que las normas entraran en vigencia. Los estándares se basaron en información que no incluía los televisores de tecnología LED, aunque estos se vendan ampliamente hoy en día.
Conclusiones y recomendaciones del estudio realizado por Ecofys

La correcta aplicación de la Directiva de Ecodiseño fortalecería una posición competitiva de la Unión Europea y traería grandes beneficios ambientales. La falta de conciencia sobre el potencial de la Directiva de Ecodiseño y las cuestiones técnicas y organizativas obstaculizan el alcance de mejoras de las cuales ciudadanos y empresas pudieran beneficiarse.
Con el fin recoger el fruto completo de esta legislación, recomendamos aumentar esfuerzos para obtener reglamentos eficientes y oportunos que abarquen un mercado representativo y que tenga en cuenta la evolución tecnológica:
1.     Aumento de conciencia entre los que toman decisiones sobre el poder de la Directiva de Ecodiseño para reducir la dependencia energética de los Estados miembros y disminuir la factura energética de las empresas y los ciudadanos. A diferencia de algunas otras políticas de la UE, reforzar los requisitos mínimos de energía de los productos que consumen energía, no deterioraría la posición competitiva de los fabricantes europeos. Ya que los fabricantes de fuera de la UE también deben cumplir con estos requisitos al entrar en el mercado de la UE.
2.     Dedicar más personal  dentro de la Comisión Europea (CE) y/o los Estados miembros para garantizar que se adoptan medidas de ejecución del Ecodiseño a tiempo y con la suficiente ambición.
3.     Tener en cuenta la dinámica del mercado y la supuesta reducción de costes procedentes de tecnologías de eficiencia energética, cuando se hayan  establecido normas de rendimiento de energía mínima bajo medidas de ejecución concretas. Sólo entonces las medidas de Ecodiseño supondrán el menor coste de ciclo de vida a los consumidores en el momento en que entren en vigor.
4.     Mejorar la vigilancia del mercado, con especial atención a la eficiencia energética e información de los costes. Esto facilitaría la tarea del establecimiento de normas de rendimiento mínimo de energía y ayudará a evaluar su eficacia una vez que entren en vigor.

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