El trasvase del Júcar-Vinalopó fue el primero en la historia se
planteó en la Península Ibérica, y ha tardado más de cinco siglos en
materializarse. Ya en 1420 figuran testimonios escritos de regantes de
Villena que hablan de “sacar agua del río Xúquer”, y desde entonces se
han sucedido los proyectos para transferir agua desde Valencia hasta
Alicante. Pero en los últimos quince años una combinación de política,
intereses urbanísticos, económicos y particulares se han ido mezclado
hasta frenar esta reivindicación histórica.
El trasvase encara ahora su fase decisiva. Las tuberías han empezado a
llenarse con agua de la balsa de San Diego y desde esta semana está en
pruebas la conexión de las obras postrasvase. El penúltimo capítulo de
la larga historia del Júcar-Vinalopó todavía está por escribir, falta
que regantes y Confederación negocien el precio del agua para regar.
También quedan las obras de la margen izquierda, cuyo proyecto está
redactado por el Consell pero aplazadas a la espera de disponibilidad
presupuestaria, pero con el actual panorama financiero pueden tardar
años en ejecutarse.
Cronología del trasvase Júcar-Vinalopó
1998. Se aprueba el Plan Hidrológico de la Cuenca del Júcar, que incluye la Conducción Júcar-Vinalopó. Mediante Real Decreto ley se declara de interés general la transferencia de recursos hídricos del Júcar al Vinalopó. Se constituye la Sociedad Estatal Aguas del Júcar, S. A.1999. La Orden del Ministerio de Medio Ambiente de 13 de agosto recoge los criterios básicos para la asignación y reserva de los recursos del río Júcar, fijando en 80 Hm3 el volumen máximo anual a trasvasar al Vinalopó. Se firma el Convenio de Gestión Directa entre el Ministerio de Medio Ambiente y Aguas del Júcar por el que se encomienda a esta última la ejecución del trasvase.
2000. Se aprueba la Declaración de Impacto Ambiental del trasvase.
2001. Se aprueba la Ley 10/2001, de 5 de julio, del Plan Hidrológico Nacional, que recoge la Conducción Júcar-Vinalopó en el listado de inversiones (Anexo II). Se firma el Convenio entre la Junta Central de Usuarios y Aguas del Júcar que establece las obligaciones y derechos (financiación, caudales, tarifas, etc.) para la construcción y explotación del trasvase. De los 80 Hm3 anuales está previsto que 45 se destinen a regadíos y 35 a abastecimiento.
2002. En noviembre el presidente del Gobierno, José María Aznar, el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, y el presidente de la Generalitat Valenciana, José Luis Olivas, colocan la primera piedra del trasvase en Cortes de Pallás.
La Conducción, de unos 70 kilómetros, se divide en 7 tramos, desde el embalse de Cortes hasta Villena. La inversión prevista es de 230 millones de euros, que son financiados por Aguas del Júcar (32,61%), Fondos FEDER (34,78%) y Usuarios (32,61%).
2003. En diciembre la Comisión Europea comunica la concesión de 80 Millones de euros en Fondos FEDER para financiar la ejecución de las obras, estableciendo una serie de condiciones ambientales (caudal ecológico, programa de sustitución de bombeos, aportaciones a la Albufera, etc.).
2004. En agosto el Ministerio de Medio Ambiente constituye la Comisión Técnica del trasvase Júcar-Vinalopó.
2005. En febrero la Comisión Técnica del trasvase Júcar-Vinalopó presenta sus conclusiones. En septiembre se rescinde por incumplimiento el Convenio suscrito entre Aguas del Júcar y la Junta Central de Usuarios. En octubre el Ministerio de Medio Ambiente anuncia el cambio de trazado de la Conducción Júcar-Vinalopó, trasladando el punto de toma al Azud de la Marquesa en el curso bajo del río Júcar.
2006. En junio se aprueba la Declaración de Impacto ambiental del nuevo trazado. En julio se adjudican las obras de los 5 nuevos tramos (A, B, C, D y E). En diciembre la Comisión Europea anuncia el aumento de fondos FEDER destinados a financiar la infraestructura hasta 120 millones de euros.
2007. En febrero Aguas del Júcar suscribe un nuevo Convenio con la Confederación Hidrográfica del Júcar por el que esta última será la encargada de repartir los caudales del trasvase a los futuros usuarios de la conducción. En julio el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Antonio Bernabé, coloca la primera piedra del nuevo trazado en Llanera de Ranes. El nuevo trazado de la conducción tiene una longitud aproximada de 90 kilómetros, incluyendo los 3 últimos tramos del trazado original (V, VI y VII). La inversión prevista es de 320 Millones de euros, que son financiados conjuntamente por la Comisión Europea con Fondos FEDER y el Gobierno de España.
2010. El 19 de noviembre el agua del Júcar comienza a llenar la Balsa de San Diego en el Alto Vinalopó.
Todos coinciden en que la conexión entre ambas cuencas se debería
haber terminado hace años, pero discrepan sobre el tiempo en el que
debería estar operativo: siete, cuatro o dos. La realidad es que por
disputas de unos y otros, el proyecto se ha ido retrasando, y ahora que
está en la recta final, todavía el malestar es patente.
Las denuncias, por parte de los usuarios, sobre el precio o sobre la
mala calidad del agua que iba a llegar al campo alicantino se fueron
mezclando con noticias sobre la intención de los regantes de Villena,
beneficiarios del trasvase, de ceder agua de su acuífero a Danone (una
voluntad contradictoria con el espíritu de la conducción, que pretende
salvaguardar los acuíferos del Vinalopó).
También se hizo público en 2008 la intención del presidente de los
regantes de Villena, Andrés Martínez, de construir un campo de golf y
1.200 casas. Y, además, el tema se usó en la batalla política y enfrentó
a la Generalitat, del PP, con el anterior Gobierno socialista. La
pregunta que surgió entonces fue clara: ¿El agua del Júcar es para regar
o para beber y consumir? “Los agricultores no construimos campos de
golf, queremos agua para regar”, contesta rotundamente Ángel Urbina,
portavoz de la Comunidad de Riegos de Levante, que defiende un agua de
calidad para el cultivo.
“El trasvase se ha retrasado básicamente por intereses que nada
tienen que ver con la agricultura”, resume Ernest Blasco, responsable
del Agua de la Unió de Llauradors. Pero esas dificultades parecen
superadas y pronto, en una fecha por determinar, se distribuirá este
agua entre 12.000 hectáreas de cultivos.
La Consejería de Agricultura explica que una vez se realice el primer
vaciado de la balsa de San Diego se volverá a llenar y a distribuir el
agua, como parte de estas pruebas. Y los regantes del sur, liderados por
el presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, Andrés
Martínez, esperan expectantes el agua en un año de sequía y tras años de
críticas. Martínez habla de sensación “agridulce”: “Dulce porque
afortunadamente después de tantos años llegará agua, pero hemos perdido
dos años y la calidad del agua no es la mejor”, admite resignado.
Pero no está todo solucionado ni acordado, antes de que el agua
empiece a fluir, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) tendrá
que pactar el precio con los regantes. Por ahora todo es provisional,
aunque el camino más largo está andado. La obra, realizada por la
empresa pública Acuamed, ha supuesto una inversión de casi 400 millones,
de los cuales 120 millones son fondos europeos.
El trasvase del Júcar al Vinalopó, una demanda de hace siglos, fue
autorizado por el Plan Hidrológico de Cuenca del Júcar en 1998 y se
incluyó en el Plan Hidrológico Nacional (PHN) en 2001. Pero la
infraestructura ha encontrado escollos: el principal retraso procede de
las obras postrasvase, que debía completar la Generalitat, y que según
coinciden diversas fuentes, se retrasó por problemas técnicos y de
financiación.
Varios motivos explican el retraso, en medio de un cruce de
acusaciones entre socialistas y populares. Uno fue el cambio de toma,
aprobado por el entonces gobierno socialista en 2005, que desplazó la
cabecera del trasvase de Cortes de Pallás, en el curso alto del río, al
azud de la Marquesa, en su desembocadura, de acuerdo con los regantes de
La Ribera y Xúquer Viu.
La decisión en Alicante fue muy contestada y topó con la oposición
beligerante de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, contrariada
por la peor calidad del agua que se recoge en este punto. El presidente
de los regantes, Andrés Martínez, lamenta y denuncia la “elevada
cantidad de productos fitosanitarios y coliformes” que contiene el agua
almacenada en la balsa del San Diego.
El representante de los regantes insiste en que el “problema es la
toma del Azud de la Marquesa donde vierten depuradoras de 42
municipios”. Según Andrés Martínez el agua que llega “no es apta para
todos los cultivos, y no de la calidad que la huerta de Alicante se
merece”.
La balsa de San Diego tiene una capacidad de 20 hectómetros cúbicos,
pero se llenaron solo 12 hectómetros y de éstos solo hay disponibles
cinco, que los agricultores pagarán a dieciocho céntimos metro cúbico.
Ángel Urbina, portavoz de Riegos de Levante, denuncia además que esta
balsa, construida hace dos años y en periodo de pruebas, “pierde 100
litros por segundo, el ministerio sabrá como la hizo pero está mal,
ahora lo tendrán que arreglar”.
El representante de los regantes de Alicante admite que el agua que
está embalsada servirá como “un plan de choque, pero no es la solución
definitiva”.
Francisco Rodríguez Mulero, expresidente de la Sociedad de
Infraestructuras Agrarias Seiasa Meseta Sur y actual secretario de
Agricultura y Agua de la ejecutiva del PSPV-PSOE, explica que estaba
previsto que el trasvase empezara a funcionar en 2008. Rodríguez asegura
que la obra ha chocado a menudo con la actitud de la Generalitat, que
en algunos tramos “ha alargado hasta el máximo la concesión de los
permisos que de ella dependían”. El responsable socialista agrega que el
Consell cambió el trazado de las obras postrasvase, lo que llevó al
Gobierno socialista a demandarla pero también a asumir más obra de la
prevista inicialmente.
Y la Consejería de Agricultura, mientras, defiende que el retraso de
las obras postrasvase se debió al recurso que presentó el entonces
Gobierno socialista por el punto de conexión con el trasvase y que se
resolvió hace poco tiempo.
Por el momento hay acuerdo entre las partes enfrentadas: se usará el
agua de la balsa de San Diego acumulada en periodo de pruebas y luego se
volverán a negociar las condiciones.
“La gente está harta, se ha perdido demasiado tiempo”, lamenta Ernest
Blasco. “Las cuestiones técnicas tendrían que estar siempre gestionadas
por técnicos y que no se mezclaran los políticos”, agrega el
responsable de la Unió.
El envío de agua del Júcar al Vinalopó es una primera fase
provisional del trasvase definitivo, que se planteó para trasvasar un
máximo de 80 hectómetros cúbicos al año de excedentes del Júcar.
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