Cuando
uno se construye una casa no sabe nunca cuándo la verá terminada ni
cuánto le acabará costando. La empresa Noem da una solución a estas
incertidumbres: una vivienda ecológica modular y transportable, de
entrega casi inmediata, y que, sobre todo, evita sorpresas en la factura
final.
La idea de Noem partió de una pareja de emprendedores
catalanes, la economista Laura Vilarasau y el ingeniero aeronáutico Pol
Guiu, que echaban de menos en el mercado un sistema constructivo que
permitiera el acceso rápido y "sin sustos de última hora" a una vivienda
sostenible y personalizada, que pudiera crecer de tamaño o incluso
desmontarse, según las necesidades de sus habitantes.
Estos
módulos, de tamaño variable (desde seis por tres metros, los más
pequeños a ocho por cinco metros, los mayores) y que tardan una media de
entre ocho y diez semanas en ser entregados y construidos, están
fabricados principalmente con madera del Pirineo, ya que una de las
intenciones de sus promotores es dejar la menor huella de carbono
posible, explica Laura Vilarasau a Efe.
Noem está diseñado como
una estructura totalmente legal, es decir, que cumple el código técnico
de edificación por lo que es posible instalarlo en cualquier terreno
donde se pueda construir o en azoteas o terrazas, por ejemplo, para la
ampliación de una vivienda ya existente, aunque en este caso en vez de
madera maciza se utiliza una técnica de entramado ligero.
Una casa energéticamente pasiva
La
autonomía de este casa energéticamente "pasiva" -no sólo consume muy
poco sino que puede producir la energía que gasta- es tal que su versión
móvil no necesita estar conectada a la red de agua o de alcantarillado,
por lo que es posible tener una casa confortable aislada, tanto en
verano como en invierno.
Según cada proyecto, estos módulos
diáfanos, que incorporan servicios sanitarios y cocina, son
transportados por carretera en trozos o totalmente acabados y montados
en pocas horas.
Del prototipo inicial, que presentaron hace apenas
dos años en la feria de arquitectura experimental Solar Decathlon, y
por la que han recibido numerosos premios, han derivado en varios
modelos Noem.
Además del tipo modular ligero y desmontable
"Noemgo" (con una superficie variable), ofrece el concepto "Noemup" que
permite levantar edificios apilando las estructuras -con un máximo de
cinco alturas- y "Noemstay" estructuras construidas en madera maciza y
pensadas para ser ubicadas de forma fija sobre una losa de hormigón, lo
que permite mayor tamaño y una volumetría más rica, ahorrando el
sobrecoste que conlleva la movilidad.
Entre 1.200 y 1.600 euros
El
precio de Noem varía, y ronda entre los 1.200 y 1.300 euros para
superficies grandes y de 1.400 a 1.600 euros para los módulos pequeños
que se transportan enteros.
"Puede resultar un poco más cara que
una construcción tradicional media, pero ofrece una altísima calidad y
un coste de mantenimiento muy bajo", argumenta Vilarasau.
Noem ha
desarrollado ya varios proyectos con sus módulos en Cataluña, París,
Andorra, Valencia y ahora tiene entre manos un encargo de envergadura en
La Moraleja (Madrid), de un cliente que deseaba mejorar las vistas que
tenía desde su finca.
Para ello, ha encargado una estructura
modular ligera de unos 80 metros cuadrados que se elevará 3,5 metros
sobre el suelo. "Parece una nave espacial desde fuera porque el cliente
ha querido darle un aspecto metálico, mientras que por dentro muestra un
estilo sobrio y nórdico que combina la madera clara y el blanco, todo
con un componente tecnológico muy elevado", explica Vilarasau.
Noem,
que como todo el sector se ha visto afectado por la crisis, que ha
dejado en el aire algunos proyectos, sigue recibiendo peticiones de los
más variado.
"Clientes que quieren tener una casa en un zona muy
virgen, mimetizando al máximo la vivienda con el paisaje u otros casos
en los que prima la rapidez, personas que nos vienen a buscar porque
saben que podemos hacer un proyecto rápido, que en diez semanas tendrán
sus llaves para entrar a vivir", señala Vilarasau.
"Se dedica más
tiempo a que la gente piense y elija qué es lo que quiere de entre las
posibilidades que ofrecemos, con imágenes en 3D integradas en el entorno
que plantean, que al proceso de construirlo y montarlo", comenta la
emprendedora.
Vilarasau, exalumna de ESADE (en cuyas instalaciones
de Sant Cugat del Vallès -Barcelona- se puede visitar uno de estos
módulos) señala que aunque el equipo promotor no procedía del mundo de
la arquitectura, han sabido "construir" un equipo multidisciplinar (con
geobiólogos, geotemérmicos, aparejadores o interioristas en energía
renovables, entre otros).
"Mucho más que un interlocutor es un
equipo ante el que poder exponer qué tipo de vivienda se busca y conocer
las soluciones que se le ofrecen", aclara. EFEverde
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